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Apenas girarme para dedicarle unas cuántas palabras a Shely, me di cuenta de que ya me encontraba completamente sola y detrás de la puerta, estaban cerrando con llave y por último con pasador. Ahora si estaba realmente presa como si fuera una completa criminal.
Me di cuenta de que frente a mi cama, se encontraba una puerta. Caminé a ella y la abrí. Ya me había imaginado lo que pudiera ser. Al menos tengo donde hacer mis necesidaded fisiológicas, pero ¡Diablos! no tengo una ducha. ¿Piensan privarle la limpieza a mi cuerpo también?. Y lo peor aún ¿Cuantos días tendré que estár aquí?. Estando aquí no podré enamorar al mujeriego lo antes posible. ¡Condenación! Llevo más del mes estando en esta maldita Academia y no he conseguido más que sólo besos de él. Con los demás a estas alturas ya andaban como perros falderos tras de mi. En cambio aquí quien ha estado decidiendo cuando y como serán nuestros besos es él. El maldito sexy mujeriego.
*
¿Cuánto tiempo llevo aquí? No lo sé. He estado dando vueltas por la habitación sin parar. Ya he decidido derribarme sobre la cama y dejar que pase el tiempo hasta que quede libre. Estoy demasiado desesperada por salir. No soporto un encierro y si no me sacan pronto, me entrará un ataque de ansiedad. Tengo hambre. Mi estómago no deja de rugir y ya he bebido tres vasos de agua de la jarra. Ni siquiera sé que horas son. Sólo sé que es de noche por que eso es lo que me muestra la ventanilla.
Me animo a beber otro vaso de agua y retengo las ganas de vomitar. Vuelvo a acostarme sobre la cama y me quedo dormida.

A la mañana siguiente, mi estómago vuelve a rugir así despertandome. El día avanza igual mientras yo me quedo tumbada sobre la cama. He tenido que hacer que el agua de la jarra dure más tiempo. Tan sólo queda un sólo vaso de agua para calmarme el hambre, el cual me bebo en la noche. Me siento débil. Las piernas y los brazos me tiemblan, y mientras dirijo uno de ellos para dejar el vaso sobre la mesita, este resbala de mi mano y cae al suelo haciéndose añicos. Uno de los cristales se me encaja en el pie descalzo y manchas de sangre ensucian el pulido suelo de madera. Ni siquiera hay nada con qué limpiarmelo y detener que siga sangrando. Así que simplemente me dejo caer de nuevo a la cama . Ellos quieren que llore y suplique para salir de aquí, pero no les daré ese gusto.
*
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(A PARTIR DE AQUI HABRÁ UN NARRADOR OMNISCIENTE PARA NARRAR POR LOS DOS, JUNGKOOK Y SUN HEE. ME SERÁ MAS FACIL ASÍ).
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Mientras sun hee estaba debilitada, con hambre y sin oportunidad de remediarlo, Jungkook salía de la habitación de una de sus tantas amantes de la Academia. Lo cierto es que desde el dia anterior ha estado buscando a la rebelde para así saciar las ganas que ha tenido de besarla. Pensar en ella le hace vibrar por dentro y sin duda, lo hace excitarse con tan sólo recordar el dulce sabor de su boca contra la de él. El día anterior se ha enterado de la travesura de la rebelde y ha podido comprobar que la pintura es exactamente lo que le han informado. La pobre señora Ginny ha tenido que aceptar tener a la incontrolable Sun Hee en su clase, gracias a las amenazas de su adorada tía Shely. Ha querido ir a ver a la rebelde desde que se ha enterado que permanece en el cuarto de castigo. No es verdad, desde antes lo ha estado deseando. Pero el mismo es consciente que esa niña necesita consecuencias mayores. No es la primera que han estado ahí y seguramente esta no será la única vez de Sun Hee en esas cuatro paredes. Decidió que la visitaría después de la media noche cuando todos durmieran. Pero lamentablemente para él, eso no fue posible gracias a que ha tenido que acudir a casa de Mirta, ella le aseguró que lo necesitaba y que era algo de urgencia. ¡Agh! Nada mas de acordarse que Mirta le había mentido para solo pasar una noche con él, le vuelve el coraje. Así que se prometió que esta misma noche la visitaría y esta vez nada ni nadie lograría que hiciese lo contrario. Pero para su gran sorpresa, al entrar sin ser visto por nadie en esa habitación, su deseo quedó en segundo termino. Ahora sólo había campo para la preocupación. Su vista era dirigida a los cristales y el suelo manchado de pequeñas gotas de sangre ¿Qué había ocurrido ahí?. Su vista buscó con ansia queriendo encontrar a la rebelde en perfecto estado. Ella estaba sobre la cama y las sábanas un poco manchadas de sangre. Tras cerrar la puerta y acercarse a ella, pudo comprobar que una herida marcaba la planta de su pie. Una vez sentado al lado de ella, pudo ver que dormia sin percatarse de que el mujeriego la observaba. La sacudió logrando apenas un murmuro incoherente salir de los labios de la rebelde.

Atrápame Si Puedes... | JJK  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora