Epílogo

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(recomendación, leer el epílogo con la canción en multimedia)

Este capítulo va dedicado a todxs ustedes que nos leyeron

Meryem.

Abroché mi sudadera y subí la capucha a mi cabeza, hacia meses que no sabía lo que era usar un chaleco, y supuse que eso era consecuencia del calentamiento global, el mundo ya no era el mismo, y Georgetown dejaba de tener el clima caribeño que solía agradarme.

Al llegar a la esquina de Bradbury con Lincoln sabía que quedaba una cuadra más para el que solía ser un parque, y ahora no era más que un terreno baldío con un árbol. Mis piernas inevitablemnte comenzaban a acelerar el paso conforme nos acercábamos, para luego aminorar en cuanto llegábamos, solían hacer esto desde hace más de un año y sabía que en esta época debía dar frutos. Sin embargo, hoy se detuvieron abruptamente al verlo. El árbol, antes frondoso gracias a la lluvia, se encontraba en el piso con la mayoría de sus ramas rotas junto varias máquinas a su alrededor, unos cuántos tipos se alejaban de éste mientras conversaban entre sí.

-¿Qué mierda están haciendo?-le pregunté al primer hombre que vi después de correr sin pensarlo dos veces.
-Señorita por favor alejese de este lugar, estamos trabajando
-¿Perdón? Les pregunté qué están haciendo
-Señorita, por favor retírese, este es un recinto peligroso, no puede entrar sin protección-golpeteó su casco.
-¡No puedo creer que estén haciendo esto!, ¿Saben lo importante que era?, ¡Llevaba años en este lugar, los niños juegan en él!-fui consciente de mi tono de voz elevado, pero sólo porque las miradas de todos los hombres alrededor se voltearon a mí, ahora era el centro de atención y ni si quiera me importaba.
-Le repito que se vaya, esto es un lugar privado-repitió el mismo tipo, que no parecía mayor de 35.
-¡Por supuesto que no saben lo importante que era!, ¡Ni les interesa!, ¡Voy a llamar al alcalde para que los multe!
-Señorita relájese
-¡No me pida que me relaje!, ¡Quiero hablar con su superior!
-Tenemos permiso de la municipalidad, si quiere se lo muestro
-No sé quién te crees que eres para venir y gritarnos así, sal de acá -pronunció otro hombre a mi costado del que no me había percatado, al mismo tiempo que agarraba mi brazo tirándome.
-¡No me toques!-mis manos se convirtieron en puños y una de ella llegó a su rostro, podía sentir la adrenalina en mi cuerpo, e incluso quise golpearlo de nuevo, pero el brote de sangre de la nariz del tipo me detuvo-¡NO ME TOQUEN!-repetí alzando las manos cuando vi otros acercarse a mí para detenerme, pero se arrepintierno en el camino.

Mi pecho bajaba y subía sin parar, mi respiración era agitada y mis nudillos parecían palpitar. Observé a todos a mi alrededor, todos habían tomado una distancia considerable conmigo,  noté que uno de ellos hablaba por celular mientras me miraa de reojo, supe que era el momento de irme.

-Espero que duerman tranquilos por la noche-les dije antes de marcharme.

Era una bomba de tiempo, el nudo en mi garganta no iba a seguir contenido, mis lágrimas amenazantes brotaron solas y solo... solo quería llorar, llorar como nunca antes. Corrí la distancia sobrante al departamento, sentía que había hecho el ejercicio de un año después de correr una maratón. Ignoré el saludo de Robert y continué corriendo hasta que llegué al departamento. El árbol. Cortaron el árbol. Llevaba años en la ciudad y lo cortan de un día para otro. Esta vez no las detuve, las lágrimas seguían el camino hasta mi barbilla, y luego caían en mi regazo, continuaron silenciosas mientras me colocaba una gaza en los nudillos, que no paraban de arder.

Supe que si mis llantos incesantes continuaban tarde o temprano algún vecino tocaría mi puerta, las paredes eran muy delgadas y me podrían confundir con alguien agonizando. Por lo que tomé la llave y subí las escaleras hasta el lugar que considero mi refugio desde que me mudé, la brisa marina chocaba mucho más desde la altura, me golpeaba la cara y extendía mi cabello como una bandera izada, me dirigí al sector donde solía sentarme, abracé mis rodillas y dejé que el bullicio de la ciudad me empapara.

El árbol. Lo talaron. Para mañana sólo habría una construcción y el lugar donde solía estar, ya no lo vería de regreso del trabajo, ahora sólo tendría los recuerdos de lo que alguna vez fue mi vida, las aventuras de juego con James donde ambos pasábamos todo el día jugando, mi primer beso en la banca que se encontraba a su lado, y... Y la primera vez que vi a Bruce. Estaba sentada en la rama más alta que podía sostenerme cuando lo vi a lo lejos, me pregunto si lo hubiese conocido de no ser porque quería salvar el árbol que terminó siendo talado de todas maneras, probablemente no, y probablemente habría sido mejor así, porque no habría llegado a mi vida como un sueño fugaz que creía había pasado, pero en realidad no fue nada más que eso: un sueño. Tal vez, nunca debí subirme a ese árbol, porque estaba fiervemente aferrada al pasado, cuando sólo debí dejarlo ir, como se había ido ahora. Como... como él se había ido. Reí ante la ironía de mi conclusión. Ese tronco con hojas ya no estaba, y tampoco él, mierda, era una estúpida. Creía estar bien, después de dos meses sin señales cualquiera lo habría superado, creía que lo había hecho, pero aquí estaba; colapsando y golpeando a un hombre que sólo hacía el trabajo que le mandaron a hacer, porque yo me di cuenta que nuestro amor, al igual que el árbol, había colapsado. Sonreí, esta vez sin lágrimas, porque supe que había llegado el momento de darle un final, y tenía que ocurrir un evento como éste para que despertara y lo dejase ir.
 
-Supuse que estarías aquí...-la ronca voz de Bruce, ¿era real?, ¿o acaso el dolor del golpe se me había subido a la cabeza y estaba alucinando?- Mer...-esta vez su voz no sonaba como algo lejana, me volteé hasta ver a un Bruce Hetch, con barba y una vez más pelinegro-Hola...

-Pensé que te habías ido...

-Y así fue, solo volví para vender la casa-sonrió nervioso-necesitan que firme yo-asentí y un silencio nos rodeó.

-No, Mer, también volví porque, siento que nos merecemos una conversación, yo... no creo que tú merezcas que me despida por un mensaje, no cuando pasamos por tantas cosas, así que...

-No, por favor, déjame hablar a mí primero, tengo algo que contarte...-lo miré y a pesar de su sorpresa se quedó callado-me di cuenta que yo te oculté cosas que a lo mejor debí decirlas... Ha pasado mucho tiempo y nunca le he dicho esto a nadie, así que quiero que la primera vez que lo diga sea a ti, ya sé que no somos nada, pero yo te amaba mucho, más de lo que creía, y... también fuiste mi mejor amigo, porque estabas a mi lado sin importar qué, por respeto a eso, quiero que lo sepas antes de que te vayas...-tomé una bocanada de aire antes de empezar.
-¿Recuerdas mi fiesta de cumpleaños?-él asintió en silencio-Ese día, ese día... Estaba alguien de mi pasado-cerré los ojos unos segundos para tragar el gran nudo que me estaba sofocando-Antes de conocerte a ti, en mi vida solo había existido un gran amor... Un amor que pensé nunca superar, él se llamaba Josh-me quedé en silencio y suspiré- Josh era un chico increíble, pero la vida... No sé, tal vez mi mala suerte en el amor hizo que lo perdiera-sonreí triste- después de él, pensé que nadie mejor llegaría y bueno, apareciste... Pero ese solo fue el inicio, Josh se había ido y yo caí en depresión, tú sabes cómo es James, creía que las penas se olvidan con una fiesta, así que fuimos a una...-observé sus ojos, pacientes y atentos, la corriente de aire movía un mechón de pelo que colgaba en su frente-Ese día un chico llamado Colton abusó de mí...-me detuve, creía que Bruce iba a decir algo, pero de su boca sólo salió un resoplo de asombro. Tomé el coraje que había agarrado y la adrenalina por confesarlo en voz alta- ...ese día todo termino para mí, me odiaba, me daba asco, odiaba estar en mi propia piel, odiaba ser yo, todos los días eran una carga, trataba de encontrarle un sentido a mi vida pero, nada parecía realmente importante, no me gustaba que la gente me tocara, no me gustaba simplemente interactuar con mi pasado o vivir... estaba rota, totalmente rota Bruce, estaba rota y vacía-sollocé- Hasta que te vi, con tus sonrisas cómplices, tu calor... Me ayudaste y no sabes cuánto, volví a confiar, volví a tener sueños y a dormir plácidamente, cosa que no creía posible antes de conocerte, no sabía si podía volver a querer a otra persona de la manera en que te quiero a ti, no sabía... si  podría si quiera dejar que alguien estuviese cerca de mí, que me tocase, pensé que moriría sola, y estaba bien con eso porque no quería volver a sufrir, no quería volver a confiar en alguien, pero... pero luego llegaste tú y...-suspiré, estaba perdiendo el hilo de la conversación-En mi cumpleaños...-continué- Colton Granger estaba ahí, una vez más trató de abusar de mi... Pero no lo logró, sentía tanto miedo, te necesité ahí, Bruce... Pero el temor que me rechazaras, no lo sé, es horrible sentir esa carga, cuando no eres capaz mantener tu propio cuerpo a salvo... Supongo que quería decírtelo porque ese día exploté sin que lo entendieras, quería explicarte, pero no podía...

-Meryem-alcé la mirada ante mi nombre. Bruce mordía sus labios nervioso, suspiró y volvió a mirarme.-Mi verdadero nombre es Niall Horan

Epílogo editado y co-escrito por SmileWithHoran❤️

Finally Free «Niall Horan» #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora