Caso IV: Shock

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Baker era una cuidad después de un tornado. La señor Hudson estaba impresionada por el caos que habían dejado entre los tres, pero por suerte ya se habían ido y la paz reinaría por unas horas, por lo menos hasta que ese par decidiera volver. 

Sherlock, Rosalie y John estaban en camino al lugar donde esperaban que estuvieran los niños, por lo menos donde la joven creía que los encontrarían. Estaban a contra tiempo pero aún así tenían esperanza de llegar antes de que lo peor pasara. John, quien no había estado presente en todo el caso, se puso a pensar en los hechos y lo familiares que le parecían, no era cosa de ser un genio para conectar los puntos.

–Sherlock, ¿no será que... –Sherlock lo miró, con toda la seriedad del mundo y asintió. 

–Es posible que Moriarty tuviera algo que ver.  –Afirmó este. No le costó comprender a lo que su amigo se refería.

El recorrido al lugar que estaba a las afueras de la cuidad, donde las casas se veían más pequeñas y más campesinas, se hizo eterno para todos. El sol comenzaba a desaparecer y eso no era buenas noticias, Lestras iba adelante de ellos con su equipo, el cual estaba dispuesto a buscar por horas de así ser necesario, pero Rosalie temía que de no llegar a ellos rápido, no habría a quienes buscar, o más bien que al encontrarlos solo serían cuerpos.

Sherlock fue el primero en correr al detenerse el auto, Rosalie y John le siguieron el paso como pudieron. La policía ya se encontraba recorriendo el perímetro, pero hasta entonces no había rastro de los tres pequeños. Una mansión abandonada hace bastantes años y un bosque inmenso que se asomaba por la parte trasera de la propiedad eran el terreno que se debía cubrir. A diferencia de las búsquedas que se hacían en la ciudad, aquí no contaban con la ventaja de conocer el lugar y menos con la iluminación que las calles poseían al atardecer.  Rosalie, con linterna en mano, se adentró en el bosque. Sherlock, quien caminaba con John, se detenía cada tanto para revisar algún lugar extraño, pero nada parecía llevar a los niños. Los policías iban marcando su camino con pequeños banderines, dejando rastro por donde ya se había buscado, pero parecía que por donde se movieran había un lugar nuevo por explorar.

–¡Alto! –Dijo la chica, que iba a unos pasos de los hombres. Sherlock y John la miraron atentos, incluso unos policías se detuvieron con la esperanza de que hubiese encontrado algo. –Sabemos que es como el cuento. –Sherlock y John asintieron, los policías lucían confundidos. –Sería lógico pensar que estén en la "guarida de Peter" –Hizo comillas con los dedos.– No tenemos que buscar a los niños, sino un pasadizo o entrada. Entre las hojas o árboles.

Bastó una frase por el comunicador de Lestrade para que todos los policías revisaran los troncos y suelo, en busca de una puerta o agujero que los llevara a un escondite. Rosalie se sentía contenta con su descubrimiento, ahora solo quedaba encontrar a los pequeños a salvo y el caso estaría cerrado.  

Un fuerte grito alertó a todos los cercanos, habían encontrado la entrada. Rosalie corrió al lugar y se asomó a ver que tal era. Una pequeña puerta escondida bajo un montón de hojas, hierba y ramas, los oficiales que estaban ahí iluminaron el lugar y en pocos segundos Lestrade estaba ahí. Todos querían entrar y ser el héroe de la situación, pero era riesgoso hacerlo, sobre todo con la vida de los pequeños en juego. 

–Yo iré. –Dijo la chica. 

–No, no tienes como defenderte. –Respondió Greg. 

–Bien, que alguien me acompañe. –Dijo ella en un tono de niña regañada. 

–Yo. –Dijo Sherlock, pero Lestrade lo miró con cara de "¿es broma?"

–Un oficial. –Dijo Lestrade y apuntó a una mujer, lo suficientemente pequeña para pasar sin problemas y no estorbar mucho. –Tú. 

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora