Para cuando Rosalie terminó su desayuno, Sherlock ya iba a kilómetros de Baker. Ella aprovecho que el detective estaría fuera por quien sabe cuanto, para ir de compras.
Un par de horas más tarde y varias tiendas después, la joven volvió a Baker Street, cargada con bolsas de ropa, un teléfono nuevo y un look completamente cambiado. Cabello corto, un poco más oscuro y la ropa definitivamente no era la que usaba habitualmente. De verla por la calle, nadie de su pasado sería capaz de reconocerla, el cambio era realmente impresionante.
Sherlock no se hizo ver hasta la tarde, cuando apareció, algo molesto, por la puerta no encontró nada mejor que comenzar a gritarle a la chica, aún sin saber si es que ella se encontraba ahí o no. Decía estupideces de todo tipo, pero nada que alterara a Rosalie lo suficiente como para salir de su cuarto a confrontar al detective. Finalmente Sherlock no tuvo de otra que rendirse y recostarse en su sofá como solía hacerlo en las tardes.
La señora Hudson cocinó bastante comida, incluso para que les sobrara a los tres. Rosalie bajó y los ojos no se fueron de ella en todo su camino a la cocina. La señora Hudson le dijo un par de cumplidos muy lindos sobre su nueva apariencia, pero Sherlock por su parte simplemente la observó a distancia, intentando entender el porqué de todo su cambio, y como es que había conseguido todas esas cosas de la noche a la mañana. Pero no dijo nada, pues quería averiguarlo de una forma más discreta.
Daban las 8:30 cuando Sherlock recibió una llamada de Lestrade. Había un caso nuevo, bastante interesante por lo demás. Rosalie se quedó sola, la señora Hudson volvió a su departamento y Sherlock se fue a su caso. No había mucho que hacer, el dinero que había robado estaba casi por completo gastado y no tenía ganas de salir. Su mejor opción fue investigar el departamento del extraño hombre con el que vivía. Recorrió los libreros, ojeando cada título y anotando algunos de los que llamaban su atención para leerlos más tarde. Después revisó el juego de química de Sherlock, había una libreta con anotaciones interesantes en ella; diferentes sustancias y reacciones, Rosalie se permitió corregir una que otra cosa según ella sabía y luego se alejo para moverse en otra dirección. El refrigerador estaba vacío, salvo por un cartón de leche y unos frascos con dedos, ojos y algo que podría ser parte del intestino, pero no podía asegurar nada por el estado en que se encontraba.
Cualquier persona se hubiese alterado al ver estas cosas, sobre todo compartiendo espacio con la leche que ella bebería a la mañana siguiente. Pero Rosalie tenía un historial que le permitía soportar esto y más. No era la primera vez que veía un ojos fuera de un cuerpo, y no todas las veces fueron por experimentos, como los de Sherlock. Finalmente decidió ir al cuarto del detective, pero se detuvo antes de abrir la puerta.
¿Entrar o no entrar? Se cuestionó la chica. Tomó la perilla de la puerta y la giró, todo para detenerse nuevamente. Sabía que Sherlock era extraño pero, ¿qué tanto? una cosa era tener dedos y partes humanas en el refri, pero otra cosa era lo que podría haber en su cuarto. Su único lugar privado, donde todo lo que pasara se quedaría ahí con él, por siempre. Una especie de Las Vegas, en Baker Street. ¿Y si era de esos locos que amaban el porno extraño? Cosas como... mujeres cogiendo con payasos, o un fetiche por el color amarillo. ¿Podría ser un asesino encubierto? No es que no hubiese tratado con varios ya, pero jamás había vivido con uno que lo ocultase.
Decidida a descubrir que oscuros secretos rodeaban a su nuevo compañero, apretó con fuerza la perilla y volteó. Pero justo cuando estaba por entrar, la puerta de la entrada sonó con fuerza. No tuvo de otra que huir de la escena del crimen, no quería que él notara lo que estaba a punto de hacer y así la matara mientras dormía.
Se encontró con el detective y el inspector en la sala. Ambos parecían algo cabreados, pero ella no quería preguntar por qué. Saludos cordialmente y dejo que los hombres hablaran entre sí, o más bien pelearan. Lestrade intentaba convencer al otro sobre algo que Rosalie ignoraba, Sherlock se rehusaba a cooperar con el policía. Ambos estaban de pie entre la cocina y la sala, Rosalie se había sentado para observar las escena, deseando que la señora Hudson llegase con palomitas para el espectáculo que estaba presenciando.
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Criminal (Sherlock BBC)
FanfictionComo el Yin y el yang, todo lo bueno tiene algo de maldad y todo lo malo algo de bondad. Así son él y ella, pero ¿podrán sobrevivir el uno al otro? Segunda parte: "Fugitiva" en mi perfil. #1 "benedictcumberbatch" {24/07/2019} #1 "bbcsherlock" {02/0...