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Meryem.

Arreglé mi pelo por décima vez, estiré mi camiseta y acomodé mis jeans, respiré hondo antes de tocar el timbre de mi antigua casa. La puerta se abrió mostrando a mi mamá con su típico delantal. Su sonrisa desapareció al verme y sentí como si hubiera sido un puñal a mi pecho.

-Hola-dijo seria

-Hola...-hablé bajo- Traje el postre...-le entregué la bolsa, mientras me dejaba pasar.

-Gracias, tu padre esta en su estudio-se fue a la cocina y me dejó con las palabras en la boca.

Baje la mirada, trataba de acostumbrarme a su indiferencia pero nunca lo lograba, con mis padres antes de que toda la catástrofe pasara éramos los más unidos de Georgetown. Caminé con un nudo en la garganta al estudio de mi padre. Donde debe estar leyendo sus libros de medicina alternativa, los cuales eran su nueva gran obsesión. 

Entré a la oficina y el característico olor a tabaco invadió mis fosas nasales, ahí estaba mi padre con sus anteojos; leyendo muy concentrado un libro "El yo y el ello" de Sigmund Freud, no me lo esperaba leyendo cosas del psicoanálisis, cuyos ojos se despegaron de su lectura al notar mi presencia.

-Hija, cariño-sonrió.

-¿Cómo estás, papá?- cerré la puerta y me acerqué a besar su mejilla.

-Pues bien y ¿Mi pequeña cómo está?-acarició mi pelo mientras me sentaba en el sofa de su oficina.

-Con sueño, fui a ver... a tú sabes-dije algo triste.

-¿Cómo está él?-guardó el libro en su escritorio enorme de roble, el mismo que tiene hace años

-Como siempre... no entiendo como nuestra vida cambio en tan solo una noche-dije angustiada.

-Cariño, ambos hemos hablado de aquello-su voz gruesa de papá protector estaba ahí de nuevo- No podemos arreglar el pasado, pero si que lo podemos hacer en un futuro, hablando de arreglar ¿Cómo esta tu vecino?

-Mejor, gracias de nuevo por la ayuda-respondí.

Pensar en Bruce era lo que menos estaba haciendo ahora, cuando la indiferencia de mi mamá me estaba matando y James todavía sufriendo detrás de las rejas. El calor de hogar de sentía antes aquí ya no estaba y me dolía. Una pequeña parte de mi solo quería volver hace tres años, tal vez cuatro, donde Josh no había muerto ni mi familia estuviera así de fracturada.  

-El almuerzo ya debe estar casi listo-miró su reloj-Vamos a comer, que estas muy delgada

-¿Es enserio pa? No estoy tan delgada 

-Soy doctor y estás bajo tu peso-se levantó de su silla de cuerina, yo del sofá y caminamos al comedor a través del tan conocido pasillo por el que había corrido toda mi infancia.

El olor a puré de papas de mi madre hizo que mi apetito se despertara, comer ese puré casero con lechuga o una tortilla de zanahoria era vida pura, tal vez no extrañara las actitudes de mi madre o la tensión en la casa, pero definitvamente extrañaba la comida, los almuerzos aquí siempre fueron contundentes y deliciosos.

Mi papá entro a la cocina y miré mi celular con más tranquilidad, tenía dos llamadas perdidas de Fer.

¿Que quería este chico?

Iba a devolver su llamada cuando un mensaje de instagram me llegó.

La pase muy bien anoche Mer ¿Vamos a repetirlo hoy? 👀❤

Finally Free «Niall Horan» #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora