Lazos

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El viaje se había hecho corto. Rosalie había dormido parte de él y la comida que vendían había sido la mejor forma de despertarla. Sherlock estaba listo para la acción, pero primero debían ir al hotel en donde se alojaría esa noche. 

El lugar era bastante simple y sin muchos lujos, pero sería perfecto para pasar la noche. Rosalie y Sherlock subieron en el ascensor hasta el piso indicado en recepción, la habitación de la chica estaba justo en frente de la de Sherlock y tenía una vista a un parque con varios árboles. Rosalie no tardó en salir después de dejar sus cosas sobre la cama, Sherlock estaba repasando el mapa del lugar, viendo cada punto. 

–¿Listo? –Dijo ella tras dar un último vistazo al hotel.

–¡Listo! –Sonrió Sherlock.

El sol se encontraba en su punto más alto y el clima estaba perfecto para sumergirse en una piscina por un par de horas, pero es algo que ni Rosalie ni Sherlock podrían hacer por lo pronto. El detective se adelanto y caminó a la taberna donde podría encontrarse el hombre. Rosalie lo alcanzo y ambos se adentraron al horrible lugar. La gente no tardó en voltear a verlos, a decir verdad eran un par de extraños especímenes en comparación a los demás que ahí se encontraban. Rosalie sonrió al ver la dura cara de los presentes, hombres y mujeres de rudo aspecto que se sentían superiores a ellos; Sherlock la miró de reojo, ella se adelantó y se paró junto al detective para poder hablar con él. 

–Por 5 libras pelearé con quien quieras de este lugar. –Dijo la chica alegremente. Sherlock la miró y levantó una ceja. 

–¿Estás loca? Estamos buscando a alguien. 

–Lo se... pero necesito 5 libras. –Dijo ella, volteando a ver a los tipos. 

–Usa tu dinero. –Respondió él y se asomó a la barra del bar. 

–Lo dejé en el hotel. –Dijo ella con tristeza. 

Sherlock volteó a la joven, la cual estaba sentada en un gastado banquillo negro, que parecía más plateado que negro a decir verdad. El barman estaba atendiendo a un hombre que le seguía hablando aún después de obtener su vaso, así que el detective volvió a ver a la mujer a su lado. Ella sonreía.

–¿Para qué? 

–Afuera hay un carrito de comida y se ve fantástico. –Hizo una corta pausa. –Te las devuelvo en el hotel. –Sherlock rodó los ojos y sacó su billetera. 

–Apúrate. Hablaré con él. –Dijo señalando con la cabeza al hombre de delantal y con un vaso en la mano. Rosalie asintió y salió.

El detective no tardó en lograr que el joven se acercara a él. Las preguntas no fueron muy bien recibidas, básicamente porque el detective no mostraba la más mínima intención de consumir lo que fuera, lo cual no era bueno para el hombre detrás de la barra. Sherlock se vió en la obligación de comprar un vaso de cerveza, no pensaba tomárselo, pero si eso ayudaba a que la boca del hombre se aflojara, valía la pena. Rosalie volvió a los pocos segundos, con una hamburguesa en la mano y una lata de bebida en la otra. Sherlock se veía concentrado en su conversación, así que ella se quedó al margen y dejó al detective hacer lo suyo. Una pequeña mesa cerca de la entrada fue en donde se acomodó para ver la escena en primera fila. 

–¿Te invito un trago, linda? –Se escucho por la derecha de la chica. Un hombre grande estaba arqueado hacia ella. 

La chica lo miró. Alto, fuerte y con tatuajes, todo un "chico malo" por definición. Rosalie sonrió y negó lentamente, esperando no tener que hablar con el hombre, pero definitivamente tendría que expresarse, pues el tipo tomó una silla y se sentó a su lado. 

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora