El terrible sonido retumbó en los tímpanos de Rosalie. Su mano pasó por toda la mesita hasta encontrar el celular, que no paraba de sonar, lo contestó, aún con los ojos cerrados y escuchó con paciencia la voz de Lestrade, a quien no podía encontrar más irritante que ahora.
–Si... Bueno. –Dijo ella para poder finalizar la llamada.
Cerró los ojos tras ver la hora, 8:13 de la mañana y ese hombre ya estaba trabajando. Ya no se preguntaba más por qué los villanos siempre se veían tan bien, porque dormían más, por lo menos ella lo hacía. Dió un par de vueltas en la cama y casi con ira se deshizo de las sabanas que cubrían su cuerpo. De una salto se puso de pie y sin siquiera mirarse en el espejo, se encaminó a despertar al detective. Su sorpresa fue grande al encontrarlo de pie en la sala, mirando un frasco que tenía entre sus largos dedos.
–¿Buenos días? –Dijo ella, él no la miró. –¿Qué haces?
Rosalie pasó a la cocina para prepararse un café muy cargado, cosa que necesitaba en estos momentos. La noche anterior había sido...intensa, por decir menos. Sherlock tenía entendido que ella había salido, pero por mas preguntas que hizo, ella se rehuso a decir a donde se dirigía. Ver a Tom era algo que no debía hacer, pero en aquel momento no pensaba con claridad, así que escapó de su compañero para encontrarse con su ex. Tom le había propuesto un lugar concurrido, para que no sintiera peligro ni nada, pero al llegar a unas cuadras de donde habían quedado, ella se arrepintió de lo que estaba por hacer. Había demasiado que perder en un encuentro tan casual, así que se fue sin siquiera llegar a verlo, dejando un mensaje corto y claro en el buzón del hombre.
Quizá por eso Sherlock estaba determinado a no hablarle a su compañera, porque ella no había dicho lo que él quería saber, pero tarde o temprano iba a tener que hacerlo, sobre todo cuando ella le dijera del nuevo caso. Rosalie se sentó en su sillón y miro a Sherlock, quien le daba la espalda.
–Supongo que no dirás nada... –Espero unos minutos pero nada pasó. –Hay un caso.
Y como si le dijeras "vamos" a un perrito, Sherlock volteó con los ojos iluminados, se sentó frente a ella y cruzó sus piernas, esperando por la respuesta de la joven quien lo miraba con diversión.
–Llamó Lestrade. Tiene un muerto... no parece nada especial, pero lo mataron de la misma forma que a otro hace dos meses.
–¿Y? Suena aburrido. –Dijo él, dejando la emoción previa de lado.
–Cierto, pensé lo mismo. Pero hay algo más. –Sherlock se inclino hacia ella. –Son cuatro más, mismo modus operandi, con una diferencia exacta de sesenta días entre ambos, entonces lo atrapamos ahora...
–O esperamos otros dos meses a que vuelva a aparecer. –Sherlock sonrió. –Podría ser divertido. –Y se puso de pie.
Sherlock tomó su abrigo y se lo puso, emocionado como solía hacerlo cuando aparecía un caso, miró hacia atrás, esperando a que su compañera lo siguiera.Ella sonrió y miró hacia abajo.
–¿Qué esperas? –Dijo al verla. –Ve y te espero abajo.
Rosalie corrió a su cuarto y se puso lo más fácil, jean y un abrigo. Sherlock esperaba abajo con un taxi listo para ambos. La dirección que Lestrade les dió los llevo a un centro estético o algo por el estilo, no es que ninguno fuera de los que van a pasar el día al spa, no podían saber del todo. Sherlock se bajo y siguió el rastro de los desastrosos policías dejaban siempre, como él solía decir, Rosalie lo siguió paciente. No tardaron mucho para encontrar a una multitud de personas rodeando una especie de edificio que tenía unos grandes ventanales que permitían ver varios tipos de máquinas de ejercicio y un cuerpo sin vida. Las cintas amarillas impedían el paso y además habían policías y guardias cuidando que ningún curioso fuera a meterse en la escena.
–No puedo dejarlos pasar. –Dijo un guardia cuando ambos se pararon cerca de la línea.
–Está bien, trabajo aquí. –Dijo Rosalie y mostró una credencial. –Él viene conmigo. –Y se volteó a sonreírle a Sherlock con burla. –Es mi asistente.
El policía los dejo pasar y ambos caminaron hasta encontrarse con Lestrade, quien observaba todo desde una distancia prudente. Sherlock no dudo en apartar a los forenses, de una forma no del todo cordial, pero salvo por un par de miradas feas de parte de aquellos que no tenían en placer de conocerlo previamente, todos se retiraron sin decir nada. Rosalie discutía los detalles del caso con Lestrade, quien le estaba proporcionando una descripción exacta de lo que él sabía, pero no era suficiente para ella. Pocos minutos después Sherlock se levantó, con algunas bolsas con evidencia y se alejo caminando a paso rápido, Rosalie lo siguió.
– A St. Bartolomew's. –Dijo Sherlock cuando ambos subieron al taxi.
El recorrido fue silencioso, Rosalie entendió que hablarían del caso al llegar a Bart's, así que no emitió sonido hasta que se sentaron en el laboratorio. Los detalles de Lestrade no ayudaron mucho, eran cosas algo obvias después de mirar la escena durante un rato. Sherlock se centro en las muestras y analizarlas, lo que dejó a Rosalie tiempo para investigar el lugar.
Recorrió los pasillos hasta que encontró el camino a la morgue. Sus ojos se iluminaron por un segundo y se apresuró a bajar. Los cuerpos estaban fríos y pálidos, era algo surreal ver a tanta gente en ese estado, incluso parecían muñecos. La mayoría de ellos habían muerto por enfermedades, pero uno que otro tenía una historia un poco más trágica. Un tipo había recibido una bala entre las cejas, era todo una obra abstracta el verlo.
–No deberías estar aquí. –Una voz hizo que se sobresaltara.
–Ups. –Respondió Rosalie, dejando los archivos sobre el mesón. –¿Molly, verdad?
–Si. Viniste con Sherlock, ¿verdad?
–Si, está en el laboratorio. Me aburrí y vine a ver.
Rosalie se levantó de forma casual y comenzó a moverse por el lugar, pasando su índice por todas las superficies, como si inspeccionara la limpieza del lugar. Molly estaba algo nerviosa, no conocía a la chica y no sabía que podía hacer. Después de su experiencia con James Moriarty, debía ser más precavida con quien aceptaba en su vida, más en su trabajo. Rosalie notó la incomodidad de la mujer y sonrió, intentando ser amable pero fue algo tétrico al final.
–Solo... Bueno me interesaba ver que había aquí. –Repaso el lugar con la mirada. –Pero creo que debo irme, Sherlock habrá terminado.
Rosalie volvió con Sherlock, quien al parecer había terminado con sus análisis. La chica preguntó y obtuvo sus respuestas. Toda la evidencia llevaba a alguien dentro del lugar, alguien en ese centro era el asesino, ahora solo quedaba descifrar quien.
–Supongo que volveremos. –Dijo la chica. El detective asintió.
Minutos después iban camino al centro estético, nuevamente. El viaje fue corto, y cuando se bajaron, la mayor parte del alboroto ya había pasado, los policías habían dejado el lugar y los curiosos también, el lugar seguía sellado con aquellas cintas, pero el resto del edificio seguía su rutina diaria. La entrada, grande y pulcra estaba abierta de par en par, revelando un mostrador a unos pasos de la puerta. Frente al escritorio, un chico bronceado, con el cabello engominado y de blancos dientes miraba su celular con afán. Rosalie le dio un empujón con la cadera y él se adelantó a ella.
Rosalie se quedó detrás de las puertas, oculta por la pared de hormigón y la sombra de un árbol. Sherlock estaba hablando con el tipo de la entrada y unos minutos después ambos caminaron por el pasillo derecho del lugar, dejando la entrada desatendida.
"Lo tengo, deja los besos para después.
R."
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Criminal (Sherlock BBC)
FanfictionComo el Yin y el yang, todo lo bueno tiene algo de maldad y todo lo malo algo de bondad. Así son él y ella, pero ¿podrán sobrevivir el uno al otro? Segunda parte: "Fugitiva" en mi perfil. #1 "benedictcumberbatch" {24/07/2019} #1 "bbcsherlock" {02/0...