CAPÍTULO 49

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Autora: ¡HE VUELTO! Ha pasado mucho tiempo, y probablemente tengáis que leer el capítulo anterior para recordar, pero estoy de vuelta. Mil perdones por el tiempo transcurrido, pero circunstancias personales me han impedido escribir. Afortunadamente, ya lo puedo hacer de nuevo, así que espero no estar mucho tiempo sin volver a hacerlo.

Gracias por estar siempre ahí. 

***

- Suelta esa cuerda o te vuelo los sesos sin pestañear, inspectora - susurró una voz masculina a las espaldas de Beckett mientras clavaba más la pistola en la sien de la policía. 

Ella mantenía los ojos cerrados sin dejar de tensar la cuerda que mantenía viva a su madre, tenía que darle tiempo hasta llegar abajo, aunque en el intento ella perdiese la vida.

- ¡¿No me oyes?! - chilló amenazador el hombre. 

Harto del silencio y de la negativa de la joven inspectora, le dio con la culata de la pistola en la cabeza provocándole una brecha, y la empujó con fuerza a un lado haciendo que perdiese el equilibrio y se le escapase la cuerda de las manos. 

- ¡No! - Beckett se lanzó en plancha tratando de recuperar la cuerda, pero no llegó a tiempo y esta desapareció por la ventana. 

Esperó el golpe, pero no llegó, ni gritos, ni lamentos, nada, absolutamente nada; y eso solo podía significar que su madre ya estaba a salvo con los chicos. Sonrió para sus adentros mientras se colocaba una de las manos en su cabello y comprobaba que tenía sangre al ver su mano. 

- Ahora voy contigo... - le pegó un puñetazo partiéndole el labio cuando Kate intentaba levantarse del suelo, haciendo que ésta volviese a caerse levemente aturdida. 

El hombre de unos dos metros de altura y gran envergadura cargó el arma y se dirigió firme a la ventana para terminar con la vida de quienes estuviesen abajo. Kate no podía moverse, el golpe le había dejado levemente aturdida y desorientada, sangraba en abundancia tanto por el rostro como por la cabeza. Su visión comenzaba a ser borrosa mientras luchaba por no perder la consciencia y aguantar el dolor que le habían provocado ambos golpes secos.

El hombre comenzó a disparar, pero ya no había nadie en el exterior. 

- ¡Maldi...! - comenzó a decir el hombre enfurecido, pero no le dio tiempo a acabar sus maldiciones cuando Kate se le lanzó por detrás tratando de alejarle de la ventana. 

El hombre la agarró sin esfuerzo alguno debido a sus características anatómicas y la lanzó bruscamente contra la pared. El cuerpo chiquito de la inspectora se estrelló con fuerza contra ella y se fue arrastrando casi inerte hasta quedar sentada en el suelo. Su visión era borrosa, el golpe había sido brutal, trató de extender las manos buscando algo a lo que aferrarse, pero finalmente se cayó al suelo casi inconsciente, llena de sangre y con la respiración entrecortada.

- ¿Acaso pensabas que alguien delgaducho y estúpido como tú iba a pararme los pies, inspectora Beckett? - el hombre rió con fuerza y se colocó al lado del cuerpo de la inspectora mientras no dejaba de mirarla desde arriba con sorna.

Beckett trataba de moverse, pero solo agonizaba en el suelo. El hombre colocó uno de sus grandes pies sobre el estómago de la inspectora y apretó haciendo que le faltase el aire y tosiese con fuerza. Rió ante los esfuerzos de la joven por respirar y lo apartó liberándola momentáneamente de su castigo. Kate trató de gatear alejándose de él, pero estaba perdiendo mucha sangre y apenas veía, su cuerpo temblaba, aún así no había cesado en su intento de alejarse de aquel hombre. 

- ¿Dónde vas, zorra? - rió el hombre pegándole una patada en el costado que hizo que volviese a caerse al suelo - la verdad que me da pena tener que matarte... Eres preciosa - se agachó a su altura y le acarició el rostro con el dorso de la mano - eso no me lo había dicho mi jefe antes de mandarme a por ti aquí arriba... ¿acaso pensabas que no sabíamos que ibas a entrar por la parte de atrás a por tu mami? - volvió a reír - ¿y acaso no sabes que la dejamos con vida porque esperábamos a que tu entrases? Te queríamos a ti... 

Los sonidos de disparos comenzaron a sonar en el piso inferior, pero ahora con más fuerza que antes, con más insistencia. Kate supuso que sus amigos estaban intentando entrar a la fuerza en el lugar para salvarle la vida, pero era prácticamente imposible, ellos eran muchos más y mejor armados. 

- Creo que ha llegado la hora - dijo mientras miraba su móvil que acababa de sonar - ha llegado tu hora, inspectora Beckett... - la cogió y la sentó contra la pared, la cabeza de la inspectora se iba hacia los lados, pero él se encargó de dejársela quieta - qué bonita... - le retiró el pelo de la cara sonriendo - igual el jefe me da un poco más de tiempo y me divierto contigo... - susurró el hombre mientras recorría con el dedo índice la mejilla, los labios y el canalillo de la inspectora de homicidios. 

Ella trató de levantar la mano para propinarle un golpe, pero estaba tan débil que no le fue de ninguna complicación detenerla agarrándole la muñeca.

- Donde vas, muñeca... - le apretó con fuerza la mano haciendo que ella soltase un pequeño gemido de dolor - si apenas te quedan segundos para desmayarte, pero tienes que aguantar... Mi jefe me ha pedido que te mate cuando él esté presente - sonrió con malicia - ya está llegando, bonita... Prometo que no sufrirás.

Beckett ya apenas escuchaba la voz de su asesino, le oía lejos, se estaba dejando ir, su pequeño cuerpo no podía más... Y en ese último instante vio a Rick. Decidió quedarse en su recuerdo, en sus ojos, su voz, sus caricias, y la forma que tenía de hacerle el amor. Decidió quedarse en el recuerdo de una vida que ya no iba a poder compartir junto a él, en una vida en la que estarían casados y tendrían unos hijos preciosos. 

Se le cerraban los ojos cuando notó como el hombre había comenzado a desabrocharle los botones de la camisa, al parecer iba a tratar de aprovecharse de ella mientras el jefe llegaba al lugar. Es entonces cuando Kate se centró en el recuerdo de Castle y eso le dio el último aliento. Abrió los ojos y los clavó con dureza en su sorprendido agresor mientras le agarraba la mano apartándola de su blusa. 

- No me toques... - susurró Kate sin soltar la mano de su agresor. 

Este volvió a reír. 

- Nena, no puedes conmigo... Te estás desangrando, bombón. ¿Cuánto piensas que vas a durar consciente? - sonrió - mírate, das pena.

Un arma se accionó a lo lejos a la espalda del enorme hombre que estaba tratando de abalanzarse sobre la inspectora.

- Ponle una mano encima y te vas al otro barrio, imbécil... 

Kate escuchó la voz lejana y apenas era capaz de reconocerla, solo veía una sombra en la oscuridad. 

Una sombra que le iba a salvar la vida. O eso parecía.


Enlazados (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora