Mi vida en Hogwarts 1er año

Pintarme el pelo de azul

  Los chicos estaba felices comiendo sus tartas, unos muffins y unos pasteles rellenos de algo violeta. Esperaba que fueran arándanos, aunque olían algo raro. Luego de comer mi pequeña tarta, Fred me preguntó si seguía enojada con ellos. Un poco si, pero por tocar su mano, había olvidado eso. Me sentía una tonta.

- ¿Qué es lo que debo hacer para convencerlos de que puedo ser una de ustedes?

- Tíñete el pelo de azul.

- ¡¿Qué?! - George casi se atraganta de tanto reirse.

-Es muy buena idea.

- Ustedes están locos.

- Bueno... al menos lo intentamos. Vamos George. Tenemos que llevarle algo a Lee.

- Piénsalo, ___. Tienes una semana.

No se si ellos estaban dementes, o yo era la persona más incoherente en pensar hacer esa tontería.

Ese pensamiento me duro todo el camino. Ni siquiera noté que ya estaba en el cuarto junto a Félix, quien estaba durmiendo.

- Ahh. Aquí estas. Te estuve buscando por dos horas.

- ¿Qué pasó, Megan?

- Nada. ¿Ya te besaste con Weasley? - Me puse colorada y tonta.

- ¡No!... Fred es... solo un amigo... bueno... como un hermano.

- ¿Y quien dijo que me refería a Fred? - Me quede sin palabras. - ¿Y que hiciste con ellos?

- Tuve una "prueba". - Megan parecía ansiosa. - Pase, pero... tengo un reto más.

- ¿Y cuál es? Quizás te pueda ayudar.

- Es una tontería. Creo que no lo haré.

- Vamos... ¿Qué tan difícil puede ser?

- Quieren que me tiña el cabello de azul. - Estalló de la risa.

- Son... son... muy buenos.

- No lo haré. Toda la escuela notará algo extraño. ¿Y si los profesores le mandan una carta a mis padres, diciéndoles que me hice eso?

- Debes intentarlo. Quizás podemos decirles que... practicabas una pócima, para la clase de Snape, y te teñiste sin querer.

La idea de Megan no era mala. Pero quería esperar unos días, para ver si era verdad o una broma. No quería intentarlo, y que toda la escuela se burlara por algo que no iba en serio.

- Además, seria épico. Una Ravenclaw que lleve los colores en su cabeza... seria genial.

Hacía poco que la conocía a Megan. Pero sentía como si la conociera desde hace años. Era como esa amiga que no importa si te metes en problemas o no. Ella siempre te iba a apoyar, por más que la idea fuera una locura.

- Tienes todo el fin de semana para pensar como lo harás. Ahora, vamos a comer algo. Tengo mucha hambre.

La cena fue algo extraña. Estábamos los de Ravenclaw y Gryffindor mezclados entre sí. Charlie estaba un poco molesto, por como me había comportado en el lago. Es por eso que me sentó lo más alejada de los gemelos.  Lo malo es que estaba sentada entre él y Megan. Ambos no paraban de hablar. Era algo irritante. Deje de pensar eso, cuando comencé a sentir algo entre mi túnica. Me había olvidado de los libros.