La domadora de panteras

La luna de Las Noches, y el sol trae nuevos días ¿soportaré el dolor?

Capítulo 44 La Luna de Las Noches y el Sol trae nuevos días ¿soportaré el dolor?

Grimmjow estaba impactado, no solo por la reacción que tuvo Roxanne al saber de sus sentimientos, sino de sí mismo. Él realmente no podía creer que se había confesado por fin a Roxanne y eso lo hacía sentirse feliz, aunque no quisiera reconocerlo.

Por otro lado, la shinigami ya no podía estar más contenta, después de tanto tiempo Grimmjow por fin le correspondía aquel amor que ella le profesaba y ya no había nada que los pudiera separar.

Ambos se separaron un momento para mirarse a los ojos, estaban disfrutando cada instante de su confesión, quería creer que aquello no era un sueño y que realmente estaba sucediendo.

El Espada no soportó por mucho tiempo estar separado de Roxanne, por lo que se acercó a ella, la tomó de la cintura y la besó suavemente, siendo completamente correspondido por la capitana que tan solo tenía en mente no separarse jamás de la persona que amaba.

Ella comenzó a intensificar las caricias hacia el sexto espada, que sintió como la mujer acariciaba ansiosamente su cuerpo, pidiéndole que el contacto continuara y se profundizara aún más, por lo que Grimmjow accedió de inmediato a aquella petición de la mujer y la recostó sobre el sillón que había en la oficina de Roxanne y se puso encima de ella, produciendo un leve sonrojo por parte de la mujer, que sentía como la temperatura iba subiendo cada vez más, pero quería continuar para entender que todo aquello que estaba ocurriendo era real y que no sería como la primera vez que le había entregado su cuerpo a Grimmjow.

El espada prosiguió con su labor y comenzó a besar el cuello de la chica, haciendo que leves gemidos salieran de su boca, provocando cada vez más a pantera que ya estaba bastante excitado tan solo con tener el control de Roxanne por unos instantes, ya que la chica decidió que esta vez sería distinto, por lo que se levantó un poco para abrazar a Grimmjow y luego lo giró para dejarlo a él debajo de ella.

—Rox, oye—decía con la respiración entrecortada.

— ¿Qué es lo que pasa, Grimmjow? ¿acaso te molesta que te domen? —preguntó sarcásticamente la de cabellos negros, besando el cuello de Grimmjow, para luego bajar poco a poco mientras besaba el pecho del arrancar que también gimió de placer, aunque trataba de reprimirse para no darle el gusto a su domadora.

—Creo que, si te gustó, sin duda soy la que puede domarte rey pantera—susurró sensualmente en el oído de Grimmjow, lo que le dio la oportunidad a este de intercambiar nuevamente los roles.

—Creo haberte dejado claro esto hace mucho tiempo Rox, pero a pantera no lo domina nadie—aseguró riendo mientras comenzaba a despojar de sus ropas a Roxanne para apreciar el hermoso cuerpo de su pareja, que parecía estar cada vez más sonrojada ante lo que estaba ocurriendo.

Grimmjow adoraba ver aquella cara sonrojada de Roxanne y lo provocaba aún más para continuar con lo que hacía. Por otro lado, la mujer no quería quedarse atrás, por lo que comenzó también a despojar de sus ropas a pantera, dejando su torso varonil descubierto. El espada estaba bastante satisfecho al ver que la joven también estaba sintiéndose cada vez más excitada con la situación, así que no perdió más tiempo y lentamente le sacó la ropa interior, dejando completamente desnuda a la mujer, que de inmediato se abrazó a él, lo que hizo a Grimmjow, darse cuenta de lo inocente que Roxanne podía llegar a ser, por más que tratara de hacerse la fuerte o femme fatale, a veces podía comportarse como una niña.

— ¿Tantas ganas tienes de abrazarme en un momento como este? —preguntó riendo tiernamente el espada.

—Es que me da vergüenza que me veas así—contestó sinceramente sin dejar de tomar su cuello para taparse con el propio cuerpo de su amado.