Te lo dije

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Llegamos a la heladería Florean Fortescue. Mientras los chicos pedían sus gustos, Ginny y yo hablamos sobre el verano, el comienzo de mi primer año en Hogwarts, pero había un tema que me ponía más nerviosa que los anteriores. Hablar de Fred.

- No finjas. – Me dijo Ron, al notar mi rostro colorado. – Siempre que estas cerca de él te pones roja o te vuelves torpe.

- Ja, no es así. - Pero Ron tenía razón. Al ver a Fred y George que se acercaban a nosotros con sus helados, se me cayó la cuchara con un poco de helado, al piso.

Ginny y Ron se miraron, luego me observaron con cara de "te lo dije". Charlie me trajo otra cuchara. No levante la vista, hasta que termine el helado.

Los chicos comenzaron a hacerle preguntas a su hermano mayor, sobre qué haría después de la escuela.

- ¿No son peligrosos los dragones?

- Si, pero son unas criaturas maravillosas.

- Maravillosas para rostizarte. - Dijo Fred.

- Entonces, ____. - Charlie ignoro a su hermano, y cambio de tema. - ¿Cómo te sientes por tu primer año?

- Un tanto ansiosa y nerviosa. - Dije un poco tímida.

- Es normal... ¿En cuál casa te gustaría estar?.

- Gryffindor. - Soné un tanto alegre.

- Sería un honor tenerte en Gryffindor.

- Gracias. Aunque nadie de mi familia fue a esa casa. Slytherin domina en mis genes, y le sigue Ravenclaw.

- Tienes Razón. Pero quizás serás la primera en tu familia. Uno nunca sabe. - Me animo Charlie.

Estuvimos charlando dos horas más, hasta que aparecieron nuestros padres. Mamá, como de costumbre, pidió helado para llevar.

Me despedí de todos, luego de media hora más de estar allí. Le prometí a Ginny y a Ron hablar mas seguido con ellos. Lamentaba no tener la misma edad que ella, para poder vivir las mismas experiencias juntas.

Pasaron las semanas, y llegó mi cumpleaños. Festeje con mis padres y mi hermano. Una fiesta muy sencilla, ya que estábamos de acá para allá, con los preparativos de mi ingreso al colegio.

Hasta ese día, le había enviado quince cartas a los Weasley. Casi me paralizo al ver una de Fred, quien me escribió diciéndome que su lechuza había muerto, y no podían recibir más mis cartas por ese motivo. Por mi parte, le respondí que Pigmento era quien se encargaba de llevar y traer las cartas. Además, la supuesta "lechuza muerta" era la que me había traído la carta. Se me ocurrió desafiar a Freddie, a través de la carta que envié con su lechuza. Ese momento, no fue una buena decisión.

Hasta el mismo día que tenía que ir a la estación, Fred me seguía mandando cartas para molestarme. Por un momento se me pasó por la cabeza, si la señora Weasley me daría permiso de golpear en la cabeza de su hijo. Si hubiesen leído las cartas, lo entenderían.

Tras pasar por la pared de la plataforma 9 3/4, me resultó un poco extraño cruzarlo con un carrito delante mío. Pensé que iba a tirar todas mis cosas, o que iba a pasar de largo y caer a las vías. Demasiado exagerada.

Este año quise llevarme a Pigmento conmigo, pero él tenía que quedarse en casa. Así que mis padres me regalaron a Félix, una lechuza de campanario. Aunque yo lo quería a Pig, porque me encantan los búho real, me sentí feliz por mi nuevo compañero.

Luego de dejar mis cosas en el tren, mire a los chicos que estaban arriba. Estaba muy emocionada por subir. Mire el reloj, faltaban cinco minutos para partir, y los Weasley no aparecían.

Antes de dirigirme de nuevo hacia mis padres, giré hacia la entrada. Pensé que era Fred, pero fue George quien venía hacía mi. Pocos segundos después, su gemelo aparecía detrás de él. Como de costumbre, tropecé y caí, esta vez, encima de un chico.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora