Escapes y decisiones I

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Capítulo 51 Escapes y decisiones I.


La habitación se había quedado en un silencio sepulcral, y tanto Sora como Matsumoto estaban expectantes a la respuesta que daría el capitán de la décima división, quien se encontraba reflexionando sobre lo que debía hacer.

Él quería aceptarla de inmediato, después de todo Sora era alguien muy importante en su vida, y Ulquiorra se la había arrebatado de un segundo a otro, pero también quería saber que era lo que estaba sucediendo, por lo que decidió hablar en primera instancia con su amiga.

—No—respondió tajantemente el de ojos verdes.

— ¿Por qué no, Toushirou? —preguntó afligida la de cabellos blancos.

—Déjame terminar. No, hasta que me digas que diablos te hizo Ulquiorra—sentenció el dueño de Hyourinmaru.

Mientras esto sucedía, Lilinette se encontraba en la entrada de la sexta división, ya que necesitaba tener una reunión con alguien de ese lugar.

Al entrar, se encontró con el sub capitán Abarai, quien se extrañó mucho de verla en el lugar y de inmediato le fue a preguntar qué era lo que quería.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó sin más el amigo de Rukia.

—Vine porque tengo que hablar con Kuchiki, y necesito hablar con él ahora—aclaró la de ojos rosados, haciendo que el de cabellos rojos se riera.

—Lo siento, pero el capitán está muy ocupado y no creo que quiera recibirte—contestó sinceramente el de la pañoleta.

— ¿Ni siquiera por Roxanne? —preguntó la de cabellos verdes.

— ¿De qué estás hablando? —interrogo el de los tatuajes.

— ¿Acaso no lo sabes? Roxanne se fue de la Sociedad de Almas—aseguró la novia de Stark, siendo escuchada por Byakuya.

— ¿Podrías repetir eso otra vez? —preguntó interesado el hermano de Rukia.

—Capitán ¿desde cuándo está ahí? —consultó sorprendido Renji.

—Acabo de llegar ¿Qué es lo que tienes que decir de Roxanne? —cuestionó serio el de ojos azules.

—Ella se ha ido ¿te gustaría saber en dónde se encuentra? —preguntó animada la de ojos rosados, esperando la respuesta de Byakuya.

Por otro lado, en el mundo mortal. Ichigo llegó sumamente ofuscado a la casa de Urahara, quien pudo percibir inmediatamente el estado de ánimo de Kurosaki.

— ¿Qué pasó, Kurosaki-san? ¿Por qué andas así de molesto por la vida? —interrogó simpáticamente el de cabellos rubios, como siempre.

—Pasó que Grimmjow es una mierda. Roxanne tenía razón en lo que me dijo cuando nos vimos—aclaró el de ojos cafés.

— ¿Qué fue lo que te dijo Rox? —preguntó el del sombrero, que no estaba enterado de las palabras de su amiga.

—Me confesó que pantera la había dejado.

—Vaya, así que finalmente el que había sacrificado la vida por Roxanne se fue con otra mujer ¿cierto? —preguntó el del sombrero bastante molesto con lo que estaba sucediendo.

—No me interesa lo que haya hecho Grimmjow, ni a quien elija. Yo haré feliz a Roxanne los pocos días que le quedan de vida—aseguró Kurosaki, a punto de salir de la habitación.

— ¿Ya das por sentado que Roxanne va a morir? ¿No fuiste tú el que me dijiste que debíamos encontrar alguna solución? —interrogó el amigo de Yoruichi.

—Lo sé muy bien, pero tú mismo dijiste que la opción que tenías era prácticamente imposible—respondió Ichigo.

—La opción no es imposible, lo que temo es que Roxanne no la tome—explicó Urahara.

—Dime Urahara ¿Cuál es esa posibilidad de la que tanto hablas?

Mientras, en la décima división, la conversación de Hitsugaya y Sora continuaba. Esta estaba petrificada, no sabía que decirle a su amigo. Por un lado, le daba miedo contarle lo que pensaba sobre los sentimientos de Ulquiorra, ya que conocía al capitán, y sabía que si le estaba haciendo daño, se enfrentaría al de ojos verdes sin dudar. Por otro lado, ella sabía mejor que nadie que tenía que escapar, y para hacerlo lo mejor era volver a su antigua división.

—No quiero escapar Toushirou, sin embargo—intentó decir angustiada la de ojos azules, cuando ambos amigos fueron interrumpidos por la presencia de Hinamori, que se acercó de inmediato al capitán y a su amiga.

—Hola Sora-chan ¿necesitas algo? —preguntó amablemente la de baja estatura.

—Ahora lo recuerdo. Hinamori está aquí, si vengo solo le causaré problemas a Toushirou—se dijo mentalmente la de cabellos largos y se levantó de su asiento.

— ¿Acaso he interrumpido algo? —preguntó preocupada de haber molestado en algún asunto importante.

—No ha sido nada Hinamori-san, yo ya me iba—contestó mintiendo y fingiendo una sonrisa para poder desaparecer del lugar.

—Espera ¡Sora! —exclamó Toushirou extendiendo su mano, pero su amiga ya se había ido.

En el mundo mortal, las cosas no parecían ir mucho mejor. Tessai se encontraba al lado de Roxanne, que estaba empeorando cada vez más y Kisuke estaba demasiado preocupado de no encontrar la forma de convencer a Roxanne antes de una semana.

— ¿Vas a decirme de una vez Urahara? ¡Responde! —gritó enfadado el de cabellos naranjos.

—Yo también quiero saber cuál es esa solución, Kisuke—acotó la de cabellos morados, que se apareció en la habitación del vendedor.

—Para que Roxanne pueda volver a estar estable y bien como antes, tiene que renunciar a algo que es demasiado importante para ella—aseguró el del sombrero.

— ¿Y qué es? —preguntó curioso Kurosaki.

—Sencillo. Tiene que dejar de ser una shinigami para siempre. Si ella se convierte en una simple humana, podrá sobrevivir ¿Qué me dices Kurosaki? ¿Puedes convencerla de algo que jamás aceptará? —preguntó sarcásticamente el amigo de Yoruichi, esperando la respuesta del shinigami sustituto.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora