CAPÍTULO 25

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Autor: este es largo... ¡Uno de mis favoritos!

Tom Demming se giró insatisfecho ante la negativa de Beckett a irse con él, y abandonó el loft en la compañía de Roy Montgomery cerrando la puerta al salir.

- ¿Te quedas? - susurró Castle con timidez.

No obtuvo respuesta de Beckett. Ésta ya había comenzado a subir las escaleras en dirección al baño. Cerró la puerta tras ella y soltó todo el aire que contenían sus pulmones. Apartó toda la ropa que reposaba sobre la tapa del váter y se sentó sobre ella mientras se tocaba la frente con nerviosismo. Todo lo que estaba sintiendo era nuevo para ella, y ni siquiera su coraza le podía proteger de todos esos sentimientos alocados que florecían en su interior. Resopló un par de veces antes de levantarse soltándose el cinturón de la bata. La depositó con cuidado sobre un taburete que Castle tenía situado a la derecha de la mampara de la ducha, y se agachó a recoger su ropa del suelo.

En ese momento, Castle abrió la puerta sin llamar.

- ¡Castle!

Beckett únicamente vestida con su ropa interior negra de encaje, se tapó como pudo con su propia ropa mientras comenzaba a sonrojarse avergonzada.

- Eh... Disculpa...

Castle no podía apartar los ojos del cuerpo de la inspectora, ya que a pesar de sus esfuerzos por taparse, sus caderas y su trasero seguían a la vista del escritor.  

- ¡Castle! - volvió a protestar ella mientras le empujaba y le cerraba la puerta en las narices.

Castle sonrió estúpidamente al otro lado de la puerta. No era su intención encontrársela desnuda, pensaba que ya estaría vestida. Pero esa imagen había sido demasiado para su mente, su corazón y su entrepierna, y no lograba borrarla de sus pensamientos.

- Perdona... - se disculpó Castle tras la puerta.

Beckett abrió de golpe y salió en su encuentro ya vestida.

- Eres un cretino... - le espetó enfadada mientras le clavaba un dedo en el pecho con fuerza.

- Au... - se quejó el escritor.

- ¡No eres diferente a los demás, Richard Castle! - se apartó de él, pero este la cogió de la muñeca atrayéndola hacia su cuerpo con decisión.

Beckett se cayó contra él y se quedó a escasos centímetros de la boca del escritor, mientras trataba de seguir recordando que estaba enfadada. Muy enfadada. Pero no podía dejar de mirar los labios de Castle con deseo. De repente, sintió las manos de él recorrer su espalda con suavidad para terminar en su cintura, y con un fuerte empujón, la pegó aún más a él. La inspectora podía sentir como se despertaba el cuerpo de Castle ante la cercanía del suyo.

Ambas respiraciones comenzaron a agitarse.

- Kate...

Castle depositó su mano en la mejilla de ella mientras la recorría en una suave caricia. Después acercó sus dedos a los labios de Kate y los acarició con ternura.

- No lo hice a propósito...

Beckett no tenía aire perdida en sus caricias y en sus ojos cálidos.

- Kate...

Castle depositó sus dos manos en las mejillas de la inspectora mientras se iba acercando con lentitud sin dejar de mirar sus labios con deseo. Paró. Miró sus ojos durante unos segundos. Esperó su rechazo, pero no llegó. Tomó aire, y siguió hasta que sus labios se rozaron levemente con los de una Beckett agitada por los acontecimientos. Una electricidad recorrió ambos cuerpos. Beckett abrió sus labios cediéndole el paso, buscando acomodarse con los del escritor.

Enlazados (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora