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Meryem.

La casa de mis padres ya estaba con seguro, Snake olfateaba todo por todos lados, mi mamá estaba en su teléfono así que no notaba la presencia de Bruce.Mi padre estaba acomodando los bolsos y Bruce estaba en silencio mirando la casa de mis padres, me gustaría en estos momentos estar en su mente y saber en que estaba pensando.

Estaba ansiosa de lo que podría pasar el fin de semana. Los ojos azules de Bruce estaban en mí y lo noté.

-¿Qué sucede?- hablé bajo, él negó y miró para otro lado medio sonriendo

-Listo-la voz imponente de mi padre nos sacó a cada uno de nosotros de nuestra nube- ¡Nos vamos!

La mirada de mi madre al fin se había despegado de su teléfono y me miró, pero sus ojos caramelos rápidamente se despegaron de mí para ver a Bru. Sonrió y se acercó al chico pelinegro, ahí estaba en vivo y en directo la Isabelle Arslan que cae bien a todos.

-Hola-besó su mejilla-Soy Isabelle Arslan mamá de Mery ¿Tú eres...?

-Bruce, Bruce Hetch-besó el dorso de la mano de mi madre-Un gusto señora Arslan

-Tratame de Isabelle, cariño-decía encantada.

-Amor-la voz de mi papá apareció, tomando la mano de mi madre-Quiero llegar antes de que anochezca, así que los invito al auto.

-¡Snake!-llamé al perro de Bru, que llegó corriendo rápidamente.

-¿Es tuyo?-dijo mi mamá con desagrado.

-De Bruce

-Oh es adorable-dijo falsamente y se sentó en el copiloto.

Ni siquiera me había saludado, ¿Por qué se comportaba así solo conmigo?

Snake iba sentado entremedio de Bruce y yo, acariciaba al can mientras miraba por la ventana. Hace tiempo no hacíamos estas salidas familiares. Volví a sentirme de doce años, donde todo era menos complicado y no tenía que preocuparme por nada. Observé a Bruce y él también parecía estar ensimismado observando todo por la ventana.

Sorprendentemente, el viaje se mantuvo tranquilo y sin peleas, mi mamá no dijo nada y se limitó a cambiar los discos en la radio, ya se imaginarán de quién era el cd.

En cuanto cruzamos la gran reja nos bajamos con nuestros bolsos para que papá fuese  a estacionar la camioneta. Snake corrió rápido de los brazos de Bruce detrás de unos canarios que se encontraban junto a un árbol logrando que salieran volando, para luego colocarse de espaldas y empezar a arrastrarse en el pasto, el Irlandés parecía disfrutar de la vista, miraba cada lugar con una sonrisa. Procedió a quitarle los bolsos que mi mamá llevaba para cargarlos él, por supuesto, ella acepto encantada.

Pasamos por la puerta de la casa y todo estaba tal cual lo habíamos dejado, el exquisito gusto de mi mamá se encontraba por todas partes con ese toque rústico que le había dado, desde la pared de piedras con la chimenea de mármol, hasta la mesa de tronco que se encontraba a lo largo del comedor, había otra parecida afuera para el verano. Me recordaba a la Navidad, solíamos venir aquí y decorar todo con mi madre, colocaba un tren del "Expreso Polar" junto a la chimenea y botas colgando de ésta.

-Tiene una hermosa casa, señora Arslan- dijo Bruce.

-Basta, sólo Isabella, y muchas gracias- le corrigió de nuevo.

-Ven, te enseño tu habitación- le dije.

Caminé a través del los pasillos pasando mi habitación para llegar a la de invitados, que se encontraba al lado. Abrí la puerta y también se encontraba como siempre, el último en dormir aquí había sido un tío que venía de Turquía.

-Entonces, ¿dormiré solo?- me miró simulando estar triste.

-Claro que no, está Snake-

-Lástima, creí que se iba a repetir lo del otro día- me miró de reojo.

-Bruce, dime la verdad, ¿qué pasó ese día?- dije luego de cerrar la puerta.

-Bueno, creías que jugabas a la escondidas y corriste por todo el departamento, terminaste en la tina y accidentalmente se abrió la ducha, comenzarte a hacer un striptease y me besaste... mucho, me besaste hasta que me dejaste sin pantalones-rió por mi expresión-me seguías besando y luego te quedaste dormida

-Dios, ¿entonces nada pasó?- contesté más relajada.

-Yo no diría a eso nada... pero sí, no llegamos hasta el final

-¿De verdad hice un striptease?- pregunté avergonzada, él asintió- gracias por decírmelo- le dije antes de irme a mi habitación, estaba peor que un tomate.

Me alegraba tanto que nada hubiese sucedido, no habría terminado bien, y mucho menos con todo el alcohol que tenía en el organismo ese día.

En mi habitación todo me traía recuerdos, no la remodelaba desde que tenía dieciséis , y de alguna forma eso de verdad me hacía sentir que nada había ocurrido. El cobertor blanco con negro floreado se encontraba sobre la cama y un oso gigante en la esquina. Era cuatro veces más grande que mi actual pieza, lo que me descolocaba a veces recordar mi realidad.

-Meryem- llamaba mi padre detrás de la puerta- vamos a ir al lago, tu mamá quiere ver a sus patos y gansos, ¿vienes?

-Sí, de inmediato

-Le diré a tu amigo

El lago, sólo una de las maravillas que nuestra parcela tenía; antes creía que todo esto era normal y que esta era la realidad de todos, tener dos casas, caballos, etc. Entre otras cosas tenía establos, un jacuzzi temperado junto a los robles, una arboleda que en el verano daba los más jugosos frutos, nuestro camping privado.

Las ocas ahora se encontraban en el medio del lago luego de escapar de Snake, quien las había perseguido y se había metido al agua hasta que dejó de tocar tierra y se asustó; rendido comenzó a morder una de las pocas flores que habían brotado en el invierno, lo que tenía a mi mamá furiosa, pero sin decir una palabra por ser de Bruce, por supuesto, yo no dije nada y disfruté ver sus retoños en la boca del perro.

-Así que, Bruce... ¿De dónde eres?- comenzó a entablar conversación Isabella Arslan.

-Irlanda, pero luego me mudé a Inglaterra- contestó con las manos en sus bolsillos.

-¿De verdad?- interrumpió mi papá-Yo estudié en Inglaterra, Cambridge-

-He estado ahí, es hermosa la universidad- mi padre asintió.

-Solíamos irnos en tren a Liverpool con mis amigos, a 5 horas quedaba en tren, para ver jugar al Liverpool FC- Bruce sonrió de inmediato.

-También los vi jugar, con el Real Madrid

-¿En serio, cuándo?

Y así como así habían comenzado a hablar como si fuesen amigos de toda la vida mencionando a jugadores y otros clubes de fútbol, con palabras que no entendía como "Champions League".

-Mamá, ¿te parece preparar la cena?- sugerí, lo que parecía pensarlo.

-Está bien- dijo resignada.

Era un avance, no uno grande, pero un avance al fin y al cabo.

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Capítulo editado y co-creado por SmileWithHoran

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