CAPÍTULO 4

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- ¿Qué? - soltó un grito nada varonil Castle - ¿cómo va a elegir el taxista dónde llevarme? - se rió nervioso pero tratando de parecer desenfadado y bromista -.

Pero la verdad es que estaba sumamente preocupado. Ese hombre no le daba buenas vibraciones.

- No hace falta que llame a esa inspectora... - soltó de pronto el hombre - ni a la policía - recalcó -.

Castle pegó un salto en el asiento y se le cayó el móvil al suelo. Tragó saliva con fuerza mientras su corazón comenzaba a agitarse. ¿Cómo demonios sabía que hace un momento le había llamado la policía? ¿Quién era ese misterioso y nada afable hombre? ¿Y cómo sabía que estaba allí y cogería un taxi?

- No le voy a hacer daño, Richard Castle - sonrió mientras se giraba en el asiento para mirarle detenidamente - soy un admirador suyo...
- Yo me bajo de aquí - Castle colocó su mano sobre la puerta para abrirla y abandonar el taxi, pero estaba cerrada por más que trataba de abrirla -.

Castle se asustó más y observó al hombre que le sonreía tranquilo y sereno. Daba miedo su actitud. El cerebro resacoso de Castle empezó a trabajar buscando una salida, y entonces observó por la ventanilla la calle abarrotada de gente. Eso es. Castle pensó en gritar para ver si alguno de los viandantes que caminaban por las aceras cercanas se percataba de que estaba en problemas y se acercaba a ayudarle.

- No le servirá de nada, señor Castle... - el hombre depositó suavemente una mano sobre la rodilla de Castle sonriendo abiertamente - está cerrado... y si grita... aceleraré y será peor para usted, créeme, no le conviene hacer lo que está pensando. 

Castle asintió lentamente mientras apartaba la rodilla del contacto de ese hombre.

- ¿Có... Cómo se llama? - preguntó Castle tratando de parecer, sin éxito, tranquilo -.
- Brian, señor - le extendió la mano -.

Castle extendió la suya pero antes de que se rozaran sus manos, un viandante llamó a la ventanilla del conductor.

"Dios mío", pensó Castle, "sáqueme de aquí".

Pero el hombre aceleró sin dar tiempo a nada. Justo lo que le había dicho hace unos minutos que haría si gritaba. Justo lo que Castle no quería. El viandante se cayó al suelo, pero estaba bien, Castle le observó levantarse desde la ventanilla de atrás mientras se dirigía a sabe que terrible destino con ese loco. Otro loco. Como la extraña señora de ayer. "¿Qué está pasando, qué es todo esto?", pensaba Castle, "¿me secuestrará para sacar dinero por mi rescate?".

- Señor Castle, no se preocupe... No le voy a hacer daño, solo quiero tenerle cerca. Necesito seguir aprendiendo como asesinar gente. Me excita. Me gusta. Y es todo gracias a sus brillantes libros - pegó un volantazo a la derecha - y que mejor maestro que usted...

Castle se quedó a cuadros. Se removió inquieto en el sillón de atrás pensando que hacer.
Sonó su móvil. Número desconocido.

- No lo coj... - trató de decir Brian -.
- ¿Si? - preguntó Castle temblando de miedo -.
- Señor Castle, soy la inspectora Beckett - bendita sea su voz, pensó Castle -.
- ¡¿Beckett?! - Castle soltó un gritito nervioso -.
- ¿Ha olvidado que tiene que venir? - se notaba molesta -.

Castle iba a contestarle cuando notó algo en su sien. Un arma.

- No le diga nada a esa inspectora... - susurró Brian mientras atendía a la carretera y a él a partes iguales -.

Silencio largo.

- Señor Castle, no estoy para perder más el ti... - comenzó a decir Kate, pero se vio interrumpida por la voz suplicante de Castle -.
- Beckett, me... me van a matar... miedo... yo...

Y se cortó la llamada porque el hombre le dio con la culata de la pistola en la cabeza abriéndole una brecha y cortando la llamada con la inspectora.

- La próxima vez disparo - advirtió a Castle -.

Beckett se levantó de golpe de su silla. Aquello no le olía nada bien. Y corrió con gracia, a pesar de sus tacones, hacia el despacho de su capitán. Abrió la puerta, a pesar de saber que estaba reunido.

- Capitán... Creo que Richard Castle, nuestro testigo, está en peligro. Necesito una orden para seguir el rastro de su móvil.

Roy Montgomery asintió.

- ¿Tu escritor favorito? - preguntó sorprendido Will Sorenson sonriendo de manera muy atractiva -.

Beckett le miró mal entrecerrando sus ojos mientras sonreía.

- Me cobraré este golpe bajo...
- Espero que sea en la cama, cariño - susurró Will a su chica para evitar ser oído mientras sonreía y salía del despacho -.

Beckett negó con la cabeza mientras se mordía el labio sonriendo viendo a su chico irse.
Y se puso manos a la obra.

¡ESPERO QUE OS GUSTE!

Enlazados (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora