La domadora en el poder

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Capítulo 6. La domadora en el poder

Poco a poco la sala de reuniones de Las Noches se iba llenando con todos los Espada que se encontraban sentados rodeando esa enorme mesa que Aizen adoraba. Para variar, había algunos que no tenían la más mínima intención de estar tanto tiempo reunidos para hablar cosas "ridículas" como Nnoitra o el mismo Grimmjow, que ya estaba fastidiado por encontrarse en el lugar.

—Que idiotez tener que gastar el tiempo en hablar tonterías—dijo enojado el de ojos azules.

—No seas impertinente, Grimmjow—contestó molesto Ulquiorra.

—Bueno, veo que todos mis Espada están aquí—agregó Aizen.

—No Aizen-sama, no todos sus Espada están con usted. Aún falta la más importante—agregó la mujer de cabellos negros, que sorprendió a todos al encontrarse bastante mejor de salud.

—Adelante, my lady—agregó la primera Espada, tomando la mano de la mujer para sentarla al lado derecho de Aizen, lo que sorprendió a todos los Espada, menos a las cuatro más poderosas.

— ¿Qué significa esto? —preguntó calmadamente Nnoitra.

—Había querido mantener esto en secreto debido a que podía tener problemas si los Shinigami lograban hacer algo, pero al ver que no son gran amenaza, ahora puedo revelarles el puesto real que tiene Roxanne en los Espada—explicó Aizen, viendo la cara de odio de Grimmjow.

—Roxanne no es cualquier espada. Ella es el Zero Absoluto—aclaró Gin, sonriendo maléficamente.

— ¿Zero Absoluto? Qué mierda es eso—preguntó fastidiado el de ojos azules.

—El Zero, es la Espada más poderosa de Las Noches, pero jamás pensé que fueras tu, Le Roux-san—comentó riendo Szayel.

— ¿Qué va a ser esta zorra la Espada Zero? con suerte puede ganarme—aclaró riendo, sin darse cuenta de que Stark estaba detrás de él y que ya tenía sujeto el cuello de la sexta.

—Tu realmente eres imbécil ¿no te dije que si volvías a decirle algo a Roxanne te ibas a morir? —preguntó resignado y con todas las ganas de atacar al insolente de Grimmjow.

— ¡Stark! —exclamó su nombre, haciendo que el castaño soltara inmediatamente a la sexta y se pusiera nuevamente junto a la de cabellos negros.

—Lamento haberme excedido, my lady—dijo sonriendo amablemente.

—No tienes de que preocuparte Stark, esta ha sido la última vez que te salvo el culo sexta, no habrá próxima vez. No pienso detener a Stark si él quiere hacer algo contigo—aclaró con aires de superioridad, haciendo que Grimmjow se encendiera por dentro.

—La reunión no es precisamente para hablar del poder que tiene Zero, sino que para que conversemos sobre los Shinigami y nuestro plan. Debido a que estamos en tregua y la guerra está en receso, hemos decidido con Tousen, Gin y Zero que lo mejor que podemos hacer ahora es que aprovechen de entrenar y para eso, haremos grupos de entrenamiento—informó el Shinigami, haciendo que algunos saltaran ante la propuesta.

—No quiero perder mi tiempo en aburridos entrenamientos, además deberíamos pelear de una puta vez, me estoy aburriendo aquí—dijo Grimmjow, siendo secundado extrañamente por Nnoitra.

—Yo no pienso perder mi tiempo en tonterías—agregó la quinta Espada, originando un conflicto con otros miembros que estaban de acuerdo con la decisión tomada por Aizen.

— ¡Basta! —gritó enojada Roxanne.

—Bastante actitud, Zero—comentó Gin.

—Haremos lo que Aizen-sama ha ordenado. Hemos quedado en que irán en grupos que Aizen-sama decida.

—Bueno, quiero decirles que este entrenamiento no será tan aburrido como creen Grimmjow y Nnoitra, ya que podrán cazar Shinigami o lo que a ustedes se les ocurra.

—Eso no está nada mal—acotó la quinta Espada.

—No puedo creer que Roxanne sea Zero. Sabía que tenía un rango mayor al mío y que debía obedecerle, pero ahora es aún peor—pensó enojadísimo el de ojos color zafiro.

—He decidido que el primer grupo lo decida Zero.

—Aizen-sama.

—Para salir de aquí, tendrás que ir con tres Espada. Lo único que te digo es que no puedes elegir una mujer, por lo que Halibell no te acompañará en tu viaje—aclaró inmediatamente el peli castaño.

—Entiendo Aizen-sama.

—Además, te advierto que solo elegirás a dos de tus compañeros, yo elegiré al tercero.

—Muy bien. Para esto quisiera que me acompañara.

—Es obvio que me va a llamar a mí, ¿a quién más? Yo soy el Rey Pantera—pensó confiado el de cabellos azules.

—Stark.

—Sí my lady.

—He decidido que tú me acompañes en el entrenamiento—dijo tranquilamente la de ojos morados.

—Será un honor, Roxanne.

—Y junto a ti, quisiera que...Ulquiorra me acompañara también—dijo mirando fijamente a los ojos verdes que tomaron con mucha calma aquella decisión.

—Me parece bien—agregó el de cabellos negros, acercándose a Stark y Roxanne.

—Muy bien Zero, veo que es un grupo excelente—comentó Gin.

—Roxanne tiene buen gusto para elegir a sus compañeros de viaje—agregó Halibell, haciendo que Grimmjow se enojara con aquel comentario.

—He decidido que tu acompañante, será Grimmjow, Roxanne.

—Será como usted decida Aizen-sama—contestó, casi como si fuera una molestia que la sexta fuera con ella.

—Pero yo no estoy de acuerdo. No me iré con esta mujer a entrenar.

—Ya lo he decidido—sentenció el shinigami.

—Yo seguiré sus órdenes Aizen-sama, pero él debe seguir las mías, de lo contrario, yo misma aniquilaré a la sexta y buscaré a un reemplazante para él—informó como si no tuviera sentimientos y se retiró de la reunión, dejando a Grimmjow completamente descolocado.

—Bueno, en cuanto a los demás, ustedes verán como hacen los grupos—dijo Gin, haciendo que la reunión concluyera.

De inmediato, Grimmjow se paró de su silla y se dirigió a la habitación de Roxanne. Él no dejaría que ella trapeara el piso con la Pantera.

— ¡Oye! —gritó enfurecido, tomando bruscamente el brazo de la Zero.

—Suéltame sexta—ordenó la chica mirándolo con desprecio.

— ¿Qué es toda esta mierda? —preguntó furioso el de ojos azules.

—No tengo nada que hablar contigo sexta, suéltame—pidió nuevamente la de cabellos negros.

—Zorra de mierda.

— ¡Suéltame! —exclamó la mujer.

Sin previo aviso, Ulquiorra se encontraba al lado de Roxanne y Stark tenía sujeto el brazo de Grimmjow que no dejaba ir a la de ojos morados. Sin embargo, el de cabellos castaños estaba dispuesto a acabar con la sexta si era necesario.

—Creo que tu brazo va a volar—comentó Stark.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora