CAPÍTULO 7

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Castle se quedó completamente hechizado observando a la inspectora, que le sonreía amablemente mientras se colocaba un mechón de su melena detrás de la oreja. Parecía una chica muy dulce.

- ¿Cómo se encuentra, señor Castle?

Castle no respondió a tiempo, estaba perdido en esos ojos verdes, avellana o ambas cosas... no sabría como definirlos. Espósito, que no dejaba de observar la situación con una sonrisa juguetona en los labios, le pegó un codazo a su compañero Ryan haciendo que este le mirase sonriendo.

- Tío, ¿cómo lo hace Beckett? - susurró Espósito en bajo a Ryan para evitar ser oídos -.
- El que...
- Hechizarlos a todos...
- ¡Qué dices! - Ryan rió en bajito - el seductor es él, Beckett no es de esas. Y además, Castle se liaría hasta con una piedra... es su fama. No sería raro que intentase ligarse a todas las mujeres que hay en cuatro metros a la redonda, y eso incluye a Beckett.

Lanie comenzó a llamar con urgencia e insistentemente mientras agitaba los brazos a los chicos y a Beckett para que acudiesen junto al cadáver.

- Disculpe... - dijo Beckett educadamente a Castle, aunque pensando que era un antipático y un ególatra, como ya dejó intuir por teléfono esta mañana, por no haberle respondido a la pregunta que le había hecho con toda su buena intención -.  

Beckett se volvió sobre sus pasos para acudir junto a Lanie.

- De lujo... Estoy de lujo... - soltó de golpe Castle agarrándola por la muñeca con suavidad y evitando que se marchase -.

Beckett se volvió para mirarle pero con el cejo fruncido observando como la agarraba de la muñeca. No le gustaba que nadie invadieran su espacio personal, ni siquiera su escritor favorito. Nadie. A pesar de lo atractivo que era Castle, y lo bien que olía a pesar de estar en un callejón lleno de ratas y basura.

- ¿Le... importa soltarme? - dijo Beckett mirándole fijamente y muy seria -.

Un gesto burlón y una sonrisa traviesa inundaron el rostro de Castle, que la miró con la cabeza entornada sin soltarla. Espo y Ryan comenzaron a pegarse codazos mutuamente observando la situación y casi sin poder contener las ganas de reír a pleno pulmón. Lanie se acercó con gesto curioso junto a los chicos para observar la situación más de cerca. Era divertida. Una controladora como Beckett con alguien que no podía controlar. Una mujer inteligente y humilde con un ricachón mujeriego y con bastante, según decía la prensa, ego.  

- ¿Cuánto a que Beckett se lo carga? - preguntó Espo extendiendo su mano como para que le pongan dinero sobre ella -.
- Chicos... hay un cadáver... - interrumpió Lanie intentando parecer seria pero soltando una pequeña risa a los dos segundos - ¡es emocionante! Voto por una patada en los cataplines al escritorucho...

Beckett, ajena a sus compañeros, que miraban la escena atentos pero algo alejados, frunció los ojos mirando a Castle amenazadoramente.

- Se lo repito... ¿Me puede soltar...?
- ¿Qué pasa si no lo hago? - sonrió Castle burlón acercándose demasiado a la cara de la inspectora -.

Beckett estaba tratando de canalizar sus emociones para no hacerle daño, pero se lo estaba poniendo muy difícil. Al ver como se acercaba demasiado se puso tensa. "Menudo completo imbécil", pensó enfadada.

- ¿Qué hace...?
- ¿Puedo invitarla a cenar? Ya sabe, al mejor restaurante de la ciudad... A donde quiera, soy rico... muy rico... pero eso ya lo sabe, ¿verdad? - Castle sonrió seductoramente tratando de engatusarla, no perdía el tiempo -.
- ¿De verdad? - preguntó Beckett regalándole la mejor de sus sonrisas mientras observaba como él le miraba los labios - ¿quieres que sea una de tus conquistas?
- Si tu quieres... No me niego...
- ¿Y sabes que va a hacer tu conquista antes de esta noche? - si él quería jugar, ella también -.

Castle sonrió con suficiencia esperando su respuesta. De pronto, observó como ella le colocaba una mano en el hombro y se pegaba más a él. "Qué rápido iba esa inspectora", pensó Castle, "me gusta".

- Esto... - le susurró Beckett al oído -.

Y con un leve movimiento agarró a Castle de la muñeca poniéndole el brazo detrás de su cuerpo. Y con un breve giro le hizo una llave que terminó con el escritor en el suelo lloriqueando y gimiendo como un niño pequeño. 

- Nos vemos en comisaría, señor Castle...

Los chicos rieron por lo bajo mientras la chocaban y Lanie se quejaba porque no fue una patada en los cataplines, aunque eso tampoco estuvo nada mal.

- Pero... ¿sabe que tiene unos ojos preciosos? - Castle sonrió apoyándose en sus antebrazos -.

Beckett negó con la cabeza, bufó de una manera a la que Castle le pareció encantadora a la par que divertida por sacarla de quicio, y se fue dejándole en el suelo. Los chicos se acercaron a él una vez que Beckett llegó junto a Lanie.

- ¿Qué le ha hecho a nuestra jefa? - pregunto Ryan -.
- Creo que es la primera vez que una mujer me rechaza tíos... - respondió Castle como un niño pequeño - y de qué manera...
- No me puede negar, que nuestra jefa no tiene estilo - sonrió Espo -.

Castle le miró dolido en su ego masculino. Espo alargó la mano para ayudarle a levantarse del suelo, Castle se lo agradeció y cuando estaba a punto de cogérsela, Espo la apartó, y volvió a caer al suelo.

- ¡Inspectora Beckett! - chilló Castle con un gallo horripilante - ¡esto es maltrato!

Beckett se giró y frunció los labios.

¡GRACIAS POR LEER!

Enlazados (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora