Hechicería, segundo año

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- Muy bien... comencemos.

-Señor Flitwch, ¿Y si lo lastimo?

- No se preocupe, señorita ___. Para eso estamos aquí.

- ¿Para lastimarlo?

- No, para que aprenda a controlarse... Bien, ahora trataremos de hacer un hechizo simple. - El profesor puso una pluma arriba de un escritorio. - Recuerde, su mente concentrada en el objeto. - Asentí.

- Wingardium Leviosa - En vez de levantar la pluma sola, eleve todo el escritorio.

Me concentré todo lo que pude para no tirarla al suelo de un tirón. Lentamente, baje el escritorio dejándolo perfectamente en el suelo. El profesor Flitwch estaba sorprendido. No dijo ni una palabra por unos segundos.

- Bien. - Hablo finalmente. - Creo que esto es muy básico para usted.

Probamos unos trucos de segundo año. Algunos los hice fácilmente y con cuidado. Otros, no tanto. Luego de que rompiera dos libros, una repisa y casi una ventana entera. El profesor dejó que me fuera a la torre. En cambio con la profesora McGonagall fue más divertido y menos trágico.

- Vamos a la biblioteca. - Sophie, Megan y Bella se dirigían a ese lugar.

- No puedo. Debo ir a hechicería.

- Pero si ayer tuvimos esa materia. - Bella se puso nerviosa. Creo que pensó que se había olvidado de algo.

-Si, lo sé. Pero debo tomar la clase de segundo año. Nos vemos. - Al darme vuelva, trate de no reírme por la cara que había puesto Bella. Creo que en ese momento se sentía indignada por lo que había escuchado. "¿Cómo puede ser que no me eligieran a mi para tomar esa clase?", seguramente diría en ese momento.

Antes de entrar a clases, respire profundo. Estaba un poco nerviosa, porque no sabía como lo iban a tomar los otros chicos. Abri la puerta, y como me lo imaginaba, todos hicieron silencio.

-¿Qué haces aquí, ___? Esta no es tu clase. - William, un chico de Ravenclaw estaba estupefacto al verme.

- Debo tomar esta clase, William. - Abrió la boca para hacerme más preguntas. - No me preguntes a mi. Sácate las dudas con el profesor. - Me senté al lado de él, un asientos detrás del primer banco.

-___. - Oh, no. Me había olvidado que Ravenclaw comparten clase con los de Gryffindor. - ¿Ahora vas a hacer nuestra compañera?

- Si, Fred.

- ¿Por qué?

-Bueno, clase.

- ¿Profesor? - No había ni llegado al primer escritorio cuando le empezaron a llover preguntas.

- Antes que nada. La señorita ___ está aquí para aprender al igual que todos ustedes.

- ¿Pero por qué? ¿Por qué ahora?

- Si, faltan menos de tres meses para terminar.

- Solo les dire que le den la bienvenida. Va a ser su compañera lo que resta del año.

-¿Perdiste una apuesta? - Me susurró Fred.

-¿Crees que estoy aquí por una apuesta? - Le susurre enojada.

-Por como eres yo creía...

- Muchachos. Basta.

Comencé a leer el libro de segundo año que me había prestado William. Como no podía practicar, tuve que leer el libro. Cuando descansaba la lectura, podía ver como practicaban los demás.

- Dinos. - Fred y George se habían puesto uno al lado del otro. - ¿Por qué estas aquí?

- ¿No tienen que ir a practicar o algo así? - Enfoque mi vista en el libro.

-No me digas que eres una sabelotodo.

-¿Te volviste una sabelotodo?

- No, Geor. Solo... debo enfocarme más. Quería aprender más. Es todo. - Ambos se me quedaron mirándome. - ¿Qué?

- Nada... - Ambos mostraron una sonrisa, con intenciones oscuras. Lo pude notar.

- Bueno, clase. Es todo por hoy. Puede irse.

Le devolví el libro a William. Fui una de las primeras en salir del lugar. Trate de ir al comedor lo más rápido que pude, pero dos brazos me jalaron hacia atrás.

- ¿No nos vas a contar que sucede? - Quería decirles que no, pero la cara de Fred me vencía.

- Esta bien. Pero no ahora. No quiero que todo el mundo se entera.

- ¿Por qué?

- No quiero que todo el mundo piense que soy un peligro para todos... - Ambos se miraron. - Avísenme cuando van a Hogmeade, así les cuento en el camino.

- No podemos esperar tanto.

- Solo esperen.

- ¿Tiene algo que ver con lo que le paso a Sam?

- Si... y con lo que le paso a Oliver, también.

-¿Qué?

- Lo que le paso en el campo de Quidditch... - No entendían - Que casi se cae de la escoba.

- Eso fue un accidente, se resbaló.

- No. Fui yo. Casi lo tiro de la escoba.

- Si, claro. - Dijeron a dúo.

Por el momento no me iban a creer, hasta que les mostrara que podía hacer magia sin usar mi varita. Por el momento, era mejor que pensaran que todo lo que decía era una locura.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora