Mi vida en Hogwarts 1er año

En busca del libro perdido

  Ya faltaba poco para terminar. Había aprobado todos los exámenes, algunos no sabía como lo había logrado, pero lo pude hacer. Solo me faltaban dos más y era todo. Terminaría mi primer año.

- Muy bien. Es todo. Ya estas lista.

Había estudiado mucho con William. Tanto, que parecía que éramos compañeros desde hacía bastante tiempo. Aunque será algo tímido, conmigo trataba de no demostrarlo. Creo que lo hacía para ayudarme.

-¿Estas lista? - Los gemelos estaban un par de asientos alejados de nosotros dos.

- Si no te sabes algo, no te estreses. - Susurró George.

- Pero si te sabes algunas, danos las respuestas. - Susurró Fred.

- Muchachos... Vamos a comenzar. - El profesor Flitwch nos paso un par de hojas y plumas mágicas. - Señorita ___, haga el examen con calma. No se desespere si no recuerda algo. Yo se que usted sabe. - El profesor Flitwch tenía más confianza en mi, que yo misma. - Buena suerte para todos.

Al terminar el examen, me sentía más libre. Esa misma tarde, mientras guardaba los libros que ya no iba a usar en el baúl, encontré el libro de Zlaink, el cual no había visto desde hacía meses.

Volví a revisarlo y recordar porque lo tenía. En cada hoja sentía la necesidad de adentrarme más y más en él. Hasta que me di cuenta, que el libro tenía como un rompecabezas en sus últimas páginas.

- ¿Hay un tercer libro?

El viernes por la tarde, estuve en la biblioteca de la torre revisando cada estante, libro por libro, hasta encontrar el último cuaderno. Cuatro horas después, nada.

- Necesito que me presten el libro que les di.

-¿Cuál libro? - Pregunto Fred con medio pollo en su boca.

- El de Zlaink.

- ¿Te refieres al de los inventos?

-Si, ese.

-¿Para que lo quieres?

- Creo que hay otros libros. Quisiera saber que contiene ese último.

-¿Sabes donde encontrarlo?

-No. Por eso necesito su libro.

Nos alejamos lo más posible de las demás personas para leer el libro. Mientras Fred estaba tirado en el pasto tomando sol, con George leí cada página de ambos libros. Notamos que muchas cosas se unían.

- Zlaink era un genio. - George no podía parar de leer.

En su diario nos daba muchas recetas de pociones, algunas formas de animar objetos muggles, y como convertirse en un excelente auror. En algunas páginas te decía como sacarle provecho a las clases, y cuales te servían para llegar a serlo.

- Este sigue siendo muy interesante. Pero creo que le falta una parte. - George tenía razón, era como si el primer libro no tuviera final y el otro, un principio. - Por eso decías que hay un tercero.

- Si. Pero ¿Dónde estará?

Fui con los gemelos hasta la biblioteca, pasamos gran parte en ese lugar. Estaba tan desesperada que hasta le pregunte a la señora Pince si no había visto un libro parecido a los que teníamos en la mano. Nos dijo que jamás había visto cuadernos así.

Casi nos rendimos, hasta que Fred tuvo la idea de buscarlo en el despacho de Filch. Los tres disimuladamente fuimos hasta ese pasillo. No había nadie cerca de nosotros. Ellos decidieron, más bien Fred, de que entrara y ellos vigilaban.

- Solo di "Accio libro o cuaderno" y listo. Va a ser rápido. Vamos, entra.

Como la primera vez, volví a ponerme muy nerviosa. Podía escuchar mi respiración aumentar en cada paso que daba. Hice lo que me dijo Weasley. Fue la idea más estupenda. En pocos segundos estaba sepultada bajo treinta o cuarenta libros.

George entro para ayudarme. Los dos buscamos rápidamente el libro. Veinte minutos más tarde, nada. Salimos rápido. Fred ya estaba con los nervios de punta cuando salimos.

-¿Por qué tardaron tanto? Pensé que había visto a la gata de Filch, y era de un niño de primer año.

Caminamos un par de pasillos más. Hasta que nos detuvimos a pensar en que otro lugar podría estar. En la torre no estaba, y no creía que estaría en otra sala común, ya que Zlaink era un Ravenclaw. Incluso imagine que estaría en el despacho de Dumbledore, ya que había demasiado libros parecidos al nuestro.

- Desearía saber donde esta ese libro.

Los gemelos me apartaron de la pared donde estaba apoyada, sin quitar la vista de ese lugar. Me di vuelta y pude notar como unas puertas, parecidas a la entrada del gran salón, se dibujaban en ese lugar.

- ¿Qué es esto?