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-Te espero en el dormitorio para que me cuentes que tal te fue. - Le murmura rosé a Sun Hee antes de salir. Ella asiente.

-Ustedes aún no pueden irse a dormir. Su castigo por la travesura será limpiar todo el gran comedor. -Habló una vez que se había quedado a solas con las dos internas y su sobrino.

-¡¿Qué?! -es lo que sale de los labios de Kelly. No podía creer que Shely acabara de decirles eso. Ella jamás había si quiera tocado una escoba. Pero si quería seguir teniendo a Shely de su parte más le valía no replicar.

-Por supuesto que no. -se negó Sun Hee- no voy a hacer algo que no me corresponde. Tiene trabajadores, y esta -dijo refiriéndose a kelly- y yo no podemos solas con este enorme lugar ¡No terminaremos nunca!.

Sun Hee no tenía por que comportarse como una chacha de la Academia. Su padre pagaba una asquerosidad de dinero para que no le faltara nada.

-Eso debieron de haber pensado antes de haber comenzado a hacer algo como lo que hicieron. La comida es sagrada y no se desperdicia por más que el dinero les sobre.

-Disculpeme, señora Shely -habló Kelly- usted tiene razón y estoy muy avergonzada de haber participado en algo como esto.

Shely se sentía orgullosa de Kelly. Había sido difícil de educar, pero había logrado enseñarle modales, y verla comportarse y hablar con educación era prueba de ello. Le sonrió. Kelly se había ganado su total confianza y estima. Por supuesto que permitiría que tuviera una relación con su sobrino en cuando saliera de la Academia. Hace poco más de dos años que debió de haber salido, pero por algún motivo no quiso hacerlo. Kelly tenia veinte años.

Miró a Sun Hee y su preocupación volvió. Sun Hee era sin duda la joven más difícil que ha tenido entre sus instituciones. Ya empezaba a creer que jamás lograría educarla. Día y noche era sus dolores de cabeza. En el día por soportar sus travesuras y en la noche por buscar nuevas estrategias para eliminar su actitud grosera.

-Cumplan con su castigo y no tendrán más problemas. En cuando terminen pueden retirarse a dormir. Estaremos viniendo a supervisarlas. Jungkook les acercará los utensilios de limpieza.

-Si, Señora Shely. Dejaremos limpio este lugar y por mi parte no volverá a tener ninguna queja. -aseguró Kelly. Jungkook la miró impasible con los brazos cruzados sobre su pecho.

No le pasaba a desapercibido la mirada acusatoria de Jungkook, pero a ella no le importaba. Estaba bastante enfurecida con él.

Jungkook deseaba tomar a Sun Hee del cuello y apretarla hasta hacerla entender que no debía seguir con sus estúpidas travesuras que cada vez estresaban más a su tía y lo preocupaban a él. Pero la verdad es que no todo su mal genio le debía a el acto ilícito de la rebelde. Desde hacía unos minutos que había visto aquella información en la oficina de su tía había comenzado su mal humor.

-Bien. Que se diviertan. -Respondió Shely y salió del lugar seguida de su sobrino.

-Por tu maldita culpa tendremos que limpiar este lugar -comenzó a rabiar Kelly- pero que sepas que me las voy a cobrar y no te va a gustar. Ya pensaré en algo que te desagrade demasiado.

-¿Mi culpa? -respondió Sun Hee con las cejas levantadas fingiendo indignación.

-¡Si, tu asquerosa culpa! -rugió.- ¡Fuiste tú quien comenzó arrojando la comida!

-Disculpa, pero yo no te hubiese arrojado nada si tú no hubieses comenzado con amenazas estúpidas que seguramente no cumpliré.

-Pues más te vale cumplirlas -comenzó a acercarse amenazadoramente y Sun Hee infló su pecho y se inclinó hacia adelante demostrando que no le tenía miedo.- por que mis advertencias no son un juego.

Atrápame Si Puedes... | JJK  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora