Ocho corazones ¿se unirán o desgarrarán?

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Capítulo 43 Ocho corazones ¿se unirán o se desgarrarán?


La oficina se encontraba con un silencio sepulcral. Ninguno de los presentes decía nada y Roxanne aún tenía sostenido el mentón de Grimmjow, esperando aquella respuesta que la haría feliz o que la haría añicos.

Pantera parecía tomarse su tiempo, y extrañamente le intimidaba la cercanía e incluso la osadía de su compañera de batallas, a la cual no dejaba de mirar en ningún instante. Se sentía sofocado ante el calor que le producía estar tan cerca de la persona que amaba y su cuerpo no respondía como él quería realmente, por lo que decidió quedarse en aquella posición para responderle a la chica.

— ¿Por qué me lo preguntas? ¿Te importa de verdad? —cuestionó el de cabellos azules.

—Por algo lo estoy preguntando—contestó mirándolo fijamente.

—Yo ya te lo dije en la pelea que tuvimos con Aizen ¿acaso quieres que te lo diga de nuevo? —preguntó con algo de soberbia el de ojos azules.

—Tú no cambias—respondió resignada, soltando a Grimmjow y caminando hacia la salida de la oficina para retirarse, cuando fue tomada por el espada que no tenía intenciones de dejarla ir esta vez.

—No es fácil responderle a alguien que estos últimos días me ha tratado como basura—dijo sinceramente la sexta mientras la tenía tomada de la cintura.

— ¿Qué debería decir yo entonces por todo el tiempo que me trataste como basura en Las Noches? —cuestionó mirándolo realmente apenada y logro zafarse de su agarre.

— ¡Quien te crees para dejarme así! —exclamó enojado mientras la perseguía por los pasillos, y Shuuhei lograba escuchar perfectamente como pantera lo había echado todo a perder nuevamente por su orgullo.

—Nunca vas a cambiar, Grimmjow—confesó al borde de las lágrimas, usando shumpo para desaparecer del lugar.

— ¡Maldición! —gritó enojado el Rey Pantera.

—Eso debería decirte yo ¿qué demonios le hiciste ahora a Roxa? Mañana va a venir con un humor del demonio, y voy a tener que escucharla quejarse en todo momento. De seguro a ti te tocará limpiar todo el Seireitei con un cepillo de dientes—acotó el del tatuaje, volviendo a una de las salas de la novena división.

—Necesito saber qué es lo que quieres de mí, Roxanne—pensó el de cabellos azules, dirigiéndose hacia la octava división para platicar con Stark. No era algo común en él, pero sabía que Ulquiorra estaba ocupado con alguien en su oficina, ya que distinguió el reatsu de Sora y decidió no incomodar a la pareja.

Al llegar a la octava división, se encontró con Lilinette, que estaba bastante deprimida y despreocupada del mundo, cuando apareció pantera y la asustó para molestarla, ya que no tenía nada mejor que hacer.

— ¡Buh! —exclamó con una sonrisa de psicópata, haciendo que la chica prácticamente saltara del miedo.

— ¡Acaso eres un retrasado! ¡Maldita sea podrías haberme matado, pantera estúpida! —se quejó sumamente irritada Lilinette.

—Era solo para despertarte, tenías cara de idiota.

—Ese no es tu problema, tarado. Deberías preocuparte más por Roxanne en vez de estarme asustando—recomendó la de cabellos verdes, haciendo que Grimmjow se interesara en hablar con ella.

— ¿A qué te refieres exactamente enana endemoniada? —preguntó el de ojos azules.

—Me refiero a que eres un completo tarado, Grimmjow ¿no eres capaz de darte cuenta de que Roxanne por fin te estaba creyendo? —preguntó la de cabellos cortos, sorprendiendo mucho al de cabellos azules.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora