Finally Free «Niall Horan» #1

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Capitulo dedicado a @MarianMichelle1

Meryem

Me miraba en el espejo mientras tomaba mi cabello en una cola de caballo por décima vez, no me convencía por completo así que lo dejé suelto finalmente para salir del baño y ver a Bruce terminando de anudarse su corbata con sus dedos moviéndose de forma agil, provocando que me quedase mirando el movimiento como si se tratase de una compleja máquina que junta engranajes.

-¿Estás lista, Mer?- habló sacándome de la ensoñación que estaba teniendo, lo miré a los ojos.

-Sí, ¿te gusta?- moví mi vestido largo, estábamos realmente formales. No lo veía con camisa desde que liberaron a Alex, lo que me hizo sonreír, las únicas dos veces que se había vestido con algo que no fuese una playera era por ocasiones especiales y de celebración, de felicidad. De la misma forma que era la segunda vez que él me veía demorar una hora en mi aspecto.

-Ese rosa como pastel es verdaderamente tu color-acomodó su chaqueta y luego se fue acercando a mí- ¿Me dirás donde vamos?-tomó mi cintura, mordí levemente mi labio inferior.

-No, te pagaré con tu misma moneda, siempre quieres sorprenderme, hoy me toca a mí-le guiñé el ojo y le robé un pequeño beso, lo que levantó las comisuras de sus labios casi inmediatamente.

-Okey-puso los ojos en blanco.

Siempre me acomplejé por mi estatura, que estaba lejos del metro sesenta y muchísimo más del estándar que tienen en las revistas; por ello solía usar tacones de hasta diez centímetros aunque me dañasen los pies. Sin embargo, una vez más, todo parece ser diferente con Bruce, con él, amaba la diferencia de altura que teníamos porque subiendo mi rostro podía apreciar todo desde abajo, hasta su barba mañanera que, bueno, hasta ahora no se ha afeitado y la verdad no quiero que se afeite. Le quedaba muy bien.

-Vamos, se nos hace tarde-me separé para tomar mi bolso.

El plan era ir a un restaurante, pero de esos lujosos que solo te platican en los libros o películas, siempre con Bru hemos sido simples, íbamos por pizza o papitas fritas, pero hoy quería sorprenderlo, sorprendiéndome a mí en primer lugar, al hacer algo que nunca me había atrevido, no al menos en un buen tiempo: pedir dinero prestado a mi papá. Aunque mi plan había tenido unos baches en el camino, para comenzar, todo restaurante que buscaba en internet y que era de mi agrado estaba totalmente lleno, la mayoría tenía reservación con al menos una semana de anticipación, los más lujosos, donde según el sitio web, uno tenía estrellas michelín, tenían hasta un mes de antelación. En segundo lugar, algunas de mis elecciones quedaban lejos de la zona hotelera y eso significaba una hora en auto, lo que haría en el caso de disponer de tiempo. Finalmente recordé que mi tarjeta de crédito tiene accesos a entradas agotadas y exclusivas, una sola llamada bastó para conseguirnos una mesa para dos en un restaurant cerca del hotel.

Era la primera vez que planeaba una cita lujosa y detallista, pero quería sorprenderlo, solo para sorprender a este chico que ha hecho cosas maravillosas por mí estos días, aún seguía sin creerme que estaba aquí, en Australia, había podido sacarme una foto con Luke ¡Había ido a un concierto de mis bebés!

Subimos a un taxi y en un papel le di la dirección del Park Hyatt, el que se ganó finalmente la elección definitiva en mayor parte por las buenas críticas sobre la comida en ese lugar, además, renté una habitación solo para hoy. Tenía que hacer una cita a lo grande como él lo había hecho por mí.

Sentada junto a él estaba un poco ansiosa arreglando cada un segundo las mangas de mi montgomery largo que usaba para el frío vestido de gamuza que caía en una abertura en "V" hasta el suelo de forma que era ligero para saltar incluso si quisiera. Miré a mi chico europeo y él me miraba sonriendo, me sonrojé. Evité sus ojos unos segundos para examinar bien su traje gris, creo que lo que más me gustaba de su outfit hoy día, que no era el típico esmoquin de un color sólido, en cambio, tenía unos pequeños diseños de cuadros blancos, la camisa que traía puesta también le daba un toque, era color blanco, estaba con un botón desabrochado dejando ver algo de su vello en el pecho.