CAPÍTULO 53

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Autora: ¡Y otro capítulo! ¡Estoy en racha! ¡Y además creo que nunca he escrito un capítulo tan largo! ¡Qué lo disfrutéis! 

Espero comentarios... Tanto para matarme como para quererme, ya sabéis ;)

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Beckett carraspeó tratando de liberarse de ese incómodo nudo que se había aferrado a su garganta tras escuchar la palabra matrimonio, y se movió levemente incómoda en la camilla atrayendo la atención de todos los presentes.

- ¿Kate? - preguntó Lanie - Ay, Kate, no me digas que te hemos despertado, cielo... - se acercó a la camilla y acaricio el cabello de su amiga.

- No pasa nada... - su voz sonaba ronca tras haber dormido durante un buen rato, y le costaba mantener los ojos abiertos debido a que no se habían adaptado del todo todavía a la luz.

- ¡Qué mala pinta tienes, jefa! - bromeó Espósito acercándose a los pies de la cama.

Kate trató de alzar el pie para propinarle una patada a su amigo, pero solo consiguió hacerse daño debido a los hematomas que tenía por todo el cuerpo.

- Cuídado, Katie... - Castle se acercó por el lado libre de la camilla al ver el gesto de dolor de la inspectora.

Beckett cambió su cara al encontrarse con los increíbles y tiernos ojos azules de su escritor. Y él tragó saliva al ver esos ojos verdes avellana mirarle con tanta intensidad y firmeza. ¿Existía alguna mujer en el mundo con una mirada tan arrebatadora como la de Katherine Beckett?, pensó Castle durante unos segundos. Se miraron, solo eso. Se miraron en silencio. Y desapareció el mundo alrededor de ellos dos. Lanie intercambió alguna mirada cómplice con los chicos, era increíble la química que se despertaba en ellos, y no había nadie en el mundo que no viese eso, ni mucho menos nadie que se mirase y se desnudase con la mirada como ellos. Castle se olvidó de respirar, poco importaban sus heridas, era jodidamente preciosa y más cuando esa mirada era solo para él. Ella se debatía entre los ojos de ese hombre, el aroma de su perfume, y las ganas de decirle que le acababa de escuchar.

- ¿Qué pasa? - preguntó Castle con una tímida sonrisa.

Ella no respondió. Katherine Beckett tenía miedo. Sí, miedo. Miedo a decirle que no sabía si estaba preparada para un paso tan grande, o quizás miedo a sentir que en realidad si estaba preparada desde el momento en el que le conoció. Ese hombre le volvía loca en todos los sentidos, pero las eternas dudas de la inspectora y su inseguridad, por momentos, volvían a flote.

- Nada... - respondió con una sonrisa acariciando la mano que el escritor había posado sobre la camilla.

Él sonrió y depositó un tierno beso sobre su frente. Sabía que ella mentía, pero quizás se debía a la pesadilla reincidente y no quería asfixiarla más con el tema. Tenía que darle tiempo, era sumamente duro por lo que había pasado hace solo cuatro días. 

- Bueno... Creo que tenéis algo de lo que hablar - dijo de repente Lanie ante los ojos asombrados del escritor y el miedo fingido en el rostro de la inspectora - nosotros estaremos por aquí cerca, en un rato volvemos, ¿verdad, chicos?

Beckett se quedó observando como sus tres amigos desaparecían por la puerta y con ellos su salvavidas, y sintió temor de que Castle se declarara justo en ese momento en el que ella apenas tenía fuerzas. No se sentía preparada para dar una respuesta y eso le asustaba en demasía. Tenía que tenerlo todo siempre bajo control y Castle siempre fue especialista en todo lo contrario, quizás eso era lo que había hecho que se enamorasen tan locamente el uno del otro. Castle, por su parte, seguía sintiendo pánico y la caja del bolsillo derecho de su pantalón cada vez le pesaba más. Tenía miedo al rechazo de Kate, o a asustarla y alejarla de él, y eso era lo último que quería que ocurriese. 

Enlazados (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora