La domadora de panteras~ [FINAL]

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Capítulo 60 La domadora de Panteras.


El Rey Pantera la había perdido. Ya no tenía ninguna mano que sujetar, ningún cuerpo al cual abrazar, ninguna persona a la cual amar. Todo se había desvanecido en el aire, y tan solo quedaba un amor aprisionado en aquel corazón rebelde que por fin había sido capturado, pero ya era tarde. Ya no existía aquella domadora que había logrado apaciguar la pasión de Pantera y focalizarla tan solo en ella. No quedaba nada, absolutamente nada.

Un sentimiento desagradable invadió el corazón de Kurosaki. La presencia de Roxanne ya no se encontraba entre ellos y él fue el primero en darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Ella los había dejado, y ni siquiera había podido despedirse de su amiga, de aquella a la cual amó y que dejó libre para que pudiera ser feliz.

Su amiga Rukia también logró percibirlo y lo observó. Se dio cuenta de lo pálido que se encontraba el hijo de Isshin, y no pudo evitar el darse vuelta para mirar a su hermano. El de cabellos largos parecía estar abatido, pero no era esa misma expresión de dolor que mostraba Kurosaki.

La llegada de pantera hizo que el inmóvil shinigami sustituto corriera hacia Grimmjow para tomarlo de sus ropas e increparlo por lo que estaba sucediendo. El de ojos azules no reaccionaba, no era capaz de decir palabras luego de haber visto desvanecerse a la mujer que siempre había amado.

—Grimmjow ¡¡Dónde demonios está Roxanne!!—exclamó furioso el de cabellos naranjos.

—Ichigo—susurró preocupada Rukia, al ver que la situación se podía salir de control.

— ¡Responde mierda! —gritó ofuscado el shinigami sustituto.

—Está muerta—contestó sin mirarlo siquiera, y con la mirada pegada en el suelo, como si no quisiese ver nada, como si evitara vivir.

— ¿Y lo dices, así como si nada mierda? —preguntó ofuscado el hijo de Isshin—¿Eso es todo? ¿Está muerta? ¿Esa es la solución maldito bastardo? —cuestionó al borde de golpearlo.

—Detente Ichigo—pidió la de cabellos negros, pero fue detenida por Byakuya.

—No te metas—ordenó mirando a Kurosaki, quien se notaba angustiado, como él lo había estado al perder a Hisana.

—Pero Byakuya—dijo la muchacha, haciendo que Kuchiki se fijara muy bien en como lo había llamado Rukia. Sin duda aquella diferencia significaba que sus sentimientos tal vez eran correspondidos, pero aquel no era el momento de saberlo.

— ¿Dónde está su cuerpo? —preguntó angustiado Kurosaki, con la esperanza de poder despedirse de ella.

—Se fue para siempre—dijo sin mayor sentido, haciendo que Ichigo se exasperara cada vez más.

— ¡No te bastó con todo lo que la hiciste sufrir! ¿Por qué mierda tenías que aparecer ahora? De seguro si ella no se hubiese angustiado ahora con tu llegada habría vivido unos días más a mi lado—gritó pegándole a Pantera, y dejándolo inerte en el piso, como un muñeco.

Ni siquiera un golpe de Ichigo logró despertar a Pantera de aquel letargo en el que se encontraba. No había ningún ruido, ningún dolor que se comparar al que la sexta estaba sintiendo. Aquella punzada en su corazón no desaparecía, y cada palabra que Kurosaki le decía tan solo aumentaba el dolor que tenía en su interior, aquella impotencia que sentía al no haber podido salvar a Roxanne.

— ¡Levántate maldito cobarde! Te voy a matar aquí mismo—sentenció el estudiante, convirtiéndose en shinigami.

—Esto no está bien—acotó Matsumoto, diciéndole a Shuuhei para que intentara hacer algo.

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