CAPÍTULO 54

241 19 15
                                    

Autora: ¡54 capítulos! ¿Eso equivale a varias temporadas de la serie, no? ;) 

Gracias por todas las buenas palabras y la cantidad de mensajes que me dejáis, es un gusto para mi leeros y contestaros a todos y todas. ¡Gracias, lectores y lectoras!

Vais a alucinar con lo largo que es... ¡Y la tensión! 

**

Beckett se quedó sin palabras mientras no despegaba los ojos de la punta de la pistola que ese médico erguía de manera impasible hacia ella. Estaba atemorizada, no encontraba escapatoria, ni tan siquiera ideas, en segundos se iba a convertir en carne para los gusanos y no estaba haciendo absolutamente nada por salvar su vida. Y lo que era peor para ella, iba a morir sin plantar cara, ¿qué dirían entonces de la mejor inspectora de Nueva York? ¿Qué pensarían sus padres, sus amigos, sus compañeros, sus instructores de la academia de los que siempre recibió tantas alabanzas? ¿Y que diría él? Sí, él, ojalá no llegase a tiempo con el café para ver como le metían un tiro a bocajarro. Ahora mismo es lo único que deseaba, que no apareciese. Ahí, se iba a morir ahí, jamás lo tuvo tan claro, y de la manera más estúpida. 

- Por favor... - a medida que suplicaba se iba sintiendo más ridícula. 

Trataba de ganar tiempo con la verborrea. A Castle esto siempre se le dio bien para sacarles de cualquier apuro, pero no iba a ser el caso, a ella eso no se le daba bien, y encima ese hombre era totalmente impasible. Ni un atisbo de duda pasaba por los ojos de ese sicario, ni una gota de sudor poblaba su frente, nada, absolutamente nada. No habían enviado a cualquier hombre a terminar lo que no terminaron hace cuatro días, esta vez no iban a fallar y para eso habían enviado a todo un profesional. 

- No supliques... - el rostro impasible del hombre se levantó hacia ella para clavar su mirada oscura directa en sus ojos - no te merece la pena, inspectora. Llevo diez años matando personas, y no vas a conseguir que dude. De hecho, no te he matado ya por un simple motivo...

Beckett tragó saliva y esperó a que siguiese hablando. 

- Te voy a dejar que te despidas de una persona... Solo de una - le miró fijamente - esto me parece una estupidez, no es mi estilo, pero el jefe dice que tiene una deuda contigo, y la va a saldar así. Después te mato. 

El hombre se acercó y cogió el móvil de la inspectora. Lo desbloqueó tras haberle proporcionado ella la clave y abrió su agenda sin dejar en ningún momento de apuntarla con el arma. Después, aguardó en silencio a que ella le diera el nombre de la persona a la que quería dedicar sus últimas palabras en esta vida. 

Reinó el silencio en los labios de la inspectora mientras explosionaba una guerra sin tregua dentro de su mente.

El sicario no dejaba de jugar con el móvil en su mano mientras la miraba curioso y algo impaciente por no obtener aún ninguna respuesta por parte de su futura víctima. Kate detestaba sentir como el olor a alcohol y tabaco de ese hombre se colaba por sus fosas nasales y le revolvía el estómago provocándole náuseas, así como esa mirada oscura y sucia sobre ella, desnudándola y riéndose a partes iguales. 

Beckett cerró los ojos y trató de irse momentáneamente del lugar, su respiración se agitaba y creía no tener más espacio para aire en sus pulmones. Un número, solo un número. Cualquier persona hubiese dicho el primer nombre que se le hubiese pasado por la mente, ya que dicen que así es como se sabe quién de verdad te importa. Sobre la campana, sobre el final, todos siempre recordamos a alguien. Pero Beckett no. Ella no iba a rendirse tan fácilmente. Seguía siendo esa inspectora astuta, inteligente y perspicaz que siempre había enamorado a todos los superiores, desde el primero al último. Y ahora lo iba a demostrar. No iba a morir sin haber plantado cara. 

Enlazados (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora