La traición y el rapto que despertó al Zero Absoluto

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Capítulo 30 La traición y el rapto que despertó al Zero Absoluto.


Habían pasado algunos días desde aquel incidente con pantera, y en general, todo estaba tranquilo en el mundo mortal. Roxanne iba a visitar bastante a Urahara, lo que hacía que Grimmjow se pusiera furioso. Stark aprovechaba de tomar grandes siestas ya que cuando volvieran a Hueco Mundo de seguro no lo dejarían de molestar, y en cuando a Ulquiorra, este estaba relacionándose cada vez mejor con Sora.

Nada hacía presagiar que llegaría el momento en que Aizen los mandaría a llamar.

—Quiero que vengan todos al comedor—pidió la chica, haciendo que todos se levantaran desde sus respectivas camas.

— ¿Qué mierda quieres, zorra? Estaba durmiendo.

—Aizen-sama ha mandado a llamarnos y nos ha encomendado una misión—contestó la chica algo pálida.

— ¿Qué hay que hacer? —preguntó Ulquiorra.

—Tenemos que llevarnos a alguno de los amigos de Kurosaki Ichigo a Hueco Mundo. Debemos secuestrar a alguien.

— ¿Sale específicamente a quién? —preguntó Stark.

—Bueno.

—No me interesa lo que diga el bastardo de Aizen, yo voy a raptarme a mi juguetito nuevo.

— ¿Juguete nuevo? ¿De qué hablas, sexta? —cuestionó Ulquiorra.

—Que ahora tengo a alguien aquí para divertirme y me la pienso llevar a Hueco Mundo.

— ¿A quién te refieres? —preguntó curioso Stark.

—Me refiero a Orihime—contestó el peliazul abriendo una garganta para capturar a la chica.

— ¿Había alguien en específico? —volvió a preguntar Stark.

—Sí, era Orihime.

—Pero ¿Por qué no lo dijiste? —cuestionó Stark hasta que vio que Roxanne había comenzado a llorar.

—¡¡Maldita sea!! Si esa zorra llega a...voy a matarla sin que me importe nada—aseguró la de ojos morados volviendo a Hueco Mundo.

—Ulquiorra.

—Lo sé, esto no está nada bien. Voy a despedirme de Sora, no quiero atarla a mí. Tal vez después de eso vayamos a morir.

—Ve.

Así fue como Ulquiorra partió inmediatamente hacia donde estaba Sora, quien estaba sorprendida de que el Espada fuera a verla a esa hora.

—Sora...yo.

—No Ulquiorra, no otra vez. Dime que no vas a traicionarme otra vez.

—Lo siento, son órdenes de Aizen-sama—contestó fríamente el de ojos verdes, que realmente quería quedarse con ella.

—Está bien, vete, pero que te quede claro Ulquiorra. Desde este preciso momento, nosotros somos enemigos—sentenció fuertemente la de cabellos plateados, haciendo que el arrancar simplemente desapareciera.

—Eres un maldito ¿por qué siempre me das esperanza?

— ¡Sora-chan! —exclamó Rukia.

— ¿Qué pasa Rukia?

—Orihime, han raptado a Orihime—dijo asustada la de cabellos negros.

—Ahora sí que lo seremos Ulquiorra...solo nos une la rivalidad.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora