Criminal (Sherlock BBC)

Baby Watson y un llamado misterioso

La llamada entró a las 4:23 pm. Sherlock y Rosalie estaban en la escena del crimen, con las manos en la masa. Sherlock ignoró su celular, pues el cadáver parecía mucho más interesante que contestar el aparato; Rosalie por su parte, que estaba observando la habitación, pudo atender perfectamente. Sherlock parecía desconectado de la chica, hasta que escuchó como cayó el teléfono de las manos de la mujer a su lado, haciendo un estruendo en el piso, que era de madera por lo que la vibración de la caída llegó hasta los pies del detective. Corrió a ver que era lo que pasaba, pues Rosalie corría de un lado a otro, sin saber bien que hacer. 

–¿Qué pasa? –Preguntó Sherlock, después de intentar contener a la chica un par de veces, sin éxito. 

–Mary. –Dijo Rosalie y se detuvo unos segundos, mirando la cara de Sherlock, quien estaba bastante preocupado. 

Sherlock, sin comprender del todo pretendía esperar el resto de la frase que suponía venía después del nombre de su amiga; pero no pasó, en vez de eso Rosalie corrió fuera de la escena del crimen, bajando por las escaleras, empujando a quien se cruzara. Sherlock, con notoria preocupación, salió detrás de ella, gritando su nombre para poder recibir algún tipo de explicación por vaga que fuera. 

–¡Muévanse! –Dijo Rosalie en la entrada de la casa. –Sal de mi camino Anderson. –Y lo empujó con la palma de su mano, provocando que chocara contra la pared y soltara una bocanada de aire. 

–¡Hey! –Iba a reclamarle él, pero fue empujado nuevamente, ahora por el detective. –¿Qué demonios les pasa? 

Sherlock, con algo de gracia pero mayor curiosidad y preocupación, alcanzó a la chica quien jadeaba al lado de una calle, mirando de esquina a esquina. La tomó por el hombro y giró con brusquedad, esperando que se le pasara lo que fuera que tuviera y pudiera contarle que demonios estaba pasando, así él podría dejar de imaginar los peores casos. Ser detective no es bueno en estos casos, pues conoces todas las malas cosas que pueden pasar para obtener una reacción así, por su mente pasaban escenarios donde Mary era capturada, secuestrada, mutilada y muchos más. 

–Bebe. –Dijo ella, entre bocanadas de aire. –Mary... ahora.

–¿Dónde están? 

–Hospital. 

El camino al hospital fue silencioso. Rosalie estaba demasiado ansiosa como para hablar y Sherlock se dedico a observar todo con detalle. Tan pronto como el auto se detuvo frente al establecimiento, Rosalie corrió fuera y atravesó las puertas hecha un rayo. Sherlock la siguió con más calma y la encontró peleando con la recepcionista.

–Puedes dejarme pasar ahora... O le diré a tu supervisor sobre el amorío que tienes con el doctor. –Dijo ella con un tono alto, provocando más de una mirada. Sherlock sonrió y se paro a su lado. –Así que, ¿Linda? ¿Me ayudaras?

–Lo siento... No, no puedo. –Dijo la mujer, con menos soberbia que anteriormente.

–Sugiero que le haga caso. –Dijo el detective. –Está loca. –Hizo un gesto con sus manos sobre su cabeza, el cual provocó que la enfermera tecleara algo muy rápidamente.

–La sala de espera está en el quinto piso. Sigue en labor...

Dicho esto, tanto Rosalie como Sherlock se fueron corriendo. En el quinto piso se encontraron con la sala de maternidad, un pequeña sala de espera con sillones y un par de mesitas con plantas. Hombres que daban vueltas de un lado a otro, mirando sus relojes y acomodando su cabellos hacia atrás. Sherlock se sentó y se dedico a observar a los demás, mientras Rosalie paseaba como uno más del grupo. Poco después de su llegada, un doctor salió buscando a uno de los hombres, pero Rosalie aprovecho para ahogarlo en preguntas que él no podía responder. Al parecer Mary llevaba cerca de dos horas en labor, pero aún no sabían nada y cada doctor que salía no sabía nada de ella. Un par de enfermeras le dieron vagas respuestas sobre cómo iba, pero nada que la tranquilizara del todo. Finalmente, luego de hacer que dos enfermeras corrieran al verla, se sentó.