Lo siento, Sam

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- ¿Cómo esta Sam? - Uno de sus rizos tapaba una parte de la venda que tenía en la cabeza.

- Sigue inconsciente. - Un par de lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. - Calma, ___. No lo hiciste a propósito. - Anna tenía razón, pero me sentía muy culpable. - Pronto se va a mejorar. No te pongas mal.

- Me duele verlo así. - Comencé a llorar como una histérica.

- Señorita, ___. Cálmese. - Me gritó la enfermera dos camas más alejada de donde estábamos nosotras.

- Lo siento. - Anna me abrazó mientras me tranquilizaba.

- Va a estar bien, ¿si? No te preocupes.

Esa misma noche, antes de irme a dormir, pedí permiso para volverlo a ver. Al llegar allí, Anna se sorprendió al verme.

- Deberías ir a dormir.

- Tu también. Se nota que estas muy cansada.

- Si. Lo se. Pero no quiero dejarlo solo.

- Niñas, es mejor que vayan a sus dormitorios. El señor Maleik va a despertar. No se preocupen. Solo tuvo un golpe en la cabeza, que lo dejó inconsciente. Pero pronto despertará.

- ¿Se pondrá bien?

- Si. Estará bien. Vayan a descansar.

Esa noche no pude dormir bien. No dejaba de pensar en Sam. Miraba la luna moverse lentamente hasta desaparecer. De la nada pude ver como la luz aparecía.

- Levántate. Tenemos que ir a transformaciones.

No fui a desayunar. Pase por la enfermería temprano, para poder ver como seguía Sam. Debo admitir que me encantaba ver sus rizos castaños, chocar contra su tez blanca, mientras seguía sin abrir sus ojos.

- Señorita ___. Debe ir a clases.

- Lo siento, Madame Pomfrey. Solo quería saber como seguía Sam.

- Todavía no despierta. Ahora, ve a clases.

- Si, Madame Pomfrey.

En la clase de transformaciones tuve que limitarme a leer el libro. Por seguridad de todos, no podía usar mi varita, ni hacer ningún movimiento. Solo leer.

- ¿Es la primera vez que otro chico ocupa el lugar de Fred?

- ¿De que hablas?

- Vamos, ___. Tu sabes de que hablo.

- Megan... - No sabía que decirle. Tal vez que tenía razón. Vivía pensando en Fred. Imaginando millones de escenas juntos. Pero las últimas horas, solo pensaba en Sam.

Pase otra noche pensando solo en Sam. Iba a verlo antes de entrar a clases y después. Había momentos en que no comía. Charlie trataba de calmarme, ya que no era sano. Incluso Anna me aconsejaba de que dejara de culparme tanto por lo que había pasado. Pero lo estaba porque Sam no despertaba.

- Ya pasaron cuatro días. Tiene que despertar.

- Cálmate, ___. Solo ten paciencia.

- Charlie, ¿y si no despierta?

- Creo que hay un espacio libre en Azkaban.

- ¡George!

- Imaginen la portada de "El profeta". "Estudiante de Hogwarts condenada por intentar matar..."

- ¡Ya cállense los dos! - Les ordenó Charlie. - ___, todo va a salir bien. Come algo. Te va a hacer mal.

- Si. Estas muy pálida.

- ¡___! ¡___! - Sophie corrió hacia nosotros con una sonrisa en su rostro. - Desperto, Sam desperto.

Fue corriendo lo más rápido que pude hasta la enfermería. Al llegar, note que ya no estaba allí. Madame Pomfrey dijo que se encontraba mejor, y no necesitaba seguir allí.

Podía escuchar los pasos de Sophie detrás mío, tratando de alcanzarme. Giré para ver si seguía allí. De golpe, sentí como mi cuerpo chocaba con otro. Para mi desgracia, era el de Sam.

Anna no paraba de reírse a carcajadas. Trataba de ayudarnos, pero no podía. Sus ganas de reír, eran más fuerte.

- Creo que tienes un problema con Sam.

- Lo siento, Sam. No fue mi intención.

- Descuida. - Y sin mediar ninguna otra palabra, entró a la torre de Gryffindor.

- ¿Qué le pasó? - Sophie también estaba confundida.

- No lo se. Hace un rato estaba bien. Incluso quería verte, para agradecerte por ir a verlo... - Anna también estaba confundida - Quizás esta cansado. Nos vemos mañana, chicas.

Esa misma noche, me acoste pensando en lo sucedido. ¿Y si estaba enojado conmigo? ¿Si me odiaba por lo que le había hecho? ¿Pensará que realmente lo quiero lastimar? Esas preguntas no me dejaban dormir, hasta dos horas antes de comenzar la siguiente clase.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora