Volver a la escuela

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Luego de Navidad, no hubo nada interesante en año nuevo. Lo que sí, Megan iba a verlo a Kenchy cada dos días. Ella se sentía tan feliz. Como si hubiese recuperado el amor que había perdido.

El mismo día que regresaban los chicos a Hogwarts, estaba muy impaciente. Durante el desayuno, miraba la entrada del gran comedor, una y otra vez.

- Cálmate un poco. Te vas a atragantar si sigues comiendo de esa forma.

- Estoy nerviosa.

- ¿Por qué? Vuelven de casa. No de la guerra.

Estaba tan concentrada en volver a verlo a Fred, que no me había dado cuenta la carta que tenía Félix en el pico. Le di un poco de mi pan tostado, como agradecimiento, y se fue.

- Se que lo extrañas, pero para un poco. No me quiero imaginar el día en el que le pidas ser su novia.

- ¿Y por qué yo le voy a pedir?

- Por tu actitud ahora, creo que ya elegiste el nombre de sus hijos. - Me quede muda. - ¡___! - Me gritó con una sonrisa. - ¿Puedo ser la madrina de uno de ellos? ¿Esperas tener gemelos?

- Callate.

- Los veremos en la cena. Ahora relajate.

Es verdad, tenía que esperar hasta la noche para volverlo a ver. Aún así, esa idea no me quitó los nervios de encima. Estuvimos desde el almuerzo hasta la tarde en la torre. Para poder distraerme mejor, trate de hacer hechizo con Megan. Pero solo lograba romper cosas.

- Vamos, ya están por llegar. - Dijo Megan luego de ver el cielo por la ventana de la sala común.

Yo salí casi corriendo de la torre. Al doblar en una esquina, casi choco contra Sam, quien volvía de pasar las fiestas con su familia.

- Hola, ___. ¿Cómo estás?

- Perdón, Sam. No te había visto. - Le dije casi agitada. - Pensé... pensé que llegarían más tarde. - De golpe comenzaron a aparecer varias personas por el pasillo. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora.

- No... ¿Cómo la pasaste? ¿Qué hiciste estos días? - Su piel se ponía roja con cada pregunta.

- Bien. Estuvo bien.

- Hola Sam.

- Hola Megan - Dijo sin despegar los ojos de mi pelo.

- Vamos al gran comedor. ¿Nos acompañas?

- Primero iré a acomodar mis cosas. Pero las veo ahí.

Me senté junto a Megan. No dejaba de ver la entrada. Movía un mechón de mi pelo para distraerme. Casi me lo arrancó al volver a ver a Charlie. Grite tan fuerte su nombre, que hice que unos chicos que estaban cerca se dieran vuelta.

- Ya calmate - Me dijo Megan cuando me jalo de mi sueter, para volverme a sentar.

- Hola chicas. Las extrañe.

- Nosotras también.

- Aunque alguien extraño más a otra persona. - Trate de no mirarla para poder disimular un poco.

- Fred esta en la sala común. - Ambos me miraron. - Por si quieres saber.

- Que bueno.

- No hagas como si no te importara. Estuvo todos los días mirando por la ventana, esperando sus cartas. Marcaba... - Comenzó a reírse - ...En la pared los días.

- ¿En serio?

- No, pero le gusta burlarme. - Ambos se reían cuando George entro. Casi se me paraliza el corazón pensando que era su gemelo.

- Hola chicas.

- Hola - Grito Fred detrás de nosotras, haciendo que nos asustáramos.

- Eres un idiota. - Megan se había golpeado el brazo con la mesa.

- Tenía que hacer una gran entrada, Megan. - Creo que ella podía escuchar el latido de mi corazón, porque yo lo hacía.

- ¿Mandándonos a la enfermería?

- Vamos, chicas. No me digan que no me extrañaron.

-Bueno... - La mire de reojo antes de que le pudiera decir algo a Fred. - Nadie te extraño. Eres fácil de "no extrañar". - Megan le mostró una sonrisa falsa, que provocó que la imitara.

- Pero no te preocupes, cuando no encontremos otra cosa por hacer, seguro que te extrañaremos. - Charlie me miró, sabiendo que estaba diciendo mentira tras otra. - Solo extrañe a un solo Weasley. - Insinuando a Charlie, quien se sentía alagado.

- Eso es lo que crees - Susurró Megan.

Mi vida en Hogwarts  1er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora