Criminal (Sherlock BBC)

Caso III: Reencuentros

El timbre sonó. Y los tres esperaron con ansias a que la puerta se abriera. Después de pasar la tarde descartando a sospechosos de la lista que Rosalie tomó del centro, habían decidido ir a ver a aquellos que calzaba con el perfil, quienes para su suerte no eran tantos.

John suspiro, tocando nuevamente la puerta y Sherlock se volteo para mirarlo sonriente, Rosalie los observó y no pudo evitar dejar salir una pequeña risita. De pronto, el sonido de la puerta los distrajo a todos, una mujer se asomo y los miró extrañada.

–¿Se les ofrece algo? –Preguntó.

–Siiii... –Respondió la chica, alargando la última letra.

–Venimos a hacerle una entrevista. –Sherlock habló en un tono amable.

Le tardo unos segundos a la mujer el reaccionar, creyendo que era sobre su extraña colección de figuras de muñecas de porcelana. Los tres entraron y fingieron una entrevista, disfrazando las preguntas reales, para no alterar a la mujer. Sherlock ya había visto lo suficiente, Rosalie estaba terminando con sus preguntas, pero estaba segura que ella no podía ser la asesina.

John los acompaño a Baker Street, estaba comenzando a oscurecer y mañana tendrían que volver a salir para terminar su lista. Rosalie y John prepararon té mientras Sherlock unía cabos en el caso. Las cosas estaban complicadas, cosa que se le hacía extraño, extraño pero interesante. Desde que la chica había llegado, los casos se resolvían en la mitad de tiempo. Era más eficiente, cosa que Lestrade amaba, pero volvía los casos menos interesantes. Ahora la cosa era diferente, este caso tenía miles de caminos sin salida, cuando creían llegar a una conclusión algo aparecía que refutaba todos sus pensamientos. Sherlock estaba extasiado con eso, hace tiempo no encontraba algo tan divertido.

–¿Tienes algo? –John se sentó frente a Sherlock después de entregarle su taza.

–Nada por el momento. –Dijo y dio un sorbo a su té.

–Supongo que la mejor opción es seguir con la lista. –Se incorporó la joven.

John y Sherlock hablaron un montón sobre el caso, sobre posibilidades, aunque más bien parecía un stand-up show donde Sherlock pedía que el público, John, participara ocasionalmente, casi como si quisiera asegurarse de que él seguía prestándole atención. Rosalie se dedico a ordenar las listas, posibilidades y todo lo relacionado con el caso. Sherlock realmente era inteligente, pero no era el hombre más ordenado del mundo. Cuando el sol se había ocultado, John fue a casa, dejándolos solos. 

–No comiste nada. –Dijo Rosalie mordiendo el sandwich que seguía intacto en el plato de Sherlock.

–No como durante los casos. –Dijo desinteresado.

–¿Y si el caso dura mucho tiempo? –Pregunto ella, secretamente intentando irritarlo un poco. 

–Jamás duran tanto... No de corrido, por lo menos. 

–¿Crees que sea posible que no sea la misma persona? –Preguntó ella, acomodándose en el sofá frente a él. 

–Lo he pensado, no lo sé. Puede ser una posibilidad. 

El silencio los inundó por un largo rato más. Extrañamente ninguno sentía necesidad de hablar. Con los casos que habían resuelto, ya tenían cierto entendimiento sobre como pensaba el otro, lo cual les facilitaba la comunicación innecesaria. Sherlock sabía por lo menos dos o tres cosas que ella le diría sobre algún comentario o teoría, ella sabía que Sherlock rechazaría casi todo lo que dijera, así que podían estar largos ratos en silencio, pensando hasta obtener las mejores ideas. El reloj ya marcaba más de las doce y el plan era levantarse temprano para poder cubrir lo que quedaba de sospechosos. No era como si fueran a estar toda la tarde hablando con potenciales asesinos, pero mientras antes terminaran, mejor.