Te salvaste de ir a Azkaban

214 21 0
                                    

A la mañana siguiente, los chicos que salían de la sala común de Gryffindor, se sorprendían al verme parada allí. Anna salió antes que su hermano. También le llamó la atención.

- ¿Estas esperando a los Weasley?

- No, a tu hermano.

- ¿Por qué?

- Quiero saber como sigue.

- Esta bien. Solo muy cansado. - No sabía que decir. Por suerte, salieron otros chicos de Gryffindor, para cortar la tensión. - Vamos. Ya lo vas a poder ver en el gran salón. - Anna entrelazó nuestros brazos y nos dirigimos a desayunar.

- Esta bien. Te preocupas demasiado. Tu sabes que fue un accidente.

- Pero siento como si fuera a propósito... No es la primera vez que golpeo a tu hermano.

- Bueno, pero... esperemos que sea la última- Ambas reímos por eso. - No es tu intención lastimarlo. Él se lo busca. - Quede confundida.

- ¿Por qué lo dices?

- Bueno... él siempre esta cerca tuyo...

- Ah, aquí esta, señorita ___. - El profesor Flitwch nos interrumpió en ese preciso momento - Después de desayunar quiero que vaya a hablar con el profesor Dumbledore.

- Pero, tengo que ir a su clase.

- No se preocupe. Tiene mi permiso. - Y entró al gran comedor sin más que decir.

- Que extraño. Espero que no sea nada grave para que veas al director. - No sabía que decirle a Anna. Me había quedado pensativa.

Unos minutos más tarde, Sam había ingresado al comedor con un brazo vendado. Todos estaban felices de volverlo a ver. Yo más que los demás. Sentía alivio al notar que no fue tan grave el accidente.

- Vez, no tenías de que preocuparte. - Me ánimo Charlie.

- Te salvaste de ir a Azkaban

- Cállate, Fred.

- Hola chicos. Que gusto volver a verlos.

- Un truco más, y no te vamos a volver a ver, Sam.

- Si, yo que tu me alejaría de ella - George me señalaba con una tostada.

- Si es que nos quieres volver a ver.

- ¡Ya cierren la boca los dos! - Charlie se había cansado de sus comentarios. - Nos alegra de que estes bien. ¿Quieres sentarte con nosotros?

- Si, pero no cerca de ella. - Me dió un vuelvo al corazón cuando escuche eso. - Es broma, ___. Esta todo bien. Solo fue un accidente.

- Espero que Dumbledore no te llame por eso. - Anna se tapó la boca con ambas manos. Se le había escapado sin querer algo que no debió decir delante de los gemelos.

- ¿Qué?

- Ya esta. Termina en prisión. Se los dije.

- Agarren sus cosas, y se van a clases, ¡ahora! - Los gemelos agarraron sus cosas y se fueron.

- Lo siento. - Susurró Anna.

- ¿Dumbledore te llamo? - Quería no estar nerviosa antes de ir al despacho del profesor, pero era imposible.

- Me lo dijo el profesor Flitwch. No dijo para que, pero me ordenó que fuera después del desayuno. Tengo permiso de él para faltar a su clase.

- Espero que no sea nada grave. - También esperaba eso. Sam se había quedado callado por unos minutos.

- Nos alegra verte de nuevo, Sam.

- Trata de no agobiarte tanto con las materias de hoy. Yo te ayudaré, pero ten paciencia, hermano.

- Si necesitas ayuda, también estoy a su disposición, chicos.

- Gracias, Charlie. - Parecía que la respuesta de Sam la decía sin pensar.

- ¿Estas bien? - Todos notábamos que le pasaba algo.

- Estoy bien.

- Bueno. Nos vemos más tarde.

- Nosotros debemos irnos también. - Anna se levantó de su asiento y animó a su hermano para que la acompañara.

- Si no te importa, quiero comer un poco más.

- ¿Seguro que estas bien? - Asintió. - Bueno. Te veo en el salón... Nos vemos, ___.

Por unos minutos, el silencio reinó en la mesa. No sabía si sacar un tema de conversación o si él quería estar callado. Miraba mi plato, pero en realidad estaba prestando más atención a lo que veía de reojo. Sam me miraba disimuladamente. Comenzaba a ponerme nerviosa.

- ... - Antes de decirle algo, ya era hora de ir a clases. Aunque en ese momento tenía que ver al director. - Bueno... - Dije finalmente. - Nos vemos después, Sam. - Agarre mis cosas.

Mientras me iba mezclando entre los demás alumnos, pude sentir que alguien me seguía. No le presté atención, porque pensaba que era una paranoia mía. Dos pasillos antes de llevar al despacho del profesor Dumbledore, sentí una mano en mi hombro. Brinqué de los nervios y el susto. Era Sam.

- ¿Qué haces aquí?

- No quiero que te expulsen de la escuela. Voy contigo, para que esto no pase.

- Pero Sam, debes ir a clases.

- Esto es más importante ahora. Quiero que sigas en Hogwarts.

En ese momento no me imaginaba lo que pasaba por la cabeza de Sam. Solo pensaba en que tenía que ir a clases y dejarme que me enfrente a las consecuencias. Pero como todo un caballero, él no permitiría que luchara esta batalla yo sola.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora