Historia RAGONEY, si quieres saber más entra y te la lees.
Por lo que me dicen está bastante bien, asi que yo que tú me la leía.
Instagram: @proud.agonias
Espero que te guste tanto como a mi me gustan los limones
Raoul: ¿si? *mi voz se quiebra y me sale un gallo, y no soy ni capaz de girarme*.
Ago: mi helado...
Me giro porque no entiendo sus palabras y ahí le veo con la cabeza gacha mirando al suelo, justamente al helado que se le acaba de caer. Esa imagen me enternece pero a la vez me confunde, entonces... ¿no se ha dado cuenta de que le he dicho "te quiero" o no le ha molestado? En todo caso yo no le pienso preguntar, hoy no. Asi que me limito a sonreir.
Raoul: *me acerco a él y le cojo de la mano* venga vamos, seguro que más adelante hay otra heladeria, que yo quiero un helado también.
Él me agarra la mano y tiro de él hacia delante dejando atrás su cucurucho aplastado. Cuando ya hemos dado como quince pasos me doy cuenta de que mi mano sigue aferrada a la suya asi que otra vez el puto miedo se apodera de mí y se la suelto.
No pasan ni dos segundos cuando Agoney se da cuenta de que nuestras manos no están juntas así que es él quien las vuelve a unir.
Ago: ¿qué pasa? ¿por qué me la has soltado?
Raoul: no sé... como solo somos amigos.
Ago: todavía no te has enterado de como va esto *susurra tan bajo que casi no le oigo pero hago un esfuerzo y consigo escucharle* sabes que la palabra "amigos" no la usamos de manera literal, ¿no?
Raoul: yo es que ya no sé de que manera usas las palabras, no sé si me tengo que aprender un idioma nuevo para entenderte, ya no sé lo que hacer porque haga lo que haga nunca te entiendo.
Ago: *deja caer su cabeza en mi hombro mientras seguimos andando* no te enfades rubio *me susurra cerca de la oreja cosa que hace que se me pongan los pelos de punta, pero reacciono a tiempo para no parecer demasiado encoñado como dice Álvaro*.
Raoul: no, si no me enfado, pero hay veces que no entiendo nada, no sé ni porque te he soltado la mano, no me entiendo ni yo *me paso las manos por la cara*.
Ago: yo sí lo sé *levanta su cabeza de mi hombro pero sin soltar ni un segundo mi mano*.
Raoul: tú me entiendes mejor que nadie, hasta que yo mismo.
Ago: *sonrie* me le has soltado porque te da miedo.
Raoul: ¡¿como?! *le miro incrédulo* Ago no, yo no tengo miedo, me da igual lo que diga la gente o como nos mire, si somos felices... ¿que más da?
Ago: eso es muy fácil decirlo, pero cuando te he vuelto a dar la mano antes, estabas temblando.
Silencio.
Ago: rubio, es la primera vez que vas de la mano con un chico, ¿verdad?
Raoul: *por fin me digno a hablar* delante de tanta gente sí, pero... yo no tengo miedo *susurro debilmente y bajo la cabeza*.
A todo esto, nosotros seguimos andando entre los turistas y los padres con sus hijos, el uno al lado del otro con las manos entrelazadas.
Ago: rubio, mírame, *giro la cabeza y le miro* no pasa nada por que tengas miedo, es normal, pero yo te lo puedo quitar, el miedo, la vergüenza y todo lo que tengas, ven.
El canario tira de mí hacia la que si no me equivoco creo que es la Plaza de Cataluña (Plaça de Catalunya). Búa no hay más gente porque no cabe.
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Se para en el centro de la plaza, en una estrella que hay en el suelo y me mira, aún sin soltar nuestras manos.
Ago: bésame.
Raoul: ¡y una mierda! Hay muuucha gente *digo alargando la "u" de "mucha"*.
Ago: esa es la gracia, que se te quite el puto miedo.
Raoul: nos van a mirar, de hecho ya lo están haciendo y no estoy preparado aún para que mi cara explote *digo poniendome rojo, una vez más*.
Ago: venga, tú solo hazlo y los demás si no les gusta que revienten.
Raoul: *rio* ¡no me copies las frases! *pongo las manos en su cintura y le acerco más a mi cuerpo*.
Ago: *junta nuestras frentes y me mira a los ojos* que revienten.
Raoul: *me acerco más a él y antes de juntar nuestros labios, lo repito* que revienten.
Y el miedo, las inseguridades, la vergüenza, el que dirán y todas esas gilipolleces las mando a la mierda con un beso. Con un beso en la plaza más famosa y más concurrida de toda Barcelona. Con un beso que me libera, pero que a la vez me enseña y me demuestra que el estúpido canario que tengo delante quiere lo mejor para mí y que aunque no sé si me quiere sé de sobra que me quiere bien.
Y asi que así me va a tener, "bien", pero solo si él está a mi lado.
