Pasadizo de la bruja tuerta

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A la mañana siguiente, fui la última en levantarme. Ya todas bajaron para desayunar, menos Megan, quien fue la única que me espero.

- Menos mal que te despertaste cuando ya nos habíamos cambiado todas, si no, no te hubiese esperado tanto.

- ¿Estas emocionada por ver a Charlie de nuevo, no?

- Callate... bueno... un poco. - En su voz y ojos, pude notar su cariño hacia él. - Es que es brillante. No se como no te enamoraste de él. - Abri mi boca para decir algo - Ah, cierto. Es que te flecho Fred primero. - Ambas reímos por eso.

- Buen día, chicas. - Charlie ya estaba desayunando. - ¿A dónde vas? - Me preguntó Charlie, al notar que me estaba dirigiendo hacia los gemelos.

- No haré nada, solo les quiero preguntar algo. - Noto que sería injusto no dejarme sentar con ellos, así que acepto, pero siempre y cuando este cerca de él, para poder controlarme. Genial, no estaba mi hermano, pero si Charlie.

- Tienes todavía tu color de pelo.

- Si, pero no vine por eso. Quería preguntarles... ¿Venden cuadernos en Zonko? Unos que podes escribir y desaparece la tinta, o algo por el estilo?

- ¿Quieres comprarte uno de esos?

- Solo quiero saber.

- No lo se. ¿Alguna vez viste uno de esos, Fred?

- Creo que si.

- Lee, ¿Viste si vendían algo así en Zonko? - Su mejor amigo estaba cerca de nosotros y había escuchado todo.

- Creo que si. Donde esta la parte de pergaminos y plumas.

- ¿Sabes cómo se puede ver la letra? - le pregunte a Lee.

- Quizás es un cuaderno común y lo escribieron con tinta invisible. Solo debes comprar un poco de tinta reveladora. - Me aconsejó George.

- Si no, debes ir a Zonko...

- Si, pero solo los de tercer año pueden ir.

- No solo ellos. - Dijo Fred por lo bajo. - venos a las cuatro, cerca de la puerta de la cocina. Que no se entere nadie.

Ambos se levantaron y se fueron. Deprisa miré a Charlie para saber si había escuchado lo que me dijo Fred, pero estaba ocupado explicándole a Megan algo sobre el huevo de dragón.

Cuadro en punto, los gemelos me llevaron hacía una estatua de Gunhilda de Gorsemoor. Dissendium, dijo Fred, y la bruja se deslizó hacia un costado, dejando a la vista, el comienzo de un tobogán.

- Primero voy yo, luego tú, y por último, Fred.

- Esperen - Dije detenido a George. - ¿A dónde vamos?

- A Hogsmeade

- ¿A dónde?

-¿Acaso eres sorda? 

- No, Fred. ¿Cómo llegaremos hasta allá?

- Al deslizarnos, nos toparemos con un pasadizo, donde nos llevara a la tienda de golosinas Honeydukes.

- ¿Están seguros?

- Hemos pasado por aquí muchas veces.

- Si no quieres venir, esta bien. Vamos, George.

- Ok, iré. -  Dije antes de que George entrara. Los tres nos deslizamos por el tobogán, hasta un pasadizo. - ¿Cómo encontraron este lugar?

- Es un secreto. Lo descubrimos el año pasado.

- Si, cada vez que necesitamos algo de Hogsmeade, vamos por acá.

-¿ Y cómo lo descubrieron? - Ambos se miraron.

- Otro día te lo contaremos.

Luego de una hora, por fin llegamos hasta Hogsmeade. Teníamos que ser muy cuidadosos para andar por ahí, para evitar ser vistos por alguien de la escuela, o cualquier persona que nos llegara a reconocer.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora