Me odias, lo sé. Tan solo quiero que sepas que queda poco para el final

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Capítulo 32 Me odias, lo sé...Tan solo quiero que sepas que queda poco para el final.


La pregunta de Inoue le había abierto los ojos a Grimmjow. Si la humana estaba en aquel cuarto, tenía que aprovecharla, pero antes de eso, tenía que pensar muy bien cómo iba a hacer para no levantar sospechas.

De pronto, apareció una especie de monitor en la habitación de Roxanne, en donde se veía como la chica estaba con los otros dos espada, dirigiéndose al mundo mortal. En aquel monitor podían ser partícipes de todos los movimientos y de las conversaciones que los espadas estaban teniendo en el mundo humano.

—Mi señora ¿está bien? —cuestionó Stark, ante la mirada asesina de Zero.

— ¿Por qué diablos la pregunta? Si sigues así Stark, vas a terminar peor que la sexta—aseguró la chica, que seguía caminando sin demostrar mayor emoción que el odio y el rencor.

—Ulquiorra ¿no me dijiste que todo iba a estar bien? —cuestionó molesto el de cabellos castaños.

—Ella va a estar bien. Tal vez sea mejor para Roxanne ser el Zero—confesó sinceramente el de ojos verdes, saliendo de la garganta.

— ¡Mira Grimmjow! Es la tienda de Urahara-san—dijo la de cabellos naranjos, haciendo que la sangre le hirviera a pantera.

—Maldición, va donde aquel a quien admira ¿Qué es lo que pretendes, Roxanne? ¿Ser el juguete de todos?

—Rox—dijo el de sombrero, algo molesto por lo que había sucedido con Orihime.

— ¿Qué pasa Kisuke-sama? —preguntó con algo de sarcasmo la de ojos morados.

—Tú sabes perfectamente lo que pasa Rox ¿Dónde está Inoue Orihime? —preguntó molesto el de cabellos rubios.

— ¿Esa mujer? Está gozando mucho con pantera. Lo siento, mi ex espada se entusiasmó demasiado con la humana y no pude hacer nada. Ahora deben estar de lo lindo haciéndolo en mi habitación—aseguró con rencor la de cabellos oscuros.

— ¿Ex espada? ¿De qué estás hablando Rox? —preguntó anonadado el de ojos claros.

—Kisuke-sama, la sexta ya no es parte de mi fracción. Lo que haga él con la humana no es de mi incumbencia, si la quieren vayan a Las Noches a rescatarla, a mí me importa un pepino. Si quieren de paso matan a la sexta, a mi lo único que me importa es el objetivo de Aizen-sama—aseguró la ex shinigami, dejando perplejo a Urahara.

— ¿Qué está diciendo Roxanne? —preguntó anonadado Grimmjow.

—Las palabras de Aizen-sama son mi única razón de vivir—aclaró la de ojos morados.

—Te has convertido en el Zero Absoluto ¿verdad? —preguntó resignado el rubio.

—Así es. Nada es capaz de derretirlo, nada es capaz de fundirlo, él es el infinito—dijo segura la chica, haciendo que Ulquiorra se sorprendiera.

— ¿De verdad crees que yo voy a dejar que esa pizca que te queda de humanidad se deje dominar por el hielo, Roxanne? —preguntó el ex capitán de la décimo segunda división que estaba dispuesto a pelear con ella.

— ¿Humanidad? Qué estupidez. Yo solo soy una cosa, un objeto que Aizen-sama debe usar para lograr su magnificencia. Yo tan solo soy una pieza, pero estoy orgullosa de ser el Zero que lo congela todo—aseguró la mujer, como si le hubiesen lavado el cerebro y dejando impactados cada vez más a todos los espada.

—Yo pensé que solo estaba actuando ser el Zero Absoluto, realmente te has convertido Rox—pensó el cuarto espada, quedando más pálido de lo que ya era, haciendo que Stark se diera cuenta de que definitivamente algo no iba según el plan.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora