La domadora como capitana, y las confesiones antes de la ejecución de Gin

101 13 3
                                    

Capítulo 41 La domadora como capitana y las confesiones antes de la ejecución de Gin.


Las palabras de Ulquiorra contrariaron bastante a la sexta espada. No podía creer que Ulquiorra lo estuviese "¿apoyando?" y menos pensando en que prácticamente lo odiaba por todo lo que la había hecho a Roxanne en el pasado.

La situación lo había tomado por sorpresa, pero no era momento siquiera de pensar en eso, estaba tan dolido de haber tenido que depender de su enemigo, y además de perder a Roxanne irremediablemente que se sentía "¿deprimido?". Sin duda eran palabras que no estaban en el léxico de pantera, pero ese caso era especial.

—Te veo algo raro, Grimmjow—comentó sinceramente el de ojos verdes.

—Tú también actúas extraño. Jamás pensé que me fueras a felicitar—dijo sarcásticamente el de ojos azules.

—Nadie ha hecho eso, no te excedas. Tan solo aprecio tu gesto de amor hacia Roxanne—respondió mirando hacia una de las ventanas de su oficina.

—Como sea, creo que desde mañana tendré que estar en ese nuevo escuadrón y ver a Roxanne con el tatuado.

— Tu eres imbécil ¿verdad? —preguntó ofendiendo nuevamente a Pantera, como solía hacerlo.

— ¡De qué hablas! Yo no soy ningún imbécil, estúpido—gritó el de cabellos azules.

—Pelea por ella, no seas cobarde—recomendó Ulquiorra, como si estuviese recordando su propia historia con Sora.

Mientras ambos espadas hablaban en la quinta división. Lilinette se encontraba junto con Stark en una de las habitaciones de la octava división, debido a que Stark se la había llevado a rastras para hablar con ella.

— ¿Qué demonios te está pasando, Stark? —preguntó molesta la de cabellos verdes.

—Necesito hablar contigo, tú eres mujer. Bueno, se podría decir—dijo como si estuviese burlando, recibiendo una buena patada por parte de la Arrancar.

—¡¡Claro que lo soy!!—gritó molesta la de baja estatura.

—Como sea. La verdad es que me da pereza hablar del tema, pero hay algo que me está chocando—confesó el de cabellos castaños.

—Ah ya sé, la relación de Roxanne con el imbécil de Grimmjow ¿es eso? —preguntó algo enfadada la de ojos rosados.

—Sí, la verdad es que—intentó decir, pero fue detenido por Lilinette.

—No voy a hablar de ese tema contigo Stark. Ya estoy cansada de eso y no quiero hacerte daño—aclaró la pequeña saliendo como si nada de la habitación.

— ¿Daño dices? —cuestionó siguiéndola por los pasillos de la octava división.

—No voy a hablar del tema Stark, se acabó—sentenció la chica, que podía ser de temer cuando tomaba alguna determinación.

—Siempre había pensado que no teníamos secretos entre nosotros, después de todo somos uno solo—acotó algo decepcionado el de ojos azules.

—Nunca lo entenderías Stark. Mis sentimientos jamás los comprenderás—aseguró la chica quien no le dijo eso mirándolo a los ojos y se dirigió a otra habitación para estar sola.

Stark se sintió bastante angustiado con aquel sentimiento. Era algo que no había experimentado jamás con Lilinette. Era un dolor tan grande verla alejarse sin que ella le dijese nada, sin que le confesara lo que opinaba de cualquier tema, pero no era momento de pensar en eso, o eso era lo que creía el primero que partió hacia donde estaban reunidos Ulquiorra y Grimmjow utilizando sonido.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora