051

2.4K 190 28
                                    


-¿Desde cuando? -preguntó apenas audible. Lisa supo a qué se refería.

-Siempre....siempre me atraiste, pero me... me...enamoré de ti al año de conocerte.

-Tanto tiempo, Lisa, ¡más de dos años!.

-Ya...ya no seguiremos siendo amigas ¿cierto?.

Sun Hee levantó su mirada y la concentró en el rostro lloroso de su amiga.

-Necesito tiempo. Necesito pensar.

Lisa asintió comprendido la reacción de su amiga. En realidad ella esperaba una reacción peor, esperaba algún golpe o miles de insultos por parte de Sun Hee, pues conocía muy bien a su amiga.

-De acuerdo. Sólo quiero que sepas que siempre estaré para lo que necesites.

Sun Hee no respondió y Lisa se marchó de ahí con el corazón roto. Esa misma noche les llamaría a sus padres, quería irse de ahí pronto, pues sabía que a pesar de faltar una semana para que ambas salieran, no quería torturarse ni a ella ni a Sun Hee, todo había cambiado en cuestión de minutos y ahora todo resultaría incómodo para ambas.

Sun Hee permaneció sentada ahí, maldiciendo una y otra vez las circunstancias en las que estaba. ¡maldita la hora en que Lisa se había enamorado de ella!. Le dolía, claro que le dolía saber que un lazo importante entre ella y Lisa se había roto. Quizás pudieran volver a ser amigas, pero antes tenía que asimilar todo y hacerle entender a su amiga que ella no tenía los mismos gustos, ella disfrutaba de los hombres. No por que los odiase significaba que le gustaran las mujeres. De hecho, desde hace algún poco de tiempo había comenzado a sentir algo por un hombre.

Se levantó de la banca con un movimiento enérgico y se apresuró a entrar al salón de fiestas. Ahí sus amigos seguían riendo, bailando y bebiendo como siempre hacían en aquellas asquerosas fiestas de la Academia.

Su mirada vagó por las decenas de caras que en aquel lugar habían. A tan sólo unos metros de ella, sus amigos la saludaban pidiéndole que se acercara, ella declinó pues no se sentía con ganas de conversar con nadie.

Caminó por los pasillos desiertos y pronto escuchó  como algo se azotaba contra una de las puertas. La curiosidad era enorme, pues también podía apreciar cuchicheos.

Siguió caminando escuchando cada vez más claros esos cuchicheos que apenas y se lograba entender nada, pues no eran palabras, sino...gemidos.

El corazón se le aceleró al pensar que Jungkook pudiera ser quien se encontraba allí dentro, no lo había visto en el salón de fiestas hacía unos segundos.
A pesar de ya saber lo que el muchacho era, no dejó de sentir como cada vez su cuerpo temblaba más y más. Ahora que había asumido que sentía cosas por él, todo parecía afectarle más.

Cuando llegó a la puerta pudo ver que no estaba completamente cerrada, había quedado una rendija de por lo menos cinco centímetros. Acercó su rostro y su cuerpo se relajó en sobremanera al comprobar que no era Jungkook quien se encontraba en ese lugar, pero no por eso era menos importante.

Con un ojo pudo observar como Kelly permanecía sentada sobre la orilla de la mesa de las clases de té, con el cuerpo encorbado mientras era penetraba una y otra vez por el hombre de rostro arrugado y traje negro impecable. ¡Era el esposo de Shely!. Una sonrisa se le formó en el rostro al pensar en lo que podría hacer con esa información.

Lo más veloz que pudo, sacó su celular y comenzó a grabarlos. Los rostros estaban totalmente claros y sabía que ninguno podría negar que eran ellos. Guardó su celular y sin querer golpeó la puerta con su codo, espantado a los que permanecían allí adentro y se echó a correr por el pasillo como si fuera una criminal, mientras reía como loca.

Atrápame Si Puedes... | JJK  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora