Volvio la amenaza

216 22 0
                                    

Por fin llego el fin de semana. Tan solo quedaban tres meses para terminar el primer año. La mayoría de los chicos de Ravenclaw estaban estudiando en la torre. Los exámenes ya llegaban.

- ¿No vas a estudiar?

- Lo hice anoche. - Era cierto. Pero me distraía pensando en otras cosas. - Además, no puedo hacer el examen de hechicería.

- Pero igual tienes que estudiar. - Bella me paso algunos de los libros que había que leer. La sala común estaba llena y en silencio. Mire la portada del libro, abrí la tapa, ojeé algunas páginas, lo volví a dejar sobre la mesa.

- Iré a la biblioteca.

- Genial, iré contigo. - Megan se paró sin llevarse nada consigo.

- No voy a la biblioteca, lo dije para salir un rato. - Le advertí al salir de la torre.

- Shh. Yo también quería salir del lugar. En cualquier momento iba a gritar para que haya algo de ruido.

Fuimos hasta el campo de Quidditch, donde estaba el equipo de Gryffindor practicando. Disimuladamente ingresamos a las gradas. Por un buen rato, no se dieron cuenta de que estábamos allí.

- ¿Crees que al terminar el año puedas controlar tus impulsos? - Susurró Megan. Ambas hablamos así por un tiempo.

- No lo sé. Soy la única en mi familia que puede hacerlo. Le pregunté a mi madre, y está sorprendida. Espero no decepcionarla.

- ¿Decepcionarla? ¿De qué?

- ¿Sabías que mi madrina es Bellatrix Lestrange?

- ¡¿Qué?! - El grito de Megan hizo que algunos miembros del equipo se asustaran.

- Nos asustaron. ¿Qué hacen aquí? - Oliver estaba enojado.

- Solo vinimos a ver que hacían. - Fue lo primero que se le ocurrió decir a Megan.

- Esto es una practica cerrada.

- Cálmate, Oliver. Solo estamos viendo. No le vamos a decir nada al equipo de Ravenclaw.

- Yo no lo sé. - lo dijo sarcásticamente. En ese momento mi enojo se elevó un poco. Sin querer moví mi mano hacia donde él estaba con un movimiento brusco.

En cuestión de segundos, Oliver paso de estar en su escoba, a tratar con todas sus fuerzas de sostenerse y no caer al vacío.

-¿Qué sucede? - Con Megan nos asustamos.

Los demás chicos trataron de ayudarlo a montarse de nuevo. Nadie sabía que pasaba. Todos nos habíamos quedado en shock.

- Creo que fui yo. - Le susurre a Megan. Ella me miro algo asustada.

Salí corriendo del lugar. Entre en las aulas en busca de un profesor, hasta que me pude topar con el profesor Snape. No era mi primera opción, pero necesitaba decírselo a un adulto.

- Cálmese, señorita ___. ¿Qué le sucede?

- Estaba en las gradas del campo de Quidditch. Discutí con Oliver wood, y sin querer lo tire de su escoba, con mi mano.

-¿Cómo que lo tiro con su mano desde las gradas?

- Si, soñó eso.... Y recién vio que Wood casi se cae de su escoba... por lo que soñó, pensó que había sido ella.

Snape dudó. Yo estaba templando y sudorosa. Se me cruzaba por la cabeza que no nos iba a creer a ninguna de las dos. Pero creo que todos los profesores ya sabían lo que me pasaba.

- Les sugiero, jóvenes que tengan cuidado con lo que dicen, especialmente ustedes señorita ___, con lo que hace.

- ¿Acaso perdiste el sentido de la razón? ¿Cómo le vas a decir a Snape sobre eso? Te van a expulsar, si es necesario.

- No lo sé. Lo hice por desesperación. No lo pensé.

- Si, ya sabía que no estabas pensando.

De la nada, Peeves aparece riéndose. Parecía que una de sus tantas bromas le habría salido bien. En ese momento no estaba de humor para verlo.

- ¿Qué hacen, Elfinas?

- Vete, Peeves. No queremos problemas.

- No me iré a ningún lado. Tu no me mandas, Elfina.

-¡Vete! - Cometí el error de volver a usar mi mano para señalarle el camino. Rompí uno de los vitrales del castillo.

- Esto se va a poner feo. - Las dos estábamos aterradas después de ver como los vidrios volaban por todas partes.

Las dos nos miramos. Ambas pensábamos lo mismo. Si nos íbamos corriendo del lugar, Peeves iba a ir con el chisme, de que fui yo quien rompió la ventana. Pocos les creerían, pero esas pocas personas eran las que más me preocupan.

Decidí sentarme y esperar mi condena. Megan me abrazó. Sabía que estaba muy frustrada. Peeves se había ido. Pero volvió con Snape. Pensé que se reiría al traerlo, pero solo me observaba sin decir ni una palabra.

Mi compañera le dijo todo al profesor. Yo no podía hablar. Estaba totalmente débil para poder reaccionar o pensar. Tal vez llevaba, al llevar los genes de Bellatrix, me volvería como ella y no lo sabía. Tal vez esos genes se estaban despertando, y sería una versión mejorada de esa bruja.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora