Mi vida en Hogwarts 1er año

Halloween en Hogwarts

Ya era Halloween. En el comedor ya estaban las calabazas flotantes con velas adentro. La mayoría estaba ansiosa por el banquete, ya que estaría repleto de los mejores postres que uno se puede imaginar. Como tartaletas y diferentes pasteles.

- ¿Estas emocionada por tu primer festín de Halloween?

- Un poco.

-¿Un poco? La mayoría termina en la enfermería después de comer tanto en Halloween.

- Ese es mi temor. ¿Y tu como te sientes? - Charlie estaba un poco triste. Iba a ser su último Halloween en Hogwarts. - Menos mal que se me ocurrió preguntarte como es. Si no sería la única loca disfrazada.

- Igual, si se te ocurría venir como "chica Ravenclaw", no estarías disfrazada. Tendrías tu traje común de todos los días.

- ¿En serio pensaste que sería de disfraces? - Fred no paraba de reír.

- ¿Y yo soy la loca, Fred?

Esa misma noche, todas estábamos listas para ir al comedor. Hasta ese momento, solo me faltaba la tarea de pociones e historia de la magia, para alcanzar al resto. Así que era necesario un banquete como ese, para poder despejar mi mente.

- ¡Feliz Halloween!

- Hola, Hagrid. Hace tiempo que no te veía.

- Estuve ocupado estos días, cultivando las calabazas para Halloween. Me alegra verte, ___.

- A mi también, Hagrid.

- Si quieres, cualquier fin de semana podrías ir a visitarme. Tu hermano lo hacía todo el tiempo.

- ¿Ah, sí?

- Si. Cuando no hacía travesuras. Se parecía mucho a Fred y George Weasley, hasta qué pasó lo de tu hermana.... Por eso decidió ser auror.

-¿Sabes por qué eligió ser auror?

- Si. Para poder proteger a tu familia.

- Jamás lo oí hablar de mi hermana;.. o de lo que paso. Ni a mis padres les dijo nada sobre eso. - Al notar la tristeza que había en el ambiente, Hagrid aclaró la garganta y cambió de tema.

- Eh. Hoy vas a probar unos ricos pastelitos de Halloween. Creo que te van a encantar. Es el festín que todos los alumnos esperan. Lleno de muchos dulces.

- Si. Espero no excederme. No quiero terminar en la enfermería por exceso de azúcar.

- Ja. Bueno,___. Nos veremos después.

- Adiós, Hagrid.

En el festín, las mesas estaban repletas de pasteles de diferentes sabores. Algunos cubiertos con dibujos de calabazas, otros con dragones, fantasmas, eran muy llamativos.

Durante la cena, tuvimos que comer todos los de Ravenclaw juntos, al igual que las otras casas. Pero eso no impidió que Fred me molestara.

- Eres la única de Ravenclaw, que vino disfrazada.

- Si lo dices por mi color de pelo, creo que tú sabías desde nacimiento que ibas a estar en Gryffindor. ¿No le dijiste al sombrero que elegías esa casa, para que tu túnica combine con tu pelo?

- Uhh. - Escuche decir a varios.

- ¿Dejaras que esa niñita le hable así a tu hermanito? - Le reclamó Fred a Charlie.

- Tu te lo buscaste. Aprende de ella, que no me necesita para defenderse sola. - Aunque Charlie actuaba a veces como hermano mayor, creo que le dio gusto saber, que cuando ya no esté más, no dejaría que nadie me pisotee.

- Es increíble... mi propio hermano me traiciona. Sangre de mi sangre... ¿Quién lo diría? - Fred comenzó a hacer una escena.

- ¿Necesitas un violín, Weasley? Así un poco de música te acompañan en el llanto. - Vi que entrecerró los ojos. En ese momento supe que había iniciado una guerra.

- ¿Que dijiste? No te escuche desde ahí abajo.

- No me escuchas porque no sacas tu cabeza de tu ombligo. - Megan y Emily se retorcían de la risa.

- Ya paren los dos. Coman en paz, por Merlin. - Nos ordenó Charlie a ambos.

Unos minutos más tarde. El estómago de la mayoría de los estudiantes pedía auxilio. Pude ver que a muchos les costaba salir del comedor. A la hora de dormir, las chicas trataban de no vomitar. Bella aprovechó para estudiar un poco, mientras le bajaba la comida. Las demás, necesitábamos ayuda para poder respirar.