67

2.3K 220 639
                                    

Niall.

Cerré los ojos sumiéndome (aún más, si eso era posible) en la oscuridad que me ceñía, tratando, sin logro alguno, encontrar a solución a este problema, problema en el que yo solo me había metido (involucrando a otros, en el proceso). Pero no podía, por más que intentase arreglar todo la situación ya se veía extensa y negra, tan negra como la habitación en estos momentos.

¿Era así como esto iba a terminar? Porque por más que los engranajes en mi cabeza se movieran parecía que tenía que afrontar la realidad de que no sólo mi madre sabía la verdad sino que Meryem, la razón para quedarme en Guyana, había terminado lo nuestro.

Repetí aquella frase en mi mente. 

"La razón para quedarme en Guyana había terminado lo nuestro." Si ya no estaba con Meryem, ¿había algún impedimento para hacer mis maletas e irme en este preciso momento?

Sólo estaba la única respuesta factible que venía a mi mente: contarle. Contarle a Meryem toda la verdad y eso no estaba dentro de discusión. Ella era capaz de sacarme completamente de su vida si se entera que le mentí. Pero entonces, ¿qué verdad contarle? Esto era cada vez más grande, esta pequeña bola de nieve estaba dejando una avalancha de la cual no sabía como salir.
Will me lo dijo, la prensa vendría, mucha gente lo sospecha, Guyana la cual fue mi hogar ya no lo sería. Pero ahora era todo más difícil.
Porque ni mi corazón ni yo queríamos dejar a Mer, no podía, pero ella me había dejado.

El miedo a perderla estaba haciéndose real, las primeras lágrimas después de horas comenzaron a salir. Ella no quería saber nada de mí.

Eres un estúpido, Niall.

Pensé en llamarla, en ir frente a su hogar y explotar con toda la información de mi vida real. Pero otro miedo era acompañado en si deja de quererme por quien soy. Ella se enamoró de Bruce Hetch, no de Niall Horan. Era imposible, Meryem me dejaría de hablar si se entera de toda esta red de mentiras. Ella no mentía cuando decía que apenas sabía de mi vida pasada, pero era la única que conocía al Niall no famoso, que de alguna forma era el verdadero yo. No era el integrante de One Direction, no era "el rubio", era simplemente Bruce, pero Bruce era Niall, el Niall real, humano, que solo quiso un descanso de toda industria.
Mantuve las luces apagadas de la casa mientras el manto de la noche iba oscureciendo los rincones de ésta, me preocupé de que Snake tuviera comida y agua, alegrándome de que tuviese la amplitud del patio para correr sin necesidad de que yo lo pasease; para después subir a mi cuarto.

Pensé en emborracharme, pero ni el alcohol se veía como una solución de la clavada en el pecho que estaba sintiendo. Necesitaba olvidar.

Mi ansiedad estaba creciendo, mis ojos estaban hinchados y la dificultad para poder respirar por cada sollozo que daba me crecía la necesidad de borrarme de todo.

Estaba reviviendo episodios que sentía después de cada show, cuando la adrenalina no era la suficiente. Así me estaba sintiendo, pero con un efecto contrario.

Mi corazón y razón estaban divididas, era dejar que el fantasma de Niall me invadiera por completo, quien en este último año sentía que eso era, nada más que un fantasma o un extraño sueño que tuve. Mordí mi labio nervioso sintiendo el metálico sabor de la sangre para luego reír. Un fantasma. Reí. Yo era un fantasma. Comenzó como una risita entre dientes que era audible sólo para mis oídos, luego Snake apareció a mi lado, seguramente preguntándose si ya había llegado al cúlmine y perdido mi cordura. Para ese entonces el hecho de que mi amigo animal fuese el único que percibiese mi humor y genuinamente se interesase en ello me pareció comiquísimo y estallé en carcajadas con lágrimas que no eran precisamente de alegría, sino de confusión, mezcladas con las ya secas en mi mejilla de desesperación. Pensé que si alguien, además de Snake, entrase en mi cuarto en ese preciso momento me habría confundido con el Joker y encerrado en un hospital psiquiátrico. Porque la presencia de mi amigo, más el pensar en todos los documentales donde las imágenes que uno creía eran déjà vu en realidad eran recuerdos de su vida pasada. Así estaba yo. Niall Horan no era nada más que un fantasma de mi vida pasada que me atormentaba. Abracé mi propio estómago con mi mano derecha para intentar que los dolores provocados por la risa incesante se detuvieran, mientras que con mi mano izquierda enjuagaba las lágrimas que me quedaban.
Me mantuve en posición fetal en un costado de mi cama, ahora completamente sereno. Tras descartar todos los caminos, en un estado ausente miré el velador y la cajita metálica que estaba sobre este, con las pastillas que sabía estaban dentro. Las pequeñas píldoras blancas me observaban a través de su contención dándome otro déjà vu de Niall Horan tomando una tras cada show calmando mi ansiedad. Solían ser sus favoritas y pensaba que cómo un medicamento tan pequeño pudiese surtir tales efectos.
Tomé dos pastillas del envoltorio metálico y bajé al mini bar que James me había ayudado a colocar, busqué la botella de destilado, sirviendo una generosa cantidad puse las pastillas en mi lengua para ser tragadas por el crudo y ardiente vodka.

Finally Free «Niall Horan» #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora