Caso III: ¿Buena o mala?

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La noche había llegado y todo estaba calmado afuera. Sherlock había emigrado a su habitación hace poco, por lo que Rosalie podría salir sin ser vista, la cosa era que tampoco la escuchara, así que decidió bajar a las 11 pm para "ver televisión" y así poder dejar el ruido del cable interferir con su escapada, culpando cualquier cosa que ella pudiera hacer a un programa de la noche. Sherlock se asomó al escuchar a la chica, quien mintió y dijo que no podía dormir y prefería ver algo de televisión para distraerse un rato. 

El reloj corría y la telsivión sonaba. Un programa de policías estaba de fondo, algo que Rosalie no podía ignorar más, pues ya sabía como iban esas cosas, mostrando siempre a los policías como los buenos y a los criminales como despiadadas almas que no tienen arreglo; muchos pueden ser realmente malos, pero no todos son así, por lo menos no en su experiencia.

El reloj dió las 12:50 y la joven se levantó del sillón, sin zapatos y con su abrigo en un brazo. El piso crujía cuando sus pies presionaban demás, pero nada que no fuera cubierto por el sonido de los policías disparando contra una banda de criminales. Las escaleras parecían un reto mayor, pues la chica ya sabía que sonaban bastante, y aunque Sherlock pudiera no escuchar, la señora Hudson no tenía la interferencia de la televisión. Ahora todo quedaba a la memoria de la chica, la cual había subido y bajado por esas tablas ya muchas veces, conocía los puntos más sonoros y podía evitarlos, pero había otros que estaban algo inciertos. Paso a paso se acercaba más a la salida y con cautela puso sus pies en estratégicas partes, puntos donde la madera era más estable, más firme y no sonaba como si la casa se estuviera partiendo en dos. 

Con un suspiro llegó al final, sonriente por su exitosa actuación se dirigió a la puerta y salió por ella, corriendo para estar a tiempo. El clima estaba helado y la joven dejaba un rastro de vapor con cada respiro que daba, las luces amarillentas de las calles daban un toque lúgubre a todo lo que estaba pasando, sumado a los pensamientos de Rosalie, que no parecían ser los mejores en ese momento. Estaba segura de una sola cosa, nada bueno podía salir de ver a Tom.

A lo lejos se escucho una sola y dura campanada proveniente del big ben, dando aviso de que la hora había llegado. Rosalie estaba lista para lo que fuera que tuviera que hacer, no iba a dejar que Tom le ganará.

–Puntual, como siempre. –Dijo la voz masculina, por detrás de la chica, quien dio un pequeño salto al escucharlo.

–Tom.

–¿Te sorprendió verme? –Dijo él con una retorcida sonrisa.

–Sabía que encontraría algo, pero no pensé que fueras tú. –Dijo la chica, viendo como él se paseaba desde detrás de ella para quedar frente a frente.

–¿Quién pensaría que la hija pródiga de la mafia estaría trabajando con el famoso detective Sherlock Holmes? –Su tono irónico le dio una patada en el estómago a Rosalie.

–Presumo que tú. –Dijo ella con total seriedad. –¿Qué quieres?

–Lo que todo criminal, deberías saberlo. –Sonrió con inocencia. –Libertad.

La carcajada de soltó la chica solo hizo que el mafioso sonriera más aún, pues tenía un az bajo la manga que estaba seguro que podría comprar a la joven, volverla a su lado. Rosalie levantó una ceja al ver a su ex novio sonriente, el simplemente se movió de un lado a otro y comenzó a narrar sus palabras, como si de una fábula se tratase.

–Todo criminal tiene un precio. –Dijo juntando sus manos frente a sus labios para soplar a través de sus guantes. –Y tú, querida, tú siempre serás una criminal de primera. –Rosalie se cruzó de brazos. –Tengo un par de cosas que ofrecerte, cosas que estoy seguro que quieres. Además debo decirte que yo no maté al tipo del gimnasio, pero creo que eso ya lo sabes.

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora