62

2.1K 208 33
                                    

Meryem.

El calor golpeó de sopetón mi cara, algo sofocante era el aire que se respiraba, pero con Bruce nos apresuramos a llegar a la barra donde estaba mi tío Pedro como un pseudo barman.

-Te apuesto que puedo con más shots que tú-dijo Bruce en cuanto nos sentamos a la barra.

-No quiero embriagarme hoy, Bru-dije divertida por este fiestero novio, pero incómoda, porque sentía que no era el día, no con mis padres aquí.

-Vamos, no seas gallina Mer-colocó sus brazos a los costados y empezó a cacarear imitando al ave, luego tomó su primer shot, hizo una mueca y pidió otro.

-Bru, no creo que esté bien eso, además, ya bebiste cerveza, y bastante, te vas a embriagar -traté de sonar lo menos apática .

-Estamos en una fiesta Mer, no seas aburrida-dos, tres, cinco shots fueron tomados por Hetch y estaba un poco molesta mirándolo.

Hoy no quería ver a Bruce ebrio, yo tampoco quería tomar más alla para quedar borracha, pero aquí estaba viendo cómo mi  novio se ahogaba en alcohol. Giré la cabeza a ambos lados estando agradecida de que mis padres no estuviesen a la vista, sin duda no querría que se llevasen esta impresión de Bruce, aunque yo sabía que sólo era por la ocasión y el momento de estar en una fiesta.

Bufé e iba a ir al baño para controlar mi enojo, pero las manos de Bruce me tomaron fuerte para ir a la multitud y bailar. Un escaso recuerdo de Josh vino a mí en una de las tantas fiestas que los dos asistimos, donde, al contrario de esta, yo era el alma del lugar, bailando juntos en el centro de la pista de baile (pero siendo yo el foco de atención) e incitando a la multitud a hacer lo que yo decía, como levantarme boca abajo para beber directo de la barra o llevar la fiesta al patio del señor Frederick que siempre me molestaba.

-Ten mas cuidado Bruce-dije molesta mientras pestañeaba fuertemente, dándome cuenta de que ahora estaba plenamente consciente de lo que hacía, así como estaba consciente de que este no era el lugar apropiado, porque aunque hice muchas locuras en el pasado ninguna fue en mi casa.

-Ya cariño, disfrutemos-se apegó a mí comenzando a besarme el cuello- Hoy cumplo 25, soy un anciano-rio, contagiándome levemente por el tono de voz que utilizó.

-Un vejestorio, a decir verdad -me burlé todavía reacia a sus palabras melosas y besos.

-¿Qué pasa, amor?-dijo lento, con la lengua pegada- ¿Acaso no quieres disfrutar tus 22?-me dio una nalgada.

-Iré al baño, Bruce-me solté de un empujón fuerte.

Me alejé lo más rápido que pude, cuando perdí al chico de mi vista caminé tranquila al baño del segundo piso estando segura de que nadie estaría ahí, por lo menos mi mamá había dejado claro que la vacija Ming estaba ahí y por nada del mundo alguien se podía acercar a ella. Notoriamente, estaba todo más tranquilo, no había rastros de alguien y comprobé que habían dejad las habitaciones con pestillo.

Antes de entrar al baño fotos colgadas en las paredes llamaron mi atención, era nuevas... O, mejor dicho, viejas pero devuelta al pasillo. Eran retratos de nosotros; fotos familiares donde nos encontrábamos tan felices como alguien puede estarlo, una era de incluso antes de que yo naciera, con unos padres jóvenes observándose el uno al otro en la playa, otra solamente de mí, sonriendo a la cámara con mi dentadura casi perfecta, de no ser por el diente que hace segundos de ser tomada la foto se había caído.

Unos minutos distraída por las fotos de aquel cuadro, decidí encaminarme al baño. Siempre que bebía aunque sea la mínima gota de alcohol mi vejiga ruega por un sanitario.

Finally Free «Niall Horan» #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora