Adios, Hogwarts

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A la mañana siguiente, revisábamos el cuarto de pies a cabeza para saber si no nos olvidábamos algo. Sophie fue la última en salir del lugar. Antes de salir miramos la estatua de Ravenclaw. Los próximos meses no lo volveríamos a ver.

Llevaba con cuidado a Félix hasta el tren. Le había puesto una tela un poco transparente, para que pudiera dormir mejor durante el día. Antes de llevarlo a dentro del vagón, había una fila delante nuestro. Nos llamo la atención, hasta que vimos que había al comienzo de ella. A medida que avanzábamos, pudimos notar como Hagrid abrazaba a cada alumno para despedirlo. Pensábamos que era una tradición antes de subir al tren, pero unos segundos después notamos que no lo era.

- ¿Ustedes también se vienen a despedir?

- Si. - Cada una lo abrazó. Yo fui la última.

- Adiós, muchachas. Nos vemos en unos meses.

- Te extrañaremos, Hagrid.

- ___. Antes de que te vayas. - Las chicas se adelantaron. Hagrid me aparto a un costado. - Supe que tu, Fred y George tenían un par de libros, que el profesor Snape se los sacó. - Asentí. - Bueno. Yo se quien los tiene. - Mi corazón latía a mil por hora. Nunca me hubiera imaginado que Hagrid nos daría la pista de donde estarían los cuadernos perdidos. - El profesor Snape se los dio a la señora Pince. Seguramente debe estar en la biblioteca. - El silbato hizo que dieron un brinco. No entendía la situación. ¿Por qué Snape lo llevaría a la biblioteca, si sabe que podríamos recuperar de nuevo los libros? - Anda. Ya es hora de irte.

- Gracias por todo Hagrid. Nos vemos en unos meses.

- Anda. Sube. - Dijo sollozando.

Salude a Hagrid por última vez cuando el tren ya estaba en movimiento. A lo lejos pude ver la punta de una de las torres del castillo. Definitivamente extrañaría el lugar.

Luego de dejar a Félix en uno de los compartimentos, fui a buscar a los gemelos. Tarde casi media hora, hasta que los encontré casi al final del tren. Los llamé disimuladamente. Ambos se extrañaron por mi visita, pero aceptaron la invitación.

- ¿Qué haces aquí?

- Ya se quien tiene loa cuadernos.

- Creo que ya es tarde para decirnos.

- Hagrid me lo dijo antes de que suba al tren.

-¿Hagrid? ¿Cómo sabe él sobre eso?

- No lo sé. No le pude preguntar nada. El tren ya arrancaba. - Le explique todo. Ambos se quedaron pensando. La biblioteca es gigante. Iba a ser muy difícil encontrarla.

- No creo que la señora Pince lo deje al alcance de todos. Seguramente lo guardara en un lugar donde nadie lo pueda encontrar.

- En la sección prohibida. - Se me ocurrió.

- Seguro lo guardará en ese lugar.

- ¿Y cómo vamos a hacer? Solo los alumnos del último año pueden pedir permiso para entrar.

- No lo sé. Tendremos que planear algo en las vacaciones.

- Ah. Aquí estas. Te compramos tu favorita, pastel de calabaza. - Megan estaba acompañada de Sophie y Emily.

- Bueno, fue un gusto conocerte. - Dijo Fred de golpe para romper el hielo. - Nos entristece no verte el año entrante.

- ¿Qué? ¿Tan rápido los expulsaron? - No sabía que decirme.

- Vámonos, George. Se nota que no nos quieren aquí. - Y como todo un dramático, él y su hermano se fueron. - Adiós.

- Ya se que lo vas a extrañar, pero nosotras también. Así que ¿por qué no pasas más tiempo con nosotras? Va a ser sano que lo extrañes un poco.

- No la culpes, Emily. Ya sabes como te pone el amor.

En un compartimento, los mellizos nos esperaban. Sam parecía estar un poco desilusionado por volver a casa. En cambio su hermana no veía la hora de volver a dormir en su habitación.

- ¿Qué harán en las vacaciones?

- Con las chicas pensamos juntarnos. Si quieren pueden sumarse. - A ambos les gustó la idea.

Mientras seguíamos hablando de las cosas que vivimos ese año y lo que nos deparaba el futuro, miraba de reojo las montañas. Y como con cada conversación, el sol se iba ocultando. Sam nos contó como se sintió luego del accidente. Por un rato, esa culpa que había perdido, volvió.

- oh, no. - De golpe todos se callaron.

-¿Qué te pasa?

- Me olvide de pedirle mi varita al profesor Dumbledore.

-¿Cómo te puedes olvidar de una cosa así? - Emily parecía mi madre.

- Lo siento, mamá. Me lo olvide. - las carcajadas brotaron en el lugar. Ese fue el momento más cómico de todos.

- Ya estamos llegando. - Todos estábamos tristes por no vernos seguido, como nos acostumbramos a hacerlo.

El tren se detuvo puntual en la plataforma 9 3/4. Todos bajamos con cuidado. El andén paso de estar lleno de gente esperando a sus hijos, a un caos total. Algunos lloraban porque solo volverían al lugar junto a sus hijos. Otros, como mi padre, lloraban de la emoción de volver a vernos.

Antes de salir del lugar. Salude a todas las chicas, y les presente a mis padres, al igual que los mellizos. Los Weasley también nos habían saludado. La señora Weasley como la madre amorosa que es, no me soltó tan fácilmente cuando me vió. En un momento me dieron ganas de llorar. Te dabas cuenta que esta etapa se estaba terminando porque alrededor era llanto y alegría.

El primer año en Hogwarts había terminado. Tenía nuevos amigos, nuevas aventuras que vivir. Lo único viejo, era lo que sentía por Fred.

- Nos vemos dentro de unos meses. - Disimuló un abrazo conmigo que casi me cortó la respiración. - Estate atenta a la correspondencia. - Susurró tan cerca de mi oído, que como de costumbre, golpee a Sam.

- Lo siento, Sam.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora