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Capitulo dedicado @TesTierraBlanca 💘

Meryem.

La mirada de mis padres era devastadora, era mi culpa que estuvieran así.

No debí haber hablado.

Estaba consciente de la apariencia que creaba ante sus ojos y ante los ojos de todos; fragil y sensible. Quise levantarme de ahí e irme a mi casa, donde estaría a salvo de las miradas, pero mi cuerpo parecía no responder pesando el doble y obligándome a permanecer en mi antigua cama, cubierta con el edredón hasta la cabeza como medida de protección.

-Mer...-susurró una voz que reconocí al instante, aflojé el cobertor bajándolo hasta permitirme dejar mi rostro a la vista, observándolo, cauto ante mi reacción.

-¿Qué quieres, Bruce?

-¿Te puedo abrazar? Por favor- estaba lista para gritarle que se esfumara, que le había dicho que necesitaba mi tiempo e incluso sopesé la alternativa de cubrirme debajo las sábanas y activar mi escudo personal (que consistía en actuar fríamente como si estuviese a punto de hibernar), pero su mirada me dijo que había llorado recientemente tanto o más que yo. Asentí, levantándome para unir mis brazos alrededor de su cuello, ya que de alguna forma él era una de las personas que mi cuerpo no rechazaba. También porque supe que Bruce necesitaba consuelo más que yo.

-¿Pasó algo?-me refiero a algo más que mi pesadilla apareciendo en mi cumpleaños, negó en mi cuello-Sé que algo te ocurre, por favor dime

-De verdad, no es nada, lo siento tanto...-se alejó lo suficientemente como para poder dirigirme la mirada- ¿puedo quedarme contigo?- preguntó con los ojos iluminados por sus lágrimas que sabía habían estado ahí, por supuesto, asentí como el robot automático en el que me convertía cuando se trataba de él y sus ojos.

Tomé de su mano y tiré de ella hasta la cama de dos plazas, la misma donde solía acostarme con revistas y fotografías reveladas esparcidas para luego recortarlas y hacer un collage en la puerta, la misma donde me había ocultado tras la muerte de Josh arrancando las mismas láminas que había pegado poco tiempo antes, y exactamente la misma cama con el respaldo de madera tallado en el dibujo de un árbol de la vida, donde meses atrás me había acostado con una sonrisa en el rostro luego de besar a Bruce por primera vez sin pensar una sola vez en el tormentoso pasado que me seguía. Esta vez no tenía una sonrisa en el rostro, pero sí a mi fuente de alegría a mi lado, aferrado a mi cintura como si temiese perderme, sumiéndose en un sueño tranquilizador con su respiración acompasada junto a mi nuca.

-¡Meryem!
"¡Meryem!, ¡Meryem!" Gritaba la voz, a veces variando y gritando "¡Mer!"
-Ya falta poco, Mer

Abrí los ojos impaciente, dudando si aquella voz había sido parte de un sueño o de la realidad, de una manera u otra se escuchaba extrañamente familiar.

-¿Bruce?-me levanté para ver a mi lado, palpando a la vez el espacio vacío para asegurarme, ya que la luz solar inexistente me informaba que habíamos dormido toda la tarde y ya era de noche. Giré la cabeza para ver un papel amarillo que tenía algo escrito sobre la mesa de noche, lo tomé y giré el regulador junto a la cama para encender la luz.

"Ve para mi casa, te amo
Bruce"

Bajé hasta el primer piso con el objetivo de hacer caso a la nota, confirmando que nadie estaba a mi lado y las voces habían sido parte de un sueño, o pesadilla. Crucé hasta su casa arrepintiéndome por solo colocarme pantuflas, mientras las sentía llenándose de un lodo que se había formado por el resultado de mi mamá, probablemente, regando el cesped. Llegué al umbral de la puerta que se encontraba abierta y me saqué las pantuflas quedando en calcetines, al mismo tiempo que recibía el olor a masa frita que exumaba la casa.

Finally Free «Niall Horan» #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora