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-Quiero intentarlo.

Las comisuras de los labios de él, se alzaron en una sonrisa, totalmente complacido. Observandola directamente a los ojos, la atrajo hacia su cuerpo de la cintura y, con un beso lento, la hizo concentrarse sólo en sus labios entrelazados.

Ella le agradeció en silencio, pues a pesar de haber aceptado y sentirse segura con él, todavía se sentía un poco reacia a la idea de tener a Jungkook besandola entre sus piernas. Recordó que, gracias al cielo, acababa de ducharse y eso la hizo sentirse un poco más confiada.

Tan ensimismada estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta que ya estaba sobre la cama, hasta que sintió la respiración de Jungkook chocando contra su ansioso sexo.

Abrió los ojos de golpe chocando con la oscura mirada de Jungkook; quien le sonreía con picardía. Lo vió entre abrir la boca y sacar la punta de su lengua, como si fuese el más exquisito platillo, para después pasarla lentamente por su labio superior, haciéndola jadear con la visión.

Besos fueron repartidos por la cara interna de sus muslos y de regreso, después de eso los besos de Jungkook se concentraron en su centro.

Al principio sólo eran castos besos que la obligaron a relajarse. Entonces vino la mejor parte para su beneficio. La lengua de Jungkook comenzó a recorrer, juguetonamente, sus pliegues. Para entonces los pequeños jadeos de Sun Hee ya comenzaban a salir de entre sus labios.

Jungkook no la torturó por mucho tiempo. En pocos segundos su lengua de desplazó a su centro haciéndola retorcerse. Cuatro, cinco, seis o muchas más lamidas se repitieron hasta que, su lengua húmeda llegó a su hinchado botón, donde se concentró en lamer, chupar y succionar.

El cuerpo femenino se retorcía una y otra vez, resultandole imposible retardar su orgasmo por más tiempo. ¿Cómo había podido tener dudas sobre eso?. Era algo fascinante de experimentar o quizá lo era por que era con Jungkook.

Su liberación no se retardó mucho tiempo más. Sólo fue cuestión de que Jungkook invitara a dos de sus dedos a jugar con ella para que, después de cerca de cinco penetradas y con un fuerte grito, la tuviese temblando tras un potente orgasmo.

Gritó sin ser consciente de lo que hacía, agarrándose de las sábanas con fuerza.

Jungkook dejó de saborearla cuando la sintió volver a él. Trepó sobre su cuerpo plantandole un ardiente beso.

-Deliciosa. -le aseguró. Ella sonrió y abrió los ojos. Llevó sus manos al cabello corto del muchacho y jaló un poco.- ¿bueno? -se burló.

-Más que bueno. -aseguró ella y después se puso seria.- tienes que enseñarme a hacer eso....a ti.

La fascinación de Jungkook hacia esa mujer cada vez era mayor. Justo ahí bajo su cuerpo, desnuda, palpitante y sasiada, le parecía una diosa. La diosa que cada vez se colaba más en su pecho y de la que era adicto. Completa y totalmente adicto.

-Después. -prometió con una sonrisa- ahora vamos por ese almuerzo.

Ella asintió y él la dejó sola en la habitación para que se vistiera.

En la sala, luke se mantenía caminando de un lado a otro desesperado por que la puerta de aquella habitación se abriera. La rabia de saber lo que sucedía ahí dentro lo mataba. Sun Hee estaba permitiéndole a ese hombre hacerle lo que a él nunca dejó.

Rosé le había sugerido marcharse, pero él se había negado rotundamente. Quería poder hablar con ella y asegurarse de que ese hombre se marchara pronto. No podía ser más que él. Nadie podía.

La tensión se formó de inmediato cuando Jungkook salió de la habitación y los movimientos de Luke se detuvieron. Se miraron uno al otro, cuando ambos estuvieron en la salita, y agrado no fue lo que mostraron sus miradas.

Atrápame Si Puedes... | JJK  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora