CAPÍTULO 50

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Autora: ¡Hemos llegado a los cincuenta capítulos! ¡Dios, tendré que ponerle fin a esta historia algún día! ¿O no? ¿Qué opináis? ;) 

***

Beckett estaba a punto de perder la consciencia, su cuerpo malherido se arrastraba por la pared mientras sus manos ya no le respondían cuando trataba de colocarlas a ambos lados de su cuerpo para evitar caerse al suelo. Temblaba por entera, jamás se había visto en una situación semejante, pero ese hombre era de una envergadura sobrehumana, nadie tendría opciones frente a él, bastante era que siguiese viva. Se tocó la frente en varias ocasiones buscando la sangre que le manaba a borbotones de alguna parte de su cuerpo, pero era tal el dolor que sentía que ya no sabía ni dónde se situaban sus heridas. Miró hacia la ventana entreabierta pensando en su madre, en que al menos ella estaba viva, en que había logrado sujetar aquella vieja cuerda hasta que llegó abajo, y eso le consolaba, le daba fuerzas saber que al menos su madre si viviría.

- No te lo pienso repetir dos veces - volvió a inquirir la lejana voz mientras Beckett volvía a intentar reconocerla - aléjate lentamente de ella... y no se te ocurra hacer ninguna tontería porque te disparo directamente a la cabeza, grandullón.

El hombre dio un paso hacia la luz manteniendo la pistola en alto apuntando directamente a la cabeza del agresor. Beckett trató de abrir los ojos al máximo buscando la extraña figura que le estaba salvando la vida, pero la sangre que le goteaba por la frente resbalaba por sus ojos impidiendo que pudiese tener una buena visibilidad. De repente, comenzó a faltarle el aire en los pulmones y trató de liberarlos mediante la tos. 

Estaba realmente peor de lo que había pensado en un inicio.

- Aparta - el hombre ladeó la cabeza en dirección al agresor sobrehumano para que se alejara, pero este seguía inmóvil en el sitio. 

- No me pienso mover hasta que esté muerta - respondió con toda la frialdad del mundo mientras se llevaba las manos a la parte trasera del pantalón buscando su pistola. 

A Beckett no se le pasó desapercibido el detalle y soltó un minúsculo "no" apenas en un murmullo, pero suficiente para alertar a su salvador.  Éste se abalanzó sobre el enorme hombre y ambos rodaron por el suelo en una frenética batalla en la que el joven que trataba de salvarla, tenía todas las de perder. Beckett se cogió el costado apoyando la mano libre en el suelo tratando de levantarse, pero sus gritos de dolor le delataban, por mucho que intentase moverse probablemente tuviese alguna costilla rota debido al fuerte impacto contra la pared. El sobrehumano golpeaba sin cesar el rostro del joven mientras este trataba de protegerse como podía, fue entonces cuando Kate consiguió ver quién era la persona que se estaba jugando el tipo por ella.

No podía ser él.

- Kate... - decía apenas sin voz debido al esfuerzo de sujetar una de las enormes manazas del hombre que trataba de asfixiarlo - intenta... intenta irte... Kate... vete...

Pero Beckett no se movió. No podía y aunque pudiese, tampoco lo haría. Sabía que si ella se iba, William Sorenson estaría muerto.

- Will... - Kate peleaba por intentar levantarse del suelo para ayudarle, pero con aguantar la consciencia y respirar ya tenía bastante tarea.

William Sorenson consiguió liberarse momentáneamente de las manazas del gigante al escuchar la súplica de la mujer más importante de su vida, ya que a pesar de como acabó todo, ella siempre sería la única. Le golpeó con fuerza en la barbilla haciendo que este quedase grogui durante unos minutos en el suelo, esos golpes secos de defensa siempre solían dar tiempo al contrincante, bien se lo habían enseñado en la academia de policía. Sabía que sería por poco tiempo, pero eso le daría los minutos suficientes para sacar a Kate de allí antes de que llegasen los relevos y terminasen con la vida de ambos. 

- Kate... - le acarició levemente la mejilla al llegar a su altura - vamos, arriba, pequeña, tienes que irte, no tenemos tiempo.

- ¿Qué haces tú aquí? - preguntó ella mientras se agarraba al cuerpo de Will, que la sostenía por la cintura para levantarla del suelo.

- No hay tiempo para preguntas, Kate... Te van a matar, hay que salir de aquí - respondió él nervioso mientras le ayudaba a caminar, aunque ella apenas podía tenerse en pie - dios mío, qué te ha hecho ese desgraciado... - se lamentó observando el estado en el que se encontraba la inspectora - Vamos, Katie, eres una valiente, y Rick te espera fuera... Tienes que hacerlo.

El gigante se levantó del suelo y atacó por la espalda a Will, ya que ninguno se había dado cuenta de que estaba tras ellos, haciendo que éste saliese disparado rodando por el suelo hasta chocar contra la pared. Beckett se cayó al suelo perdiendo el equilibrio, no tenía fuerzas, definitivamente por muy tozuda y valiente que fuese, en las condiciones en las que se encontraba jamás podría salir sola de allí.

- Will... - murmulló ella sin aire. 

El hombre sobrehumano apuntó con su pistola a Will, que levantó sus manos mientras miraba arrodillado desde el suelo a una asustada e impotente inspectora. 

- No pasa nada, Kate... - trató de calmarla Will mientras aguantaba las lágrimas - no pasa nada, pequeña. Este es el final que me merezco, y te lo debía, te debía esa estupidez que hice en el pasado, por eso entré aquí solo, tenía que salvarte, te lo debo, Katie - trató de acercarse a ella pero el gigante le detuvo elevando más la pistola hacia él - No te ganará, Katie, no te ganarán. No dejes que lo hagan, prométemelo. Vas a salir de aquí porque eres la mejor inspectora de Nueva York - trató de sonreírle por última vez - Yo confío en ti, tu madre confía en ti, y Rick no puede perderte, ambos os merecéis ser felices... 

Beckett trató de lanzarse con todas sus fuerzas contra el enorme tipo que iba a disparar a uno de los hombres de su vida, ya que con fallos o no en el pasado, William Sorenson nunca dejó de ser su amigo, su compañero, y una parte importante de su camino. Lo que estaba haciendo ahora por ella le redimía de cualquier error en el pasado. Estaba dando la vida por ella, estaba pagando sus errores a un precio demasiado alto para el gusto de la inspectora, y no iba a permitirlo siempre que le quedasen dos segundos de fuerza y consciencia.

Kate no sabe realmente en qué momento sucedió todo, pero su espalda volvió a chocar contra el suelo mientras el gigante le apuntaba desde arriba directamente a la sien. 

- ¿Quieres ser tú la primera, bombón? - preguntó con sorna mientras le pisaba el estómago - ¿o te vas a estar quitecita mientras le quito la vida a tu amigo?

- ¡Para, para, le haces daño! - exclamó Will al escuchar los alaridos de dolor de la inspectora al verse pisoteada en las costillas malheridas - ¡para, hijo de puta! - Will corrió a por el arma que estaba a medio metro de él con el fin de dispararle y acabar con el sufrimiento de su amiga.

Pero llegó demasiado tarde. 

Alguien disparó antes que él.

Y un cuerpo cayó al suelo.

Enlazados (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora