~MENTIRA~

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*Narra Raoul*

Por suerte ya hemos llegado de nuevo a su casa, me resultaba muy incómodo estar en aquella sala con el médico ese examinando cada cosa que decíamos, como si nos conociese.

Ago: *entrando a la casa* vete desnudando que ya voy yo.

Raoul: *con cara de mala hostia* eres gilipollas, ¿enserio piensas que lo voy a hacer después de casi haberme matado?

Ago: joder que humos,  ¡¡era broma!! *dice dandome un pequeño beso en la mejilla* sube y te acuestas que ya voy yo.

Raoul: vale, ¿qué vas a hacer? *pregunto curioso*.

Ago: ¿yo? *rie*.

Raoul: *pongo los ojos en blanco* ¿enserio? No, tú no, el vecino.

Ago: *rie por la absurdez de la conversación* voy a beber agua.

Raoul: *arqueo una ceja* MENTIRA.

Ago: ¿por qué va a ser mentira?

Raoul: porque tienes el móvil en la mano, ¿a quién vas a llamar a estas horas?

Ago: que cotilla, ¿no? *sonrie*.

Raoul: te recuerdo que Álvaro es mi hermano y compartimos sangre.

Ago: *rie* verdad *ante mi mirada puesta en él y mis brazos cruzados se rinde y me habla* voy a llamar al jardinero para que mañana por la mañana no se presente aquí y nos asuste.

Sigo sin creerle y él lo nota.

Ago: no te preocupes rubio, no hay nadie más *me da un pico* ahora subo.

Subo las escaleras ya conforme y aunque no creo que vaya a llamar al jardinero ya me ha dejado bien claro que no hay nadie más y Agoney nunca me ha mentido asi que... ¿por qué no creerle?

Me tumbo es su cama de, como ya sabéis, dos metros de ancho. Todavía sigo sin camiseta porque era practicamente imposible ponermela antes asi que así me duermo, sin camiseta y ahora ya sin pantalones, hace mucho calor, todo me molesta pero eso no quita que no me eche la fina sábana por encima, cubriendome hasta la cintura.

No noto cuando el canario llega y se mete en la cama a mi lado y tampoco cuando me abraza y se pega a mí. No lo noto hasta que a la mañana siguiente me despierto de golpe por el ruido del timbre y lo veo ahí, abrazado a mí. Con razón tenía tanto calor.

Raoul: Ago... *le llamo para que vaya a abrir la puerta*.

Ago: mmm *abre un ojo y me mira*.

Raoul: Ago... han llamado a la puerta, creo  que el jardinero no se enteró ayer muy bien de que no tenía que venir hoy.

Ago: *abre los ojos de golpe y se queda pensativo durante unos segundos* ve tú *los vuelve a cerrar*.

Raoul: pero...

Ago: *me empuja* veee.

Raoul: vale *me levanto y me pongo una camiseta y mis pantalones, y bajo las escaleras hacia la puerta*.

La abro.

Álvaro: qué pasa que te olvidas de cuidar a mi hijo, ¿no? Es que tete para una cosa que te encargo vas y te olvidas, yo flipo.

Raoul: ¿tú qué haces aquí? ¿no se supone que estabas de viaje con el equipo y volvías la semana que viene? *pregunto bastante confuso*.

Álvaro: *entra apartandome de su camino* han cancelado el partido y he venido a por tí que tengo que hablar con Agoney y luego en casa contigo, así que móntate en el coche que tienes que ir a trabajar.

Raoul: ¡hostia! ¡que hoy es martes!

Ago: sí mi niño sí, hoy es martes *aparece  bajando las escaleras ya duchado y vestido*.

Raoul: ¿por qué no me has avisado?

Ago: porque tú no puedes ir a trabajar con una brecha en la nuca, idiota.

Raoul: ¡y una mierda! Tengo que ir, no puedo dejar a Amaia sola y además no he avisado a nadie.

Álvaro: venga, te queda una hora para entrar, tranquilizate.

Ago: sí, duchate aquí y te dejo algo de ropa y nos lleva tu hermano.

Raoul: vale, en cinco minutos bajo.

(MEDIA HORA DESPUÉS)

Raoul: *bajo y me los encuentro charlando, pero al verme se callan* ¿nos vamos?

Álvaro: sí, venga montaros en el coche.

Nos montamos y llegamos al centro comercial, pero antes de bajarnos Alvaro me advierte.

Álvaro: tete, no te lo voy a decir para devolverte la de ayer pero que sepas que quizás  te hagan muchas preguntas.

Raoul: va-vale *digo asustado por lo que me pueda pasar*.

Ago: Álvaro no le digas eso, y además no va a pasar nada, no creo que vengan hasta aquí pero que si vienen no importa nosotros hablamos que vergüenza no tenemos ninguna.

Raoul: me he perdido, ¿de qué habláis?

Álvaro: ya lo verás cuando entres.

Raoul: ¿me tengo que asustar? *digo preocupado*.

Ago: no, tranquilo, tu hermano que es un imbécil.

Álvaro: ¡eh! Los insultos os lo guardais para vosotros, a mí no me metáis.

Nos despedimos de él y entramos en él centro comercial, y ahí lo entiendo todo, que  o tengo porque tener miedo decían.

En qué hora confiaría en ellos.

~EL AS DE BASTOS~ (#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora