Nuevos viejos amigos

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Tom se salió con la suya, la historia era creíble y ciertamente él era un buen actor. Rosalie también encontró una forma segura de poder comunicarse con él, para que nadie sospechara lo que realmente pasaba, quizá Sherlock tendría sus sospechas, pero ella era la única que escuchaba sus quejas, así que no era un gran problema si es que imaginaba cosas. 

–¿Estas segura?

–Si, después de todo lo inculpamos. –Dijo la chica. John simplemente la miró. –Vamos, solo iremos por un café para que me pueda disculpar. 

–Esta bien... si tú lo dices. 

–John... no es lo que crees. –Dijo ella. John le sonrió y levantó las manos para alejarse en dirección a la cocina. 

–Que te vaya bien. –Dijo finalmente, en un tono juguetón. 

Rosalie tomó su abrigo y salió de Baker en dirección al café en donde había quedado con Tom para verse a las doce en punto. El sol brillaba pero ciertamente no calentaba mucho, las calles estaban repletas de personas que intentaban obtener algo de calor de los tímidos rayos que daban entre los árboles y edificios, Rosalie simplemente caminaba aferrada a su abrigo el cual sostenía firmemente contra su pecho. El local era una pequeño café vintage que se encontraba escondido entre las pequeñas calles de Londres, un ambiente demasiado agradable para ser real, quizá por eso sus precios eran algo elevados, pero definitivamente valía la pena si es que no querías ser molestada.

Tom llevaba unos minutos sentado en la mesa y se había dado el lujo de ordenar por ambos, esperando recordar los gustos de Rosalie. La mesera, quien parecía bastante interesada en la orden de Tom, se demoró menos del tiempo esperado en tener la comida lista. Rosalie apareció por la esquina y logró divisar a Tom sentado de espaldas a ella, con una sonrisa camino hasta el hombre y se sentó frente a él en la mesa que ya estaba lista para comer. 

–Capuccino italiano y galletas. –Dijo él. –Espero que siga siendo tu favorito. 

–Acertaste. –Dijo ella, tomando un sorbo de café. –Como siempre.

–Me alegra saberlo. –Dijo él, sonriendo. 

–Entonces

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–Entonces... –Dijo ella, tomando una galleta de chocolate. 

–Entonces, supongo que todo salió bien. –Dijo él, levantó su taza y dió un corto sorbo. –Eso significa que aceptas mi propuesta. 

Rosalie se acomodó en la silla y miró al rededor, no había mucha gente, salvo un grupo de señoras mayores y una pareja de cerca de cuarenta años que parecía hablar de negocios, algo no tan diferente a lo que ella planeaba con Tom. La chica tomó el plato de galletas y lo dejó de lado, despejando el centro de la mesa y dejándole paso libre para llegar al hombre que estaba frente a ella. Tom la miró con curiosidad, hasta que ella metió su mano en el bolsillo de su pantalón y dejó un papel frente a él. 

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora