Mi vida en Hogwarts 1er año

El señor Z nk

- Chicos... debo decirles algo. - Dije antes de seguir el camino hacia la bruja tuerta. - Es sobre los cuadernos.

- ¿Qué cuadernos? - Les mostré ambos. -¿De donde los sac...? Espera. ¿Este no es el que sacaste del despacho de Filch? - Asentí - ¿Y el que esta cerrado?

- En la biblioteca de la sala de Ravenclaw. No se lo que guardan, pero si ven. - Le mostré la tapa

- ¿Pero Bilnes no te dijo nada?

- Solo me dio las tintas. No las quise probar, por las dudas.

- Estos cuadernos son increíbles. Mira Fred, son hojas muy gruesas.

- "Z NK", ¿No será un apellido?

- Eres un genio. - Lo dije sin pensar. Jamás se me había ocurrido eso.

-¿Lo dices con sarcasmo?

- Jamás se me paso por la mente eso. ¿Cómo no lo vi? - Me quede mirando esa palabra una y otra vez. - Debo ir a la biblioteca.

- No. - Me detuvo Fred. - A la vuelta iras a donde quieras. Ya casi llegamos.

Mientras esperábamos a un costado comiendo unas golosinas que compramos en Honeydukes, sentí unos dedos entre mi cabello. Fred no dejaba de verlo, ni de tocarlo. En mi mente rebotaban las palabras del sueño que tuve con él.

- Me gusta como te queda el azul. - Al escuchar eso, se me cayó la bolsa con golosinas al suelo. - Te ves ruda.

- Se lo debo a Bella. Así que... le agradeceré de tu parte. - De golpe lanzó una débil risa.

- Si no fuera porque nos escuchó hablar de eso, no estarías de azul.

-Espera, ¿qué?

- Bella nos escuchó cuando estábamos hablando de teñirte el pelo de azul.

-Si. Dijimos que tus padres te castigarían si lo hacías, y te concentrarías más en tus estudios, que pasar tiempo con nosotros, para que no se enojen más. Por eso no te dijimos nada sobre teñírtelo.

- O sea que... Me hizo esto para que mis padres se enojaran... Esta loca.

- Es como Percie, pero versión niña. - Los tres nos reímos por eso.

- Vamos a comprar.

El almacén estaba un poco vacío cuando entramos. Fui directamente al mostrador, para mostrarle los cuadernos a el señor Bilnes, quien se sorprendió, pues jamás había visto unos así. Sacó un pincel que tenía debajo del mostrado, y lo pasó por una de las hojas, con la tinta reveladora. Tenía miedo de que quedara manchada, pero para asombro de ambos, no fue así.

- Extraños cuadernos. Muy extraños... La tinta no les hace nada. ¿Segura que están escritos?

- Si.

- Z NK... - Dijo al ver la tapa. El señor Bilnes se quedó unos minutos callado, hasta que por fin dijo algo. - Curioso. Conozco a alguien que utilizaba las consonantes de la tienda. Pero eso fue... Fue antes y durante la primera guerra mágica. Recuerdo que ese chico tenía muy buenas ideas para ayudar en la guerra. Quizás las anotó en cuadernos, y por su seguridad, hizo que la tinta desapareciera. Pero no usó la tonta que vendemos aquí.

-¿Recuerda su nombre?

-No... Casi nunca hablaba. Pero compraba muchas cosas, como los gemelos. Seguramente en Hogwarts encontraras una pista. Él estudió allí. - Estaba un poco triste porque no podría descifrar que decían los cuadernos, pero lo bueno era que tenía unas pistas para poder llegar al dueño de estos objetos.

- Muchas gracias por su información, señor Bilnes.

- No hay de que. Ah, veo que las bombas fétidas que llevaron el otro día no fueron suficientes, muchachos. - Los chicos se llevaban como ocho de ellas.

- ¿A quien quieren dejar sin olfato?

- A nadie. - Los muchachos pagaron la cuenta y nos fuimos.

- Antes de irse. - Nos detuvo el señor Bilnes - Te queda bien el azul. Resalta tu lindo rostro, joven ___. - Aunque mi  cara se volvió roja por ese comentario, igual le agradecí por sus palabras.