Debes aprender la lección, pantera mal educada

192 18 0
                                    

Capítulo 21. Debes aprender la lección, Pantera mal educada.


Sin decir más, la sexta espada se retiró de la enfermería de la escuela y se llevó a Roxanne hacia la casa que tenían cerca de la ciudad. Mientras tanto, Ulquiorra aún seguía en clases para guardar las apariencias.


— ¿No vas a ir a ver a la traidora? —preguntó sarcásticamente la de ojos azules.

—Sé que Roxanne-sama estará bien—contestó para molestar a la de cabellos plateados, que no podía sacarse de la cabeza a la espada de Aizen.

—Phantom-kun ¿Cómo se encuentra Le Roux-chan? —preguntó la profesora.

—La verdad es que estaba inconsciente, por lo que la enfermera decidió que debía ir a casa, y Grimmjow se la llevó—aclaró naturalmente el de ojos azules.

—Pero podría haberme avisado ¿acaso se conocen ustedes? —preguntó la profesora.

—Los cuatro vivimos en la misma casa—afirmó como si fuera lo más normal del mundo.

— ¿Solo los cuatro? —cuestionó espantada la maestra.

—Lo que Stark quiso decir es que nosotros cuatro nos conocemos hace tiempo atrás y por eso, nuestros padres decidieron que viviéramos todos en la misma casa y así no estaríamos solos—explicó Ulquiorra sacando a Stark de aprietos.

—Entiendo. En ese caso es distinto—dijo riendo la mujer, mientras seguía con sus clases.


Mientras tanto. Grimmjow ya había llegado a la casa que usaban los espada en el mundo mortal, y fue de inmediato a la habitación de Roxanne, para dejarla descansando. Sin embargo, el verla indefensa y con menos ropa de lo acostumbrado lo hizo quedarse un tiempo en el lugar, observándola.


—Eres tan hermosa—susurró sin poder creer que él mismo dijera esas palabras.

—G...Grimmjow—balbuceó inconscientemente la joven.

— ¿Acaso estará pensando en mí? —se preguntó sorprendido el de ojos azules.

— ¿Por qué? —preguntó desvariando la de cabellos negros.

— ¿Te he hecho tanto daño? —se cuestionó fuertemente el espada.

— ¿Por qué? —preguntó desesperada la de ojos morados.

—Como si yo realmente quisiera ser así contigo—comentó con una cara que mostraba todo el dolor que sentía por ser así con ella.—Tengo que ser así. Si Aizen llegara a darse cuenta de que eres importante para mí, ya te habría acabado, y yo...jamás dejaría que desaparecieras. Nunca permitiré que alguien te haga daño—prometió secretamente la sexta, cubriendo con una frazada a la mujer y dejando la habitación.


Por otro lado, en la escuela de Karakura todo estaba más tranquilizado. Las clases por fin habían terminado, y Stark junto con Ulquiorra preparaban sus cosas para volver a su hogar.


— ¿Ya se van? —preguntó Orihime.

—Si, quisiera saber cómo esta my lady—contestó honestamente el de cabellos castaños.

—Por mí, que se muera—agregó ofendida la de ojos azules, haciendo que Ulquiorra se molestara.

—No nos interesan tus malos deseos hacia nuestra señora—contestó con desprecio, dejando el lugar.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora