Enlazados (Caskett)

CAPÍTULO 5

Autora: Os dejo un nuevo capítulo. Me ha encantado leer vuestros comentarios. Dan fuerzas para seguir adelante. ¡Gracias!

- Espo, ¿lo tienes? - preguntó Beckett desde su escritorio -.
- Sí, ya casi está... - respondió su compañero sin dejar de mirar la pantalla de su ordenador -.

Beckett suspiró mirando a su compañero y descolgó el teléfono para avisar a los familiares de Castle. Podrían estar también en peligro, necesitaba ponerles protección trayéndoles a comisaría.

- ¿Diga? - contestó Martha alegremente al otro lado de la línea -.
- Hola, señora. ¿Es usted Martha Rodgers? - tras el asentimiento de su interlocutora, Kate se tomó un segundo para pensar lo que diría a continuación - soy la inspectora Katherine Beckett, de la doce, necesito que acuda aquí junto a todos los familiares de Richard Castle...
- ¿Qué ha pasado? - inquirió preocupada Martha - ¿le ha pasado algo a mí hijo? Es muy cabezota, descarado y un niño pequeño, pero tiene buen corazón... - algo melodramática en su discurso pensó Kate - y no tiene familiares, solo a mí y a su hija Alexis
- Ahora mismo le ponemos una patrulla para que vaya a recogerlas - Kate miró a Espo que le hacía señas - es posible que su hijo haya intentado ser secuestrado...  

Espo y Ryan seguían haciéndole señas para advertirle de que ya habían encontrado algo sobre el paradero de Castle.

- Tranquila, señora... Yo me encargaré personalmente de traérselo de vuelta sano y salvo - la voz impasible, serena y firme de Beckett terminó por relajar a la asustada Martha -.

Beckett colgó el teléfono y se dirigió a dos agentes pidiéndoles que fuesen a recoger a las dos mujeres de Richard Castle: su madre y su hija. Y luego acudió junto a sus dos compañeros que le miraban ávidos de contarle toda la información.

- Le tenemos, Beckett - dijo Ryan, su compañero irlandés de ojos azules -.
- Vamos - Beckett cogió su chaqueta con rapidez y se guardó su pistola en la parte de atrás de su pantalón mientras salía a grandes zancadas de la comisaría junto a sus compañeros -.

Al otro lado de la ciudad Castle sufría como un niño pequeño muerto de miedo. Estaba sentado y acurrucado en el suelo de un viejo callejón, cogiendo sus piernas e intentando hacerse un ovillo. Dos cuerdas esposaban sus manos. Temblaba. Y no se le ocurría que hacer. Su mente seguía de resaca. Observaba a las ratas salir por las alcantarillas y le entraban arcadas con solo mirarlas. Y ese hombre perturbado seguía allí sonriéndole con el cadáver de una joven detrás suyo. Castle no podía mirarlo. Pobre chica. No había podido hacer nada por ella. Ese ser despreciable le había matado a quemarropa para demostrarle a Castle que iba muy en serio. "Es un psicópata", pensaba Castle, "y estoy con él en un sitio donde nadie podrá encontrarme". Castle, de pronto, vomitó en el suelo, la resaca y el miedo.

- ¿Richard? ¿Te encuentras bien? - preguntó Brian amablemente - ya nos vamos... Solo quería que estuvieras orgulloso, y algún día bases un personaje en mí.

Unas sirenas de la policía sonaron a lo lejos, pero acercándose a medida que pasaban los segundos hacia ellos.

- ¿La policía? - los ojos de Brian se abrieron como platos - ¿quién...? - reparó en él - la puta inspectora esa... pero apagué el teléfon... un momento - miró fijamente a Castle - ¿no tendrás otro y no me lo has dicho?
- Ah si - contestó Castle - tengo el mismo número duplicado en otra tarjeta... siempre llevo dos móviles encim... - se dio cuenta de que estaba hablando de más por la vena hinchada de Brian -.

Brian empeñó el arma y apuntó a Castle. Le temblaba la mano.

- No quiero matarte... Eres mi ídolo, mi inspiración... Pero... No hay otra manera... No... No la hay... - le temblaba la voz -.

Castle tragó saliva. ¿Era ese su final? ¿En un rincón maloliente de sabe Dios que callejón perdido de Nueva York?

- Suelte el arma - dijo Beckett a la espalda de Brian - ahora... - firme, muy firme, sin miedo en su voz - déjala en el suelo donde pueda verla y no haga ninguna tontería si no quiere que le vuele los sesos

Castle no podía verla por la oscuridad y porque una escalera le tapaba la vista, pero intuyó unas piernas de escándalo. O eso estaba imaginando su miedo.

- ¿Beckett? - preguntó con un hilo de voz nada masculino Castle -.
- ¿Está bien, señor Castle? - respondió Beckett sin dejar de apuntar a Brian - ¡le he dicho que baje el arma!

Espo y Ryan acompañaron a Beckett desde atrás apuntando al sospechoso y observando el cadáver de la joven que yacía en el suelo.
Sonó un ruido fuerte.

- ¿Qué ha sido eso? - inquirió Ryan -.

Brian se giró hacia ellos.

- Castle... Mi Castle... Se ha desmayado por vuestra culpa - su mirada se tornó oscura -.

Beckett seguía apuntándole impasible y atenta al mínimo movimiento.

- Se lo repito... Suelte el arma...
- Es usted preciosa, inspectora - sonrió Brian mirándola de abajo arriba - pero no voy a permitir que me roben a Richard...

Brian alzó el arma apuntando a la inspectora directamente al corazón.

¡GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!